Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

jueves, 29 de octubre de 2009

Mysterium iniquitatis (7) El mal y el bien en las catequesis de Juan Pablo II Intermezzo - Mis reflexiones

Me tomo un respiro para reflexionar y ante todo admito que a medida que me voy adentrando en estas catequesis cada vez me voy maravillando mas de la profundidad de pensamiento, de la didáctica de sus “clases magistrales” de vida cristiana. Cada vez me cuesta mas citar algunas palabras, oraciones, párrafos, y no me atrevo a resumir. Por otro lado voy tomando conciencia plena de lo poco que sabemos, reflexionamos, profundizamos y cuan poco hablamos sobre un tema tan enraizado en nuestras vidas: el pecado como ofensa contra Dios y desobediencia, desde la rebelión de los Ángeles, del “primer” pecado hasta nuestros pecados actuales, de nuestro abuso de la libertad al transgredir “la ley natural” “inscrita en nuestros corazones”; del pecado, esa palabra que ha perdido vigencia, que molesta, no esta de moda, no es mediática, no es global y la queremos enterrar, ocultar, para no quitarle el sueño a nadie, para no frustrar a nadie, para dejarlo vivir en este mundo que “no es capaz de salvarlo del mal” en este mundo que con “sus riquezas y sus carencias, necesita ser salvado, ser redimido”
Cuantas veces nos preguntamos con las palabras del capitulo 10 de Cruzando el umbral de la Esperanza “Dios es amor, porque tanto mal?”(guerras, campos de concentración, el holocausto y tantos otros males individuales y colectivos, universales, personales y cotidianos) y no sabemos respondernos o responder a quien plantea la pregunta, por no habernos acercado más a la riqueza del magisterio de la Iglesia.
Ante el gran misterio del mal, del pecado, recuerdo que unas palabras de Juan Pablo II en el capitulo XX de Cruzando el Umbral de la esperanza, donde hablaba sobre el comunismo, me quedaron grabadas a fuego. A la pregunta de Vittorio Messori::
¿Se puede hablar de silencio de Dios?
Y si así fuera, ¿cómo interpretar ese silencio?
Juan Pablo II respondía:
Sí, en cierto sentido Dios calla, porque ya lo ha revelado todo. Habló «en los tiempos antiguos» por medio de los profetas y, «últimamente», por medio del Hijo (cfr. Hebreos 1,1-2): en Él ha dicho todo cuanto tenía que decir.
Y nosotros cuantas veces personificando aquello de «viendo no ven y oyendo no oyen (Mateo 13,13)

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