jueves, 19 de junio de 2025

Karol Wojtyla y el Concilio Vaticano II – Remembranza y actualización – Santiago Madrigal SJ (3 de 4)

 


(…)  - pagina 13 de la presentación-142 en la Revista de Teología citada al final.

 

 c) El ecumenismo y la Ecclesia ad extra: los tres círculos de diálogo En su origen el esquema sobre el ecumenismo integraba dos capítulos sobre la libertad religiosa y otro sobre la actitud de la Iglesia hacia los judíos. De ahí surgieron dos documentos independientes: la declaración sobre la libertad religiosa (Dignitatis humanae) y la declaración sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas (Nostra aetate). Al ordenar los documentos conciliares en la perspectiva de la Ecclesia ad extra parece oportuno comenzar por el decreto sobre el ecumenismo (Unitatis redintegratio), que atiende a los hermanos separados de Oriente y de Occidente, de modo que el documento sobre las Iglesias orientales católicas (Orientalium Ecclesiarum), que se mueve propiamente en el ámbito de la renovación ad intra, puede servir de puente. La constitución sobre la revelación (Dei Verbum), que trata cuestiones fundamentales que afectan a las relaciones con los hermanos separados de Occidente, guarda una estrecha relación con el ecumenismo.28 A la hora de sistematizar los documentos conciliares Ecclesia ad extra, Wojtyla echaba mano de los tres círculos de diálogo propuestos por Pablo VI en su encíclica Ecclesiam suam: el diálogo con los otros cristianos, el diálogo con los seguidores de las otras religiones, el diálogo con los no creyentes y los defensores del ateísmo. A lo largo de su desarrollo el Concilio fue adquiriendo una conciencia cada vez más intensa de su misión ad extra y de la posibilidad y alcance del diálogo, una conciencia que emanaba en realidad de la misma constitución dogmática sobre la Iglesia. Todas estas expectativas de diálogo cuajaron no solo en el decreto sobre el ecumenismo, sino también en la constitución “pastoral”, sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo. Así las cosas, el primer círculo lo componen Unitatis redintegratio y Dei Verbum, en el segundo círculo se sitúa Nostra aetate; el tercer círculo lo ocupa Gaudium et spes. “El documento que vincula, de algún modo, los tres círculos es la declaración sobre la libertad religiosa Dignitiatis humanae”.29 En esta lectura de conjunto de la doctrina conciliar Wojtyla da un paso más para afirmar que la declaración sobre la libertad religiosa ocupa un lugar singular a la hora de establecer la correlación y la complementariedad entre la Ecclesia ad intra y la Ecclesia ad extra, entre “co nciencia de la Iglesia – diálogo”. Por eso, apela a sus palabras iniciales: “Los hombres de nuestro tiempo se hacen cada vez más conscientes de la dignidad de la persona humana, y aumenta el número de aquellos que exigen que los hombres en su actuación gocen y usen del propio criterio y libertad responsables, guiados por la conciencia del deber y no movidos por la coacción” (DH 1). El texto resalta la centralidad de la persona humana, como lo que está más dentro de la Iglesia en su relación con Dios, de manera que la declaración Dignitatis humanae es tanto plataforma de diálogo como fuente de autoconocimiento de la Iglesia; por ello esta declaración puede ser considerada “como una especie de praeambulum a la constitución dogmática sobre la Iglesia”, que descubre al pueblo de Dios en la realidad divina de la Iglesia, comunidad de vida en el Espíritu, principio de verdad y de libertad; por su parte, la constitución pastoral muestra a la Iglesia a través del mundo y en la responsabilidad que tiene contraída respecto a la dignidad de la persona humana.30 De esta manera quedamos ante la condición escatológica de la Iglesia desarrollada en el capítulo séptimo de la constitución dogmática sobre la Iglesia, que concluye en un último capítulo sobre la participación singular que la Virgen María tiene en el misterio de Cristo y de la Iglesia. Por consiguiente, podemos iniciar una lectura de los documentos del Vaticano II, bien empezando por los documentos ad intra, aunque también se puede comenzar por los documentos orientados ad extra, es decir, a partir de la declaración sobre la libertad religiosa y de la constitución pastoral que nos devolverán a la constitución dogmática sobre la Iglesia y su autoconciencia.

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