La peregrinación espiritual que domingo tras domingo realizó el Papa
Juan Pablo II durante el Año Mariano 1987/1988 visitando distintos lugares de veneración
y culto a la Virgen María, este Domingo de mayo de 1988 no solo se trataba de
una visita espiritual sino que visitaba en persona el Santuario de la Virgen de los Treinta yTres, patrona del Uruguay durante un viaje apostólicoa Uruguay, Bolivia, Lima y Paraguay.
En el Regina Caeli el Papa anunciaba que: “La peregrinación espiritual que domingo tras domingo de este Año
Mariano he ido realizando a los distintos lugares de veneración y culto a la
Virgen María, esparcidos por todo el mundo, me trae hoy al Santuario de la
Virgen de los Treinta y Tres, Patrona del Uruguay, en la ciudad de Florida,
ante cuya imagen me postraré esta tarde, como etapa gozosa y obligada en el
itinerario de este viaje pastoral. Allí contemplaré la santa imagen que atrae
las miradas de todos los uruguayos e irradia dulzura y bondad; celebraré la
Eucaristía y ordenaré nuevos sacerdotes para la Iglesia de Dios.”
En su visita el Santo Padre le dirigía a Nuestra Señora, la Virgen de los
Treinta y Tres una plegaria que quería
ser “la voz de todos los pueblos de América Latina y
consagraba al Uruguay a su santa patrona.
Juan Pablo II ya había visitado Uruguay el año
anterior en 1987 en aquella larga y tan recordada visita apostólica que cubría Uruguay, Chile y Argentina con una duración total de casi dos semanas que culminaba con la inolvidable
Jornada Mundial de la Juventud en Buenos Aires.
La Virgen de los
Treinta y Tres fue declarada Patrona del Uruguay por el Papa Juan XXIII,
coronada solemnemente en Piedra Alta en 1961 y su Santuario se levanta ante la
Plaza de la Asamblea. El origen de la devoción
está ligado a la gesta libertadora de los próceres uruguayos, pero el origen de la imagen es
mucho más antiguo como podemos leer en la página de Javier “Se trata de una talla en madera procedente de los talleres de las misiones que
los Jesuitas tenían en el Paraguay a mediados del siglo XVIII. La imagen fue
confeccionada en alguna de las fábricas guaraníes que florecían en estas
famosas misiones. La imagen permaneció en
la capilla que los padres jesuitas atendían en el pueblo del Pintado y tiempo después,
al trasladarse la población entera hacia lo que hoy es la ciudad de Florida,
los vecinos llevaron consigo la querida imagen ante la que habían orado sus
antepasados.”
En el sitio oficial dela Conferencia Episcopal del Uruguay se señala que “cuando en 1825
se reúne la Asamblea de la Florida que redacta el Acta de la Declaratoria de la
Independencia Nacional, presidida por el Pbro. Juan Francisco Larrobla resultó
espontánea la visita de los asambleístas de Florida a la Virgen María venerada
en un rancho contiguo al rancho de la Asamblea. Desde entonces aquella imagen
de María, comienza a llamarse popularmente la “Virgen de los Treinta y Tres”, que era el número de los asambleístas.
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