La
principal fuente de la espiritualidad
cristocéntrica y mariana de San Juan Pablo II es el Tratado de la Verdadera Devoción a la Virgen Maria de San Luis
Maria Grignion de Montfort (1673-1716), auténtica obra de arte de este santo y
síntesis de toda su doctrina espiritual. EL lema Totus Tuus, que resume la doctrina de Montfort, ha sido, en efecto,
el hilo conductor de toda la vida de Karol Wojtyla, “hilo mariano” de un largo
y continuo camino hacia la santidad.
Estas dos palabras Totus Tuus son una oración dirigida a Jesus por medio de Maria y en su Corazón Inmaculado. Es un acto de Amor como don total de sí. En este mismo sentido define santa Teresa de Lisieux el Amor en su última poesía a Maria: “Amar es dar todo y darse a si mismo” (¿Por qué te amo, Maria!, estrofa 22) Te amo significa: Me entrego todo a ti, soy todo tuyo y para siempre. El Totus Tuus es, pues, la oración breve y esencial que ha animado continuamente toda la vida de Karol Wojtyła, una vida totalmente entregada al Señor, a la Iglesia, a todos los hombres, vivida con Maria, Madre de Jesus y Madre nuestra. Luis Maria de Montfort y Teresa de Lisieux son, en efecto, como dos “faros de santidad” que ha n iluminado en modo particular el Pontificado de Juan Pablo II, en la perspectiva del Concilio Vaticano II trazada por la Lumen Gentium, En los capítulos VIII, sobre Maria en el Misterio de Cristo y de la Iglesia, y V, sobre la vocación universal a la santidad. Montfort es el santo que mas ha influido en la vida de Karol Wojtyła, mientras Teresa de Lisieux es la única santa declarada por el Doctora de la Iglesia. Después del Doctorado de Teresa en 1997, Juan Pablo II hubiese deseado dar el mismo titulo a san Luis Maria, y de hecho había iniciado el camino para ello.
(…)
En
la vida de Karol Wojtyła, el lema Totus
Tuus se convirtió en la respiración de su alma, en el latido de su corazón
a partir de 1940 cuando descubrió, a la edad de 20 años, el Tratado de
Montfort. Juan Pablo II conto este hecho muchas veces. Lo hizo en modo especial
en el momento del 50º aniversario de su sacerdocio, en el libro Don y Misterio (1996), recordando como
este descubrimiento le había ayudado a dar un paso decisivo en su camino
espiritual, superando una cierta crisis concerniente precisamente a su devoción
mariana: «Hubo un momento en el cual me cuestioné de alguna manera mi culto a
Maria, considerando que éste, si se hace excesivo, acaba por comprometer la supremacía
del culto debido a Cristo. Me ayudó entonces el libro de San Luis Maria
Grignion de Montfort titulado “Tratado de la verdadera devoción a la Santisima
Virgen.” En el encontré la respuesta a mis dudas. Efectivamente, Maria nos
acerca a Cristo, con tal de que se viva su misterio en Cristo. El tratado de
San Luis Maria Grignion de Montfort puede cansar un poco por su estilo un tanto
enfático y barroco, pero la esencia de las verdades teologicas que contiene es
incontestable. El autor es un teólogo notable. Su pensamiento mariológico esta
basado en el Misteri trinitario y en la verdad de la Encarnacion del Verbo de
Dios, (..) Esto explica el origen del Totus
Tuus. La expresión deriva de San Luis Maria.. Es la abreviatura de la forma
más completa de la consagración a la Madre de Dios, que dice: Totus tuus ego
sum et omnia mea Tua sunt. Accipio Te in mea omnia. Praebe mihi cor Tuum,
Maria.» (Don y Misterio, p. 38-39) Estas palabras en latín, que Karol Wojtylł continuamente
rezó y copió en las primeras páginas de sus manuscritos, siendo primero
seminaristas, después sacerdote, obispo y papa, se encuentran al final del
Tratado (Nº 266), donde Montfort invita al fiel a vivir la Comunión eucarística
con Maria y en Maria. Es la mejor expresión de la consagración (o acto de
entrega) a Jesus por Maria, en referencia al texto del Evangelio en el que el mismo
san Juan acoge el don que el Redentor le hace de su Madre. “el discípulo la recibió
en su casa” (Jn 19,27): Accepit ceam
discipulus in sua) . Esta es la raíz
evangélica simbolizada en el escudo episcopal elegido por Karol Wojtyla en 1978
junto con el lema Totus Tuus. Todos
los días, Juan Pablo II leía algún trozo del tratado, y al final, cuando ya no podía
hablar después de la traqueotomía, escribió una vez más su Totus Tuus. Fueron las últimas palabras escritas y pronunciadas por
él.
(Texto
tomado de Totus Tuus, Nr 5 Oct/Nov
2000, Boletín de la Postulación de la Causa de Beatificación y Canonización del
siervo de Dios Juan Pablo II)
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