En octubre de 1956 el
Primado Stefan Wyszyński regreso del confinamiento. Al poco tiempo el padre Michał Sopoćko le
hace llegar una fotografía del cuadro de Śleńdziński. (1) El objetivo era
obtener de él o de otros ordinarios la aprobación de aquella imagen de Jesus
Misericordioso y al mismo tiempo inspirar a las personas dedicadas al culto,
entre ellos las hermanas, párrocos y fieles para que ellos intercedieran ante
su obispo sugiriendo el permiso por el culto al cuadro. También mando copias del cuadro según aquel
modelo de la Divina Misericordia a los centros de difusión del culto que
entonces existían en el exterior. En tal ocasión subrayaba que el fundamento
para esa imagen era la escena evangélica de la aparición de Dios resucitado
ante sus discípulos y por lo tanto representaba una imagen basada en una fuente
bíblica, libre de ser difundida
independientemente de las visiones privadas de Sor Faustina. Sus expectativas, tal como el mismo puso en
evidencia, no se ralizaron sin embargo. La imagen más difundida fue realizada
por A. Hyla, la cual según su percepción
no expresaba el desarrollo apropiado del culto, que además comprendía otras
varias irregularidades y por eso mantuvo sus reservas al culto mismo.
En consecuencia el empeño
de de introducir y hacer popular la imagen propuesta y querida de Śleńdziński
no logro los resultados esperados. Es
difícil establecer cuales fueron en realidad los motivos más importantes. Quizás
la falta de respuesta por parte de las personas entregadas a difundir el
culto? El padre Sopoćko sugirió que
podría ser una causa. Otro motivo que el
indicaba fue el anuncio de la notificación de la Congregación del Santo Oficio
en 1959. En realidad no se prohibía de modo categórico eliminar los cuadros de
la Divina Misericordia de las Iglesias y se dejaba la decisión a la discreción
de los obispos. Sin embargo parecía que
esto también contribuyo a la demora en la difusión de los cuadros, sobre todo
el nuevo cuadro de Śleńdziński.
En 1966 el padre Sopocko
volvió a insistir sobre el tema del cuadro.
Por medio del Primado S. Wyszyński escribió una petición a la
Conferencia Episcopal refiriéndose a la decisión de 1954, que había aprobado la
obra de Śleńdzińnski, y a los dos
cuadros que el enviara solicitando que enviaran una copia al papa y la otra
quedara en el país como modelo para pintar los cuadros de la Divina
Misericordia. Pero su solicitud tampoco
fue escuchada esta vez. Quizas no hubiese llegado aun el momento para hacerlo.
En la Santa Sede continuaba la proscripción y los obispos estaban ocupados con la celebración
del jubileo del cristianismo en Polonia. Gradualmente, sin embargo, fue cambiando el
clima aerca de la causa del culto y del cuadro. Finalmente los cuadros quedaron
colocados en las iglesias y sucesivamente fueron apareciendo otros.
Mediante una celebración solemne
fue instalado en la procatedral de Białystok un cuadro pintado por el Prof.
Ludomir Śleńdziński ya en 1955, que por muchos años había estado instalado en
la iglesia de los franciscanos en Cracovia. En 1973 fue entregado al padre Sopoćko.
El administrador apostólico de la Arquidiócesis de Byałystok, obispo Henryk Gulbinowicz, permitió ponerlo en laprocatedral y venerar la
Divina Misericordia en modo privado. El 3 de septiembre de 1973 el mismo obispo
bendijo el cuadro y mediante una ceremonia solemne permitió colocarlo en el
templo. Para quienes veneraban la Divina
Misericordia y en especial para el padre Sopoćko fue un acontecimiento
extremadamente emocionante. El cuadro fue venerado allí a partir de
entonces con rezos privados a la Divina Misericordia: rosario, letanías y otras
oraciones. El esfuerzo del padre Sopoćko comenzaba a rendir sus frutos. Su
perseverancia y dedicación a la idea del culto de la Divina Misericordia
mediante el cuadro dedicado a Jesus Misericordioso Salvador llevaron a cabo aquello que siempre había buscado
y era su fiel deseo: la difusión de la imagen en todo el mundo. Y se ralizo el deseo de Sor Faustina: “Deseo que este cuadro sea venerado primera en
nuestra capilla y después en todo el mundo.”
(traducido de EL CAMINO DE SANTIDAD del padre Michele Sopocko de
Henryk Ciereszko, Librería Editrice Vaticana, 2008)
No hay comentarios:
Publicar un comentario