Señor,
enséñanos a orar… Cristo, en respuesta, manifiesta su propia vida justamente en
estas peticiones, que son sus peticiones, sus aspiraciones: es a la vez el
Espíritu que clama en nuestros corazones: Abba!
Padre. El padrenuestro es una síntesis, una recapitulación de toda la oración de
los discípulos, y antes de la oración de los salmos y de todo el Antiguo Testamento.
Esta oración (el padrenuestro) nos incorpora a todo el Hecho Pascual de Cristo:
la liberación del mal (libera nos a malo
[líbranos del mal]).
Todo el padrenuestro está impregnado del realismo de aquella reconciliación con el Padre que Cristo obró en el Espíritu Santo: hágase Tu voluntad en la tierra como en el cielo. De la reconciliación con el Padre a la reconciliación con los hombres (perdona… como también nosotros perdonamos a nuestros deudores) no nos dejes caer en la tentación…
Si el mismo Cristo no hubiera pronunciado las palabras de la oración del Señor, ningún hombre habría sido capaz de «inventársela»
(de la sexta conferencia de los Ejercicios Espirituales (8 al 14 de marzo de 1987) ofrecida por el Padre Peter Hans Kolvenbach SJ – anotaciones de Karol Wojtyla / Juan Pablo II – Estoy en tus manos - Cuadernos Personales 1962-2003, p 365/6 Planeta Testimonio
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