En el culto de la Divina Misericordia, la imagen de Jesus según
la visión de Sor Faustina no tardo en ocupar un puesto muy importante. El Señor
le pidió como su primer deseo que fuera pintada Su imagen. La insistencia
revelada en las experiencias interiores que Faustina le transmite al Padre Sopoćko,
llevaron al nacimiento del cuadro de Jesus Misericordioso hacia fines de 1934
en Vilna. No obstante el concepto que el cuadro hubiese sido inspirado en las
visiones, el padre Sopoćko se esmero en buscar sustento para su contenido en la
ciencia bíblica y teológica. Esta búsqueda habría hecho creíble la visión de
Jesus tal como fuera sugerida a Sor Faustina, y lo que es más importante,
habría abierto el camino para la aprobación del cuadro por parte de las
autoridades eclesiásticas con motivo del culto. Por lo tanto ya en 1937 en el
trabajo Idea de la Divina Misericordia en
la liturgia se indicaba que el símbolo de la Divina Misericordia revelada
en su máximo grado en la Redención, parecía ser el agua y la sangre que brotan
del costado de Cristo atravesado por la lanza. Sugirió que el cuadro que
simbolizara esta idea, seria la imagen de la Divina Misericordia podría ser representada
por aquel que muestra a Cristo como si estuviese caminando. Jesus con la mano
derecha bendice y con la izquierda sostiene la túnica a la altura del corazón
desde donde emergen dos rayos uno blanco y uno rosa. Estos representan el agua
y la sangre, símbolos de la misericordia
que se expresa en los sacramentos del bautismo y de la penitencia.
El cuadro pintado en Vilna por Kazimirowski, en presencia de Sor Faustina, es el primer
cuadro de Jesus Misericordioso que fue instalado en la Iglesia de San Miguel donde
gozaba de particular veneración sobre todo durante el periodo de la guerra. Se distribuyeron
miles de copias de imágenes y fotografías en muchos países. El mismo cuadro fue
venerado en la Iglesia de San Miguel también después de algunos años después de
la guerra hasta que las autoridades de la Republica Soviética de Lituania cerraran la iglesia. Por fortuna pudo recuperarse el cuadro que después
de una larga y atormentada historia fue encontrado en la iglesia del Espíritu
Santo en Vilna donde es venerado hasta hoy. Hacia fines de su vida el Padre
Sopoćko se intereso en el destino del cuadro. Probablemente intentaba organizar
un traslado secreto a Polonia, cosa que nunca
tuvo lugar.
El padre Sopoćko enseguida después de llegado a Bialystock en
1947 vio el cuadro pintado por Adolf Hyla, venerado desde 1943 en el convento
de las hermanas de la Congregación de la Beata Virgen de la Misericordia en
Cracovia-Lagiewniki. Al verlo se opuso a aquel modo de representar la imagen de
Jesus. El cuadro de Hyla, en su percepción no correspondía fielmente a la visión
de Sor Faustina. Había sido pintado tan solo en base a la descripción recogida
del Diario, sin considerar las
indicaciones que la hermana transmitiera mientras se estaba pintando el primer cuadro
en Vilna algo que había sido notado solamente por el padre. La figura de Jesus estaba – según él –
exageradamente expuesta, revelando un cierto “feminismo”. La mano derecha
estaba demasiado elevada, indicando acción y no calma. Los rasgos demasiado
evidentes, expresaban en modo excesivo la materialidad. El rostro de Jesus fue
definido por el como “penetrante”.
Basándose en las indicaciones de Sor Faustina el padre Sopoćko sostenía
que el cuadro debería haber tenido un fondo
oscuro. La figura de Jesus con la túnica blanca debería ser sencilla, en
el acto de caminar pero como si se detuviese por un momento, con el pie algo más
adelante. La mano no debería estar elevada tan alto, el rostro debería estar algo inclinado expresando
la Misericordia, en cambio los rayos, que emergen de la túnica ligeramente
sostenida a la altura del corazón, debían ser como transparentes pero iluminando
adecuadamente la figura de Jesus y el espacio delante de Él, no dirigidos hacia
el y tampoco hacia la tierra.
Después del cuadro de Hyla, siempre en los años 40 se pintaron
otras imágenes de Jesus, tanto en el país como en el extranjero. El padre Sopoćko
también expreso sus reservas en cuanto a éstos.. Por este motivo, hacia fines de los años 40 se
ordeno a los dos pintores de los cuadros que respetaran la justa idea de la
Divina Misericordia retrotrayéndose a las indicaciones fieles de sor Faustina.
(traducido de EL CAMINO DE SANTIDAD del padre Michele Sopoćko de
Henryk Ciereszko – Librería Editrice Vaticana, 2008
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