En el Regina Caeli del Domingo 25 de mayo de 1980 el Santo Padre Juan Pablo II recordaba:
"En la víspera de Pentecostés ―hace un año― comenzaba la peregrinación a mi tierra de origen, Polonia que duró hasta la solemnidad de la Santísima Trinidad.
Después de un año, al recordar con gratitud todo lo que constituyó para mí, para mis compatriotas, para la Iglesia en Polonia ese viaje (vinculado al novecientos aniversario del martirio de San Estanislao), con la misma confianza encomiendo a Dios, por intercesión de la Madre de Cristo, todos los frutos ulteriores de esa peregrinación.
El Espíritu Santo conceda a la Iglesia, que está en mi patria, y a todos mis connacionales, la luz y la fuerza de sus benditos dones".
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