Estoy ya 13
Navidades desde aquel milagroso día que pude pasar a saludar aunque fuera tan
solo muy brevemente, porque la cripta del Vaticano era una
procesión interminable, a mi entrañable
amigo Juan Pablo II aquel 23 de abril de 2005.
Había
llegado muy temprano, deposite la valija en el hotel y me fui derecho al
Vaticano, no solo para saludar a Juan Pablo II, sino también para ver donde
podría o no llegar al dia siguiente para estar allí en el inicio del ministerio
petrino de Benedicto XVI. Filas
interminables por todos lados.
Estar
allí frente a la tumba fue una de las
tantísimas emociones que se fueron acumulando durante el viaje. Sentía dicha de
estar allí, sentía su presencia…. (entonces arme una página que sigue estando
allí perdida en Internet recuperada por OOcities)
Fue un viaje no solo inolvidable, sino también
indescriptible.
Y a
partir de allí todo sucedió de la manera más inmerecida por mi….mas viajes, los
contactos con la Postulación, las traducciones para la revista Totus Tuus, las amistades…
Por eso
hoy y después de tanto tiempo, recuerdos que no olvidare jamás, vuelvo a
repetir mi Oración ante el pesebre.
No podría
cambiar ni agregar nada. Sino simplemente otro
Gracias,
gracias, gracias por tanto y muy Feliz
Navidad a todos!!
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