El viernes tuvimos el ultimo día de catequesis
en la iglesia Nuestra Señora del Rosario, en esta ocasión con el obispo de
Limón (Costa Rica). La catequesis fue distinta a las anteriores ya que se trató
de una motivación para acercarnos al sacramento de la Reconciliación. Luego el
obispo y los sacerdotes presentes confesamos a los jovenes que participaron en
la catequesis. Y terminamos con la Misa en la fiesta de la conversión de San
Pablo. Por la tarde, en la Cinta Costera, tuvimos el rezo del Via Crucis
con el Santo Padre. Fue un momento muy profundo de oración, mariano y
latinoamericano, reflexionando las cruces de hoy en el mundo y especialmente en
nuestro continente. El discurso del Papa, casi a modo de oración, recorrió esas
cruces llevándonos a preguntarnos qué actitud queremos tomar. Nos invitó a no
dejarnos anestesiar por esta sociedad que "consume y se consume, que
ignora y se ignora en el dolor de sus hermanos” y, poniendo como ejemplo a la
Virgen, nos invitó a estar de pie junto a la cruz: "queremos ser una
Iglesia que sostiene y acompaña, que sabe decir: ¡Aquí estoy! en la vida y en
las cruces de tantos cristos que caminan a nuestro lado”. La pregunta fue
"¿Qué hacemos? ¿Cómo reaccionamos?". Y el clima de oración ayudó a
buscar la respuesta. El Papa no salió en papamovil como el día anterior,
recorriendo todo el campo, sino que se retiró en coche cerrado y rápidamente.
No sé la razón pero se me ocurrió que tal vez para mantener ese clima de
oración y reflexión que se había generado. Por la noche, ya en la barriada, las
familias nos ofrecieron un hermoso momento de encuentro y de fiesta, donde
compartimos la cena dando gracias a Dios por habernos reunido.
(publicado
con el permiso del joven sacerdote Sebastián Zagari, San Pedro, Prov. Buenos
Aires – invito visitar su Facebook) .
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