(Fra Angelico - Wikimedia)
Reina de los santos
y modelo de santidad,
tú exultas hoy
con la inmensa legión
de los que han lavado sus vestiduras
con la «sangre del Cordero» (Ap 7, 14).
Tú eres la primera de los
salvados,
la totalmente santa, la Inmaculada.
Ayúdanos a vencer nuestra
mediocridad.
Infunde en nuestro corazón
el deseo y el propósito de la perfección.
Suscita en la Iglesia,
para bien de los hombres de hoy,
una gran primavera de santidad.
(Juan Pablo II Oracion para la
Solemnidad de todos los Santos, Angelus
1 de noviembre de 1993)
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