El próximo viernes celebramos la festividad
del Sagrado Corazón de Jesús, fecha singular en este mes de junio,
particularmente consagrado a la devoción al Corazón de Jesús, al misterio
profundo del amor de Dios que se nos revela en el Corazón de Cristo abierto por
la lanza, como nos recuerda el Evangelio.
El corazón es un símbolo, que nos habla del
interior, de lo espiritual del hombre. En el Corazón de Cristo se nos muestra
el misterio de amor de aquel Hombre crucificado que era a la vez Hijo de Dios.
Es el misterio de ese Cristo que habita en nuestros corazones mediante la fe.
De El San Pablo nos desea que podarnos comprender "cuál es la anchura, la
longura, la altura y la profundidad, y conocer la caridad de Cristo, que supera
toda ciencia...".
El costado abierto de Cristo es una llamada,
una invitación: "Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón".
Ello equivale a una llamada a descubrir todas las riquezas encerradas en el
Corazón del Redentor. Esas riquezas que se nos muestran en las letanías del
Sagrado Corazón de Jesús. Meditémoslas. Así podremos encontrar, en ese Divino
Corazón, el compendio del ciclo litúrgico y el raudal de gracia que brota de
esa "fuente de vida y de santidad".
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