Son varias las fotografías de este triple abrazo de tres argentinos en
Tierra Santa. En esta se ve la emoción del rabino Abraham Skorka, el rostro del
musulmán Omar Abboud algo mas oculto. Es el “abrazo de las tres religiones”,
algo que los tres habían soñado hace tiempo, sin imaginarse siquiera que lo
harían allí frente al Muro de los Lamentos con Jorge Bergoglio como Papa
Francisco. Aquel abrazo fue acompañado
en Buenos Aires por un acto interreligioso que compartieron ayer lunes 26 de
mayo el cardenal Mario Aurelio Poli, el rabino Daniel Goldman y el sheij
Adelnaby El-Hefnaui, simbólicamente en
la Plaza Estado del Vaticano.
El Papa ha invitado al dialogo en Roma, si bien probablemente
aún estamos lejos de lo que Pablo “profetizaba” hace 2000 años en la Carta alos Gálatas “Por lo tanto, ya no hay judío
ni pagano, esclavo ni hombre libre, varón ni mujer, porque todos ustedes no son
más que uno en Cristo Jesús… Y si ustedes pertenecen a Cristo, entonces son
descendientes de Abraham, herederos en virtud de la promesa.”
Los gestos, las actitudes, las palabras del Papa
Francisco tienen una base antigua y sólida que fue construyendo en sus intensos
y sinceros diálogos como Arzobispo de Buenos Aires con sus amigos Skorka y
Abboud. Esta visita apostólica, esta peregrinación a los Santos Lugares son un
paso más, enormemente significativo e importante, pero un paso más, ahora como
Sumo Pontífice, entre los ya dados…..Un
paso más en el largo camino que la Iglesia ha venido marcando hace ya decenas
de años…..desde el Concilio Vaticano II o quizás aún más allá, desde Pio
XII. Sin dudas como me comentaba el rabino Skorka
en la entrevista que tuve el privilegio de hacerle en el vuelo a Roma la declaración del Concilio Vaticano II Nostra Aetate sobre las relaciones de la
Iglesia con las religiones no cristianas ha abierto las puertas. Una
declaración donde el entonces Papa Pablo VI,
sucesor del Papa Juan XXIII, aquel Papa valiente que convocó el
Concilio, firmaba ya en 1965.
Anterior a Nostra Aetate es el Decreto Unitatis Redintegratio sobre el
Ecumenismo
que en el
Proemio indica claramente que “ Promover la restauración de la unidad entre
todos los cristianos es uno de los fines principales que se ha propuesto el
Sacrosanto Concilio Vaticano II, puesto que única es la Iglesia fundada por
Cristo Señor, aun cuando son muchas las comuniones cristianas que se presentan
a los hombres como la herencia de Jesucristo; todos se confiesan discípulos del
Señor, pero sienten de modo distinto y siguen caminos diferentes, como si
Cristo mismo estuviera dividido. División que abiertamente repugna a la
voluntad de Cristo y es piedra de escándalo para el mundo y obstáculo para la
causa de la difusión del Evangelio por todo el mundo.”
Posteriores
a Nostra Aetate son las Constitucioines Pastorales Gaudium et Spes afirmando que “el Concilio Vaticano II, tras haber
profundizado en el misterio de la Iglesia, se dirige ahora no sólo a los hijos
de la Iglesia católica y a cuantos invocan a Cristo, sino a todos los hombres,
con el deseo de anunciar a todos cómo entiende la presencia y la acción de la
Iglesia en el mundo actual”
y
LumenGentium, que finaliza solicitando “súplicas apremiantes a la
Madre de Dios y Madre de los hombres para que ella, que ayudó con sus oraciones
a la Iglesia naciente, también ahora, ensalzada en el cielo por encima de todos
los ángeles y bienaventurados, interceda en la comunión de todos los santos
ante su Hijo hasta que todas las familias de los pueblos, tanto los que se
honran con el título de cristianos como los que todavía desconocen a su
Salvador, lleguen a reunirse felizmente, en paz y concordia, en un solo Pueblo
de Dios, para gloria de la Santísima e indivisible Trinidad.”
Naturalmente no podemos olvidar la
amplia labor realizada por los antecesores del Papa Francisco el ahora San Juan
Pablo II (ver este blog) y el Papa emérito Benedicto XVI.
Quisiera también mencionar a alguien
quizás algo olvidado: el padre Ismael
Quiles, jesuita como el Papa Francisco, un sacerdote con una larguísima
trayectoria de apertura hacia las religiones orientales en tiempos en que
veíamos a los demás como “los otros”. Para un breve bosquejo recomiendo leer la
entrevista Todo lo que el padre Isamel Quiles construyó
Oremos (no nos olvidemos del Recen por mi) entonces para que el Papa
Francisco logre la paz para los pueblos en discordia, y el Espíritu Santo le conceda la fortaleza para
seguir guiando a la Iglesia hacia el loable fin que nos lleve a la unión entre hermanos.
Invito leer:
Incansable buscador de paz – Alicia Barrios
Amigos del alma – Alicia Barrios
Más sobre el viaje del Papa Francisco a Tierra Santa en mi blog Francisco, nuestro Papa
No hay comentarios:
Publicar un comentario