viernes, 24 de diciembre de 2021
lunes, 20 de diciembre de 2021
La “nostalgia” de Juan Pablo II por las Navidades polacas
miércoles, 8 de diciembre de 2021
La solemnidad de la Inmaculada y la redención del mundo
sábado, 4 de diciembre de 2021
Juan Pablo II : ¿Qué significa el Adviento? (2 de 2)
“El Adviento, en cuanto tiempo litúrgico del año eclesial, nos remonta a los comienzos de la Revelación. Y precisamente en los comienzos nos encontramos enseguida con la vinculación fundamental de estas dos realidades: Dios y el hombre.
Tomando el primer libro de la Sagrada Escritura, el Génesis, se comienza leyendo estas palabras: “Beresit bara: Al principio creó...”. Sigue luego el nombre de Dios que en este texto bíblico suena “Elohim”. Al principio creó, y el que creó es Dios. Estas tres palabras constituyen como el umbral de la Revelación. Al principio del libro del Génesis, no sólo con el nombre de “Elohim” se define a Dios; otros pasajes de este libro utilizan también el nombre de “Yavé”. Habla de Él aún más claramente el verbo “creó”. En efecto, este verbo revela a Dios, quién es Dios. Expresa su sustancia, no tanto en sí misma cuanto en relación con el mundo, o sea, con el conjunto de las criaturas sujetas a la ley del tiempo y del espacio. El complemento circunstancial “al principio”, señala a Dios como Aquel que existe antes de este principio, Aquel que no está limitado ni por el tiempo ni por el espacio, y que “crea”, es decir, que “da comienzo” a todo lo que no es Dios, lo que constituye el mundo visible e invisible (según el Génesis, el cielo y la tierra). En este contexto el verbo “creó” dice acerca de Dios, en primer lugar, que Él existe, que es, que Él es la plenitud del ser, que tal plenitud se manifiesta como Omnipotencia, y que esta Omnipotencia es a un tiempo Sabiduría y Amor. Esto es lo que nos dice de Dios la primera frase de la Sagrada Escritura. De este modo se forma en nuestro entendimiento el concepto de “Dios”, si nos queremos referir a los comienzos de la Revelación. Sería significativo examinar la relación en que está el concepto “Dios”, tal y como lo encontramos en los comienzos de la Revelación, con el que encontramos en la base del pensar humano (incluso en el caso de la negación de Dios, es decir, del ateísmo)…”
Si queremos hacer constar que en los comienzos de la Revelación —en el mismo libro del Génesis—, y ya en el primer capítulo, encontramos la verdad fundamental acerca del hombre que Dios (Elohim) crea a su “imagen y semejanza”. Leemos en él: “Díjose entonces Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y a nuestra semejanza” (Gén 1, 26), y a continuación: “Creó Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, y los creó macho y hembra” (Gén 1, 27)… hoy debemos señalar esta relación particular entre Dios y su imagen, que es el hombre. Esta relación ilumina las bases mismas del cristianismo. Nos permite además dar una respuesta fundamental a dos preguntas: primera, ¿qué significa el Adviento?; y segunda, ¿por qué precisamente el Adviento forma parte de la sustancia misma del cristianismo?...La realidad del Adviento está llena de la más profunda verdad sobre Dios y sobre el hombre.”
(Juan Pablo II Audiencia General 29 de noviembre de 1978)
Juan Pablo II : ¿Qué significa el Adviento? (1 de 2)
“Estamos ya habituados al término “adviento”, sabemos qué significa: pero precisamente por el hecho de estar tan familiarizados con él, quizá no llegamos a captar toda la riqueza que encierra dicho concepto.
Adviento quiere decir “venida”. Por tanto, debemos preguntarnos: ¿Quién es el que viene?, y ¿para qué viene?
Enseguida encontramos la respuesta a esta pregunta. Hasta los niños saben que es Jesús quien viene para ellos y para todos los hombres. Viene una noche en Belén, nace en una gruta, que se utilizaba como establo para el ganado.
Esto lo saben los niños, lo saben también los hombres que participan de la alegría de los niños y parece que se hacen niños ellos también la noche de Navidad. Sin embargo, muchos son los interrogantes que se plantean. El hombre tiene el derecho e incluso el deber de preguntar para saber. Hay asimismo quienes dudan y parecen ajenos a la verdad que encierra la Navidad, aunque participen de su alegría.
Precisamente para esto disponemos del tiempo de Adviento, para que podamos penetrar en esta verdad esencial del cristianismo cada año de nuevo.
La verdad del cristianismo corresponde a dos realidades fundamentales que no podemos perder nunca de vista. Las dos están estrechamente relacionadas entre sí. Y justamente este vínculo íntimo, hasta el punto de que una realidad parece explicar la otra, es la nota característica del cristianismo. La primera realidad se llama “Dios”, y la segunda “el hombre”. El cristianismo brota de una relación particular entre Dios y el hombre. En los últimos tiempos — en especial durante el Concilio Vaticano II— se discutía mucho sobre si dicha relación es teocéntrica o antropocéntrica. Si seguimos considerando por separado los dos términos de la cuestión, jamás se obtendrá una respuesta satisfactoria a esta pregunta. De hecho el cristianismo es antropocéntrico precisamente porque es plenamente teocéntrico; y al mismo tiempo es teocéntrico gracias a su antropocentrismo singular.
Pero es cabalmente el misterio de la Encarnación el que explica por sí mismo esta relación. Y justamente por esto el cristianismo no es sólo una “religión de adviento”, sino el Adviento mismo. El cristianismo vive el misterio de la venida real de Dios hacia el hombre, y de esta realidad palpita y late constantemente. Esta es sencillamente la vida misma del cristianismo. Se trata de una realidad profunda y sencilla a un tiempo, que resulta cercana a la comprensión y sensibilidad de todos los hombres y, sobre todo, de quien sabe hacerse niño con ocasión de la noche de Navidad. No en vano dijo Jesús una vez: “Si no os volviereis y os hiciereis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mt 18, 3).
Para comprender hasta el fondo esta doble realidad de la que late y palpita el cristianismo, hay que remontarse hasta los comienzos mismos de la Revelación o, mejor, hasta los comienzos casi del pensamiento humano.
En los comienzos del pensar humano pueden darse concepciones diferentes; el pensar de cada individuo tiene la propia historia en su vida ya desde la infancia. Sin embargo, hablando del “comienzo” no nos proponemos tratar propiamente de la historia del pensamiento. En cambio, queremos hacer constancia de que en las bases mismas del pensar, en sus fuentes, se encuentran el concepto de “Dios” y el concepto de “hombre”. A veces están recubiertos del estrato de muchos otros conceptos distintos (sobre todo en la actual civilización, de “cosificación materialista” e incluso “tecnocrática”); pero ello no significa que aquellos conceptos no existen o no están en la base de nuestro pensar. Incluso el sistema ateo más elaborado sólo tiene sentido en el caso de que se presuponga que conoce el significado de la idea “Theos”, Dios. A este propósito la Constitución Pastoral del Vaticano II nos enseña con razón que muchas formas de ateísmo se derivan de que falta la relación adecuada con este concepto de Dios. Por ello, dichas formas son o, al menos pueden serlo, negaciones de algo o, más bien, de Algún otro que no corresponde al Dios verdadero.”
(Juan Pablo II Audiencia General 29 de noviembre de 1978)
viernes, 26 de noviembre de 2021
Primer Domingo de adviento: El Adviento es tiempo de elección, la elección de un camino
“La
Iglesia se prepara para la Navidad de un modo totalmente particular. Nos
recuerda el mismo acontecimiento que ha presentado recientemente al final del
año litúrgico. Esto es, nos recuerda el día de la venida última de Cristo.
Viviremos de manera justa la Navidad, es decir, la primera venida del Salvador,
cuando seamos conscientes de su última venida "con
poder y majestad grandes" (Lc 21, 27), como
declara el Evangelio de hoy. En este pasaje hay una frase sobre la que quiero
llamar vuestra atención: "Los hombres exhalarán sus almas por el terror y
el ansia de lo que viene sobre la tierra" (Lc 21, 26).
Así, pues, como vemos, es múltiple el significado del Adviento, que, como tiempo litúrgico, comienza con este domingo. Pero parece que sobre todo el primero de los cuatro domingos de este período quiere hablarnos con la verdad del "pasar", a que están sometidos el mundo y el hombre en el mundo. Nuestra vida en el mundo es un pasar, que inevitablemente conduce al término. Sin embargo, la Iglesia quiere decirnos —y lo hace con toda perseverancia—que este pasar y ese término son al mismo tiempo adviento: no sólo pasamos, sino que al mismo tiempo nos preparamos. Nos preparamos al encuentro con El.
La verdad fundamental sobre el Adviento es, al mismo tiempo, seria y gozosa. Es seria: vuelve a sonar en ella el mismo "velad" que hemos escuchado en la liturgia de los últimos domingos del año litúrgico. Y es, al mismo tiempo, gozosa: efectivamente, el hombre no vive "en el vacío" (la finalidad de la vida del hombre no es "el vacío"). La vida del hombre no es sólo un acercarse al término, que junto con la muerte del cuerpo significaría el aniquilamiento de todo el ser humano. El Adviento lleva en sí la certeza de la indestructibilidad de este ser. Si repite: "Velad y orad..." (Lc 21, 36), lo hace para que podamos estar preparados a "comparecer ante el Hijo del hombre" (Lc 21, 36).
De este modo el Adviento es también el primero y fundamental tiempo de elección; aceptándolo, participando en él, elegimos el sentido principal de toda la vida. Todo lo que sucede entre el día del nacimiento y el de la muerte de cada uno de nosotros, constituye, por decirlo así, una gran prueba: el examen de nuestra humanidad. Y por eso la ardiente llamada de San Pablo en la segunda lectura de hoy: la llamada a potenciar el amor, a hacer firmes e irreprensibles nuestros corazones en la santidad; la invitación a toda nuestra manera de comportarnos (en lenguaje de hoy se podría decir "a todo el estilo de vida"), a la observancia de los mandamientos de Cristo. El Apóstol enseña: si debemos agradar a Dios, no podemos permanecer en el estancamiento, debemos ir adelante, esto es, "para adelantar cada vez más" (1 Tes 4, 1). Y efectivamente es así. En el Evangelio hay una invitación al progreso. Hoy todo el mundo está lleno de invitaciones al progreso. Nadie quiere ser un "no-progresista". Sin embargo, se trata de saber de qué modo se debe y se puede "ser progresista", y en qué consiste el verdadero progreso. No podemos pasar tranquilamente por alto estas preguntas. El Adviento comporta el significado más profundo del progreso. El Adviento nos recuerda cada año que la vida humana no puede ser un estancamiento. Debe ser un progreso. El Adviento nos indica en qué consiste este progreso.
Y por esto esperamos el momento del nuevo Nacimiento de Cristo en la liturgia. Porque El es quien (como dice el Salmo de hoy) "enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes" (Sal 24 [25]” 8-9).
(Juan
Pablo II Homilía IDomingo de Adviento 2 de diciembre de 1979)
martes, 23 de noviembre de 2021
El nombramiento de Ratzinger como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe
En primer lugar el nombramiento de Ratzinger como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe demostraba que le Papa se tomaba my en serio la teología, así como a los teólogos. Las contribuciones de Ratzinger a la teología y su conocimiento enciclopédico de la tradición teológica occidental, le habían granjeado fama de excelente teólogo en todos los sectores, tanto favorables a él cómo críticos. Designando prefecto de la CDF a un hombre de su talla intelectual, y no a un veterano de la curia, el Papa mostraba su empeño por patrocinar una verdadera renovación de la teología siguiendo las ideas del Concilio. El nombramiento de Ratzinger también era señal que el Papa quería que la CDF mantuviera una relación de índole absolutamente contemporánea con la comunidad teológica internacional. Juan Pablo II no designo prefecto a un medievalista, ni a un experto en patrística. Nombro a un teólogo que había mantenido una vinculación tan profunda como critica con la filosofía contemporánea y la teología ecuménica.
El cardenal Ratzinger fue el primer ocupante del cargo en muchos siglos que no tomo a Tomas de Aquino por maestro filosófico y teológico. El Papa respetaba el tomismo y a los tomistas, pero ropio con la tradición nombrando prefecto de la CDF a un no tomista, clara señal de que creía en la existencia de una pluralidad legítima de métodos teológicos, y en que esa pluralidad debía tenerse en cuenta en la formulación de las enseñanzas autorizadas. La asociación de ambos personas era interesante. El Papa era filósofo, el prefecto, teólogo. Juan Pablo II era polaco, y Ratzinger alemán. Karol Wojtyla se había contado entre los arquitectos intelectuales de la Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo moderno. Una década después del Concilio, Ratzinger no había escatimado críticas punzantes a los interpretaciones que recibía el documento. A lo largo de su pontificado, Juan Pablo II haría frecuentes comentarios sobre el siglo XXI como posible «primavera» del Evangelio, después del invierno del siglo XX. Durante el mismo periodo, el cardenal Ratzinger profundizaría en una visión alternativa: una Iglesia del futuro menor y más pura, una Iglesia que, sin volver a las catacumbas, hubiera perdido su antiguo estatus de fuerza dominante en la cultura occidental. El cardenal Ratzinger parecía creer que Occidente y su proyecto humanístico habían iniciado un declive cultural irreversible. El Papa consideraba factible una revitalización del humanismo […] EN Wojtyla, carismático y pastoral, Ratzinger reconocía una «pasión por el hombre» y la capacidad de desvelar «la dimensión espiritual de la historia», dos rasgos que convertían a la proclamación del Evangelio por la Iglesia en poderosa alternativa a los falsos humanismos de su tiempo.
En el doctor Ratzinger,
mas tímido, Wojtyla reconocía a un intelectual contemporáneo que lo superaba en
el dominio de la teología. Juntos formaban
un tándem intelectual formidable. Celebraban
en un encuentro semanal cada viernes por la tarde, en el que Ratzinger, a solas
con el Papa, repasaba la labor de la congregación que presidia. Los martes,
antes y durante el almuerzo, solían reunirse para llevar a cabo análisis intelectuales
más profundos, casi siempre en compañía de otras personas. Esos debates de
sobremesa podían estar relacionados con una encíclica o una carta apostólica
nuevas, con una cuestión más amplia (la bioética, la situación ecuménica o las
diversas teologías de la liberación) o con los temas de los discursos
correspondientes a las audiencias generales de las semanas posteriores. En esas
conversaciones, tan características de su pontificado, Juan Pablo II, de quien
dice Ratzinger decía que «se alegra de tener un trabajo sostenido» dentro de
una agenda de trabajo inevitablemente fragmetada, fue depurando las posteriores
catequesis de la teología del cuerpo. Y su catequesis de seis años sobre el
Credo.
George Weigel, Testigo de esperanza, Plaza & Janes,
1999
viernes, 19 de noviembre de 2021
Cristo Rey - Mi reino no es de este mundo
(...)
Cuando el ángel Gabriel anuncia a la Virgen María que había sido escogida para ser la Madre del Salvador, le habla de la realeza de su Hijo: “...le dará el Señor Dios el trono de David, su padre, y reinará en la casa de Jacob por los siglos, y su reino no tendrá fin” (Lc 1, 32-33).
(…)
Los días siguientes a la
entrada de Jesús en Jerusalén se verá cómo se han de entender las
palabras del Ángel en la Anunciación. “Le dará
el Señor Dios el trono de David, su padre... reinará en la casa de Jacob por
los siglos, y su reino no tendrá fin”. Jesús mismo explicará en qué
consiste su propia realeza, y por lo tanto la verdad mesiánica, y
cómo hay que comprenderla.
El momento decisivo de esta clarificación se da en
el diálogo de Jesús con Pilato, que trae el Evangelio de Juan. Puesto que
Jesús ha sido acusado ante el gobernador romano de
“considerarse rey” de los judíos, Pilato le hace una pregunta sobre esta
acusación que interesa especialmente a la autoridad romana porque, si Jesús realmente
pretendiera ser “rey de los judíos” y fuese reconocido como tal por sus
seguidores, podría constituir una amenaza para el imperio.
Pilato, pues, pregunta a Jesús: “¿Eres tú el rey
de los judíos? Responde Jesús: ¿Por tu cuenta dices eso o te lo han dicho otros
de mí?”; y después explica: “Mi reino no es de este mundo; si de
este mundo fuera mi reino, mis ministros habrían luchado para que no fuese
entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí”. Ante la insistencia de
Pilato: “Luego, ¿tú eres rey?”, Jesús declara: “Tú dices que soy rey. Yo
para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio
de la verdad; todo el que es de la verdad oye mi voz” (cf. Jn 18,
33-37). Estas palabras inequívocas de Jesús contienen la afirmación clara de
que el carácter o munus real, unido a la misión del
Cristo-Mesías enviado por Dios, no se puede entender en sentido
político como si se tratara de un poder terreno, ni tampoco en
relación al “pueblo elegido”, Israel.
La continuación del proceso de Jesús confirma la
existencia del conflicto entre la concepción que Cristo tiene de Sí
mismo como “Mesías-Rey” y la terrestre o política, común entre el pueblo.
Jesús es condenado a muerte bajo la acusación de que “se ha considerado rey”.
La inscripción colocada en la cruz: “Jesús Nazareno, Rey de los judíos”,
probará que para la autoridad romana éste es su delito. Precisamente los judíos
que, paradójicamente, aspiraban al restablecimiento del “reino de David”, en
sentido terreno, al ver a Jesús azotado y coronado de espinas, tal como se lo
presentó Pilato con las palabras: “¡Ahí tenéis a vuestro rey!”, habían gritado:
“¡Crucifícale!... Nosotros no tenemos más rey que
al Cesar” (Jn 19, 15).
En este marco podemos comprender mejor el
significado de la inscripción puesta en la cruz de Cristo, refiriéndonos por lo
demás a la definición que Jesús había dado a Sí mismo durante el interrogatorio
ante el procurador romano. Sólo en ese sentido el Cristo-Mesías es “el Rey”;
sólo en ese sentido Él actualiza la tradición del “Rey mesiánico”,
presente en el Antiguo Testamento e inscrita en la historia del pueblo de la
Antigua Alianza.
Finalmente, en el Calvario un último episodio
ilumina la condición mesiánico-real de Jesús. Uno de los dos malhechores
crucificados junto con Jesús manifiesta esta verdad de forma penetrante, cuando
dice: “Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino” (Lc 23,
42). En este diálogo encontramos casi una confirmación última de las palabras
que el Ángel había dirigido a María en la Anunciación: Jesús “reinará... y su
reino no tendrá fin” (Lc 1, 33).
(Juan Pablo II de la Audiencia General del 11 de febrero de 1987)
Quien es profeta?
Profeta
es aquel que habla en nombre de Dios, que transmite en el lenguaje humano Su
verdad, al menos en unos ciertos límites. Así pues, el profetismo enlaza con la
Revelación y con la fe. «Multifarie
multisque modus loquens Deus olim in Profetis, novissime locutus est nobis in
Filio» [«muchas veces y de muchos modos hablo Dios en el pasado a nuestros
padres por medio de los profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por
medio del Hijo»] Cristo es la plenitud de la Revelacion, la «última palabra»
del Verbo. EN ÉL y en sus apóstoles queda esta «concluida». Al mismo tiempo,
Cristo comparte su «profetismo» (munus
profeticum [misión profética] con
aquellos que aceptan su palabra.
Uno de los atributos fundamentales del Pueblo de Dios es la participación in mumere profetico [en la misión profética] de Cristo. Así pues, el profetismo es característica de la fe confesada, y más aún de la fe anunciada por medio de la predicación, pero también por medio de los actos que dan testimonio de la fe. El Concilio Vaticano II ha desvelado la enorme escala y el alcance de esta participación. Para los obispos tiene particular significado la predicación del Evangelio, que por su parte estarea de sacerdotes, religiosos y laicos. En la estructura profética de la Iglesia hay que coordinar, por tanto, la fe, la ciencia, el conocimiento (teología) y la conciencia. Porque existe de un modo particular un profetismo de la conciencia, y este es válido para todos, también para aquellos que no creen pero «buscan la verdad con sincero corazón». Y es que toda la estructura profética del Pueblo de Dios se apoya no solo en la Palabra de Dios sino también en esa tendencia a la Verdad, tan esencial para el hombre. El uno por medio del otro forman el munus profeticum en su dimensión real. El problema fundamental sigue siendo como comprende la realidad del hombre como comprende el hombre la Palabra de Dios en la realidad para dar testimonoi de la Palabra.
(Karol
Wojtyla / Juan Pablo II Estoy en tus manos Cuadernos Personales
1962-2003, Planeta 2014.
(
Ejercicios espirituales Zakopane y convento de las hermanas ursulinas grises de
Jaszczarowska, 21 al 25 de septiembre de 1976. Tema: Sacerdos, Propheta, Rex [sacerdote, profeta,rey])
jueves, 18 de noviembre de 2021
Juan Pablo II en Eslovenia por 2da vez - beatificación obispo Slomšek – Recuerdos imborrables
Habían pasado tres años de su primera visita en 1996. “La santidad es la única fuerza que vence al mundo” nos había dicho entonces. Ahora venía a presentarnos un modelo de santidad esloveno, el obispo Anton Martin Slomšek, “un sarmiento que dio frutos abundantes de santidad cristiana, de singular riqueza cultural y de notable amor a la patria”. “En el nuevo beato – decía Juan Pablo II en su homilía - resplandecen, ante todo, los valores de la santidad cristiana. Siguiendo las huellas de Cristo, se hizo buen samaritano del pueblo esloveno … fiel y dócil a la Iglesia, profundamente abierto al ecumenismo, y en Europa central fue uno de los primeros en trabajar por la unidad de los cristianos”.
Habíamos salido muy temprano de Ljubljana (alrededor de las 5 am) hacia la
plaza donde nos esperaba el bus. Todavía era de noche oscura con lluvia. Aunque
veníamos equipadas íbamos pensando cómo nos ubicaríamos allí (porque todos teníamos
lugares predestinados) en medio del predio, la lluvia y el barro del parque. Las
parroquias organizaban logística y la distribución de agregados (una banqueta de cartón plegable,
agua y banderines). Todo el viaje en
lluvia casi hasta Maribor si bien
llegando había amainado la lluvia. Allí organizados, encolumnados
en un carril (el otro quedaba para los automóviles de invitados), entre cantos y rezos, íbamos moviéndonos lentamente, como ondulantes ríos, hacia nuestros respectivos lugares .
De repente sucedió algo. Se
detiene un auto, sorprendidas escuchamos
“vamos rápido suban!!” Era un amigo (parte
del gobierno en ese momento) de mi cuñado con su esposa. “Vamos suban, venimos
sin hijos”. Una de las hijas se había quedado
en casa, la otra cantaba en el coro y ya estaba en el lugar, y el hijo dedicado desde temprano como
auxiliar de la organización de los
invitados. Había sucedido un pequeño milagro (que ya comente en otro post) : ya no nos harían falta las banquetas plegables y nos esperaba la tercer fila
de los invitados, (en sillas por supuesto) un regalo del cielo. Hasta el dia de
hoy me cuesta comprenderlo. En primer fila el presidente y su esposa, en la
segunda su ministro con la esposa y detrás de ellos los asientos destinados a sus
hijos que ocupamos nosotras. Detrás nuestro el Ministro de Finanzas y una
fila más atrás quien es hoy el Primer Ministro de Eslovenia!
Todo tan cerca!! El altar, el coro, los invitados importantes y la gran pantalla donde pudimos ver la llegada del Santo Padre; al tiempo que se abría la escotilla del avión se partían las nubes y aparecía el sol. El maravilloso y tradicional repique de campanas, era acompañado, allí en el prado, por las voces de 2500 integrantes de coros de toda Eslovenia, que bajo la batuta del profesor Joze Trost de Ljubljana, entonaban el majestuoso “Jubilate Deo”; luego seguirían “Tu eres Pedro, la Piedra” “Este es el día que hizo el Señor” y “Maria, madre amada” dando comienzo a la solemne ceremonia con la participación de unos 200.000 fieles, entre ellos 800 sacerdotes, 55 arzobispos y obispos, 3 cardenales, 800 religiosas, 2100 monaguillos, 2000 scouts, 1500 inválidos, 800 catecúmenos, 320 auxiliares, 1600 invitados especiales.
Había llegado el tan esperado momento y el obispo de Maribor Franc Kramberger
solicitaba al Santo Padre, en nombre de todo el pueblo esloveno, que proclamase
beato al obispo Slomsek. Pronto se correría el velo y veríamos el gran cuadro completo.
“Seguid las huellas de este compatriota vuestro, íntegro y generoso, que anhelaba conocer la voluntad de Dios y cumplirla a toda costa. Su firmeza interior y su optimismo evangélico estaban arraigados en una sólida fe en la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre el mal.” nos decía el Santo Padre en su homilía. “Sed constructores de paz también dentro de Europa. El proceso de unificación, en el que el continente está comprometido, no puede basarse sólo en intereses económicos; también debe encontrar inspiración en los valores cristianos, en los que se arraigan sus raíces más antiguas y auténticas. Una Europa atenta al hombre y al pleno respeto de sus derechos es la meta a la que hay que dirigir los esfuerzos. Ojalá que la vieja Europa transmita a las nuevas generaciones la antorcha de la civilización humana y cristiana, que iluminó los pasos de sus antepasados durante el milenio que está a punto de concluir”
Durante la Eucaristía no puedo olvidar el momento de la comunión. Estuve por escapar y tratar de recibirla del mismo Juan Pablo II pero me detuvieron allí mismo en mi fila diciendo que no me dejarían pasar. Que hubiera ocurrido si lo intentaba? Nunca lo sabre!
En el Ángelus el Santo Padre recordaba los tres santuarios marianos más
celebres de Eslovenia : Monte Santo, Brezje y Ptujska Gora y por la tarde, en
el encuentro con los sacerdotes, religiosos y laicos en la catedral de Maribor,
donde descansan los restos mortales del venerado obispo y nuevo beato Antón
Martin Slomsek, el Santo Padre recordaba otras “personas que en este pueblo
esloveno se han distinguido por sus virtudes… por ejemplo, los obispos Friderik
Baraga, Janez Gnidovec y Anton Vovk; en el padre Vendelin Vosnjak; y en el
joven Lojze Grozde”.
Después de rezar en la capilla de la Catedral ante los restos del nuevo beato
el Santo Padre dirigió un mensaje a los 340 delegados del Sínodo de obispos,
concluyendo este viaje apostólico tan breve, pero tan intenso ese mismo día.
El Obispo de Maribor Franc Kramberger lo despedía con un sincero y sencillo saludo esloveno “Santo Padre, a Dios gracias por todo lo que hemos vivido hoy junto a Usted y con Usted”
Juan Pablo II Eslovenia nunca lo olvidará!
Y nosotras tampoco. Había sido un día pleno, magnifico, majestuoso, único, que quedara grabado para siempre. Un verdadero
cántico del Salmo 118:24- “Este es el dia que hizo el Señor, alegrémonos y regocijémonos
en él”.
Invito ver mis entradas anteriores
Primer visita de Juan Pablo II a Eslovenia
Visita del primer ministro de Eslovenia al santo Padre
Benedicto XVI
martes, 16 de noviembre de 2021
Juan Pablo II, el Santuario de Oropa y Pier Giorgio Frassati
La cita para la plegaria del “Ángelus” del Papa Juan Pablo II el 16 dejulio de 1989 –
época de vacaciones en el hemisferio norte – era el Santuario
mariano deOropa, “un lugar querido a la piedad no sólo de Piamonte
sino también de las regiones cercanas del Valle de Aosta y de Suiza. Cruzando
las montañas, los peregrinos han venido aquí durante siglos a venerar a la
Virgen y a buscar en este santuario un lugar de paz y de meditación; más aún,
siempre han considerado este lugar como la casa de la Virgen, dado que ha
surgido precisamente como iglesia y morada de María: "ecclesia et domus
Sanctae Mariae".”
Muy queridos jóvenes que me escucháis: Descubrid también vosotros,
como Pier Giorgio, el sendero del santuario, para emprender el camino
espiritual que, bajo la guía de María, os lleve cada vez más cerca de Cristo.
De esa forma podréis convertiros en sus testigos con la convicción y la
incisividad que caracterizaron la acción apostólica de Pier Giorgio. Daréis
testimonio de Cristo, como él, especialmente en el mundo universitario, en el
que hay chicos y chicas que tal vez no han resuelto aún el problema del
significado de su vida. Podréis, con vuestra palabra y con vuestro
ejemplo, señalar en Cristo a Aquel que posee la solución verdaderamente
satisfactoria de los interrogantes decisivos de la existencia.
No dudéis, queridos jóvenes, en venir aquí arriba a buscar luz y
fuerza para vuestro camino de fe, a buscar una esperanza más firme para un
compromiso cristiano valiente y coherente en el mundo contemporáneo. Pier
Giorgio Frassati se ofrece a vosotros como figura eminente de laico de la
Acción Católica perfectamente consciente del compromiso bautismal de
contribuir, en plena sintonía con los Pastores de la Iglesia, a la
animación cristiana del ambiente social.”
“Es cierto – decía Juan Pablo II en su homilía con ocasión de la beatificación de Pier Giorgio Frassati - que, para una mirada superficial, el estilo de Pier Giorgio Frassati, un joven moderno lleno de vida, no presenta gran cosa de extraordinario. Pero, precisamente esto constituye la originalidad de su virtud que invita a reflexionar y lleva a imitar.
En él la fe y los sucesos cotidianos se funden
armónicamente hasta el punto que la adhesión al Evangelio se traduce en
atención amorosa a los pobres y a los necesitados, creciendo continuamente
hasta los últimos días de la enfermedad que lo llevará a la muerte. El gusto
por la belleza y el arte, la pasión por el deporte y por la montaña, la
atención a los problemas de la sociedad no le impiden la relación constante con
el Absoluto.
¡Totalmente inmerso en el misterio de Dios y
totalmente dedicado al constante servicio al prójimo: así podemos resumir su
vida terrena!"
-o-
El Santuario de Oropa se encuentra en un
lugar privilegiado a 1200 mts de altura a solo 20 minutos del centro de Biella y está rodeado de una reserva
natural que invita a la reflexión y al descanso. Según la
tradición el santuario data del siglo IV y se debe a la iniciativa de San
Eusebio, primer obispo de Vercelli. Los primeros documentos
escritos que hablan de Oropa, son de inicios del siglo XIII y allí se habla de
la existencia de las primitivas iglesias de Santa Maria y de San Bartolomé, de
carácter eremítico, que constituían un punto de referencia fundamental para los
viajeros que desde el este se dirigían al Valle de Aosta.
El Santuario está situado en el Sagrado Monte de Oropa con sus 12
capillas, construidas entre 1620 y 1720, cuando ya existía el antiguo
Santuario, que guardan estatuas de terracota policromada de Maria, y fue
declarado patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco.
Y al hablar de Pier Giorgio Frassatti habrá recordado su época de juventud y peregrinaciones al querido Santuario, tan cercano a su natal Wadowice. Kalwaria fue para el, tal como el mismo lo expresara en varias oportunidades, un refugio de oración, un encuentro con su Madre en todo momento de su vida desde pequeño a su época de juventud y más tarde como seminarista, sacerdote y obispo.
jueves, 11 de noviembre de 2021
Karol Wojtyla/Juan Pablo II : Reflexiones sobre el pecado original
Meditatio
II. De peccato originali [sobre el pecado
original] Intento de enfocar el misterio en su totalidad:
a)
El
pecado original consiste en el «evadirse» del hombre, de modo semejante a como
antes hiciera el ángel, de esa plenitud de la donación que encierra en si la obra
de la Creación. No es posible entender
el pecado original sin referencia a esta plenitud de la donación, esto es, al
Amor. Consiste en el rechazo a participar en el Amor, en los bienes de la creación
como provenientes del Amor, y sobre todo en el bien del propio Amor. En este
sentido es la pérdida de la Gracia.
b)
Como
hecho interno (actus humanus [acto
humano]) la pecaminosidad del pecado original se explica por sus motivos. Los motivos
tienen na inspiración externa. Se trata de la tentación: una promesa que no se
cumple. El mal espíritu dice: «sereis como dioses, conocedores del bien y el
mal». Este conocimiento significa salir de la situación de «bien puro» (o sea,
de la donación original), pero el solo conocimiento no da al hombre (igual que
no se lo dio a Satán) el poder de decidir acerca del bien y del mal,
c)
Como
hecho interno (actus humanus), el
pecado original es la desobediencia, lo que resaltó unívocamente san Pablo. No
solo se trata de una oposición de la voluntad humana a la divina, sino que es a
la e un rechazo por parte del hombre de
la «equidad divina», del mundo de los valores querido por el Creador,
d)
En
este contexto el pecado original constituye una pérdida del mayor don de la participación
en la naturaleza y en la vida del mismo Dios,
e)
Arrastrado
a la vida del propio «mundo», el hombre comienza a estar sujeto a la triple
concupiscencia,
f)
El
pecado original es el momento a partir del cual la «economía» divina de la
Creación cede a la economía de la Redención. La recuperación de las dimensiones
y del significado del don hecho al hombre y al mundo discurrirá por un camino
diferente, más difícil: por el camino dela cruz.
Karol Wojtyla/Juan Pablo II(2014): “Estoy en tus manos – Cuadernos personales 1962-2003”
Planeta, Ejercicios espirituales, Kalwaria
Zebrzydowska 5,6,7,8 y 9 de julio de 1977.
martes, 9 de noviembre de 2021
El Muro de Berlin y el primer viaje de Juan Pablo II a Polonia
Se cumplen hoy 32 años de la caída/derribamiento del Muro de Berlin, bajo una montaña de sueños sin cumplir, esperanzas fallidas y emociones enterradas. El mal había durado ya demasiado, aquel Mysterium iniquitatis que Karol Wojtyla/Juan Pablo II había sentido en carne propia y sobre el cual tanto reflexiono. Un misterio, un milagro que, como comenta el Cardenal Dziwisz, tuvo su comienzo en Gniezno el 3 de junio de 1979 con la visitade Juan Pablo II a Polonia
En
esta entrevista el Cardenal Stanislaw Dziwisz, su fiel secretario comenta como
aquel viaje fue una inspiración para la liberación de toda la región de Europa
Central y Oriental.
.
Pregunta: Cuando comenzó
a pensar Juan Pablo II en una visita a su patria?
Cardenal Dziwisz: Ya siendo
cardenal Karol Wojtyla estaba preparando las celebraciones para el 900
aniversario de la muerte de San Estanislao, aniversario que consideraba de gran importancia. Les había hecho llegar invitaciones a todos
los cardenales que habían participado en
el conclave de agosto de 1978 y había invitado también al Papa Juan Pablo I a
Cracovia. En consecuencia, a partir del
primer momento de su elección a la Sede de Pedro era natural que intentase todo
lo posible para venir a Cracovia a celebrar el aniversario. Lo consideraba un
deber moral, aunque era consciente que no sería fácil lograrlo.
Pregunta: Pensaba quizás que
las autoridades comunistas no aceptarían de buena gana su visita?
Cardenal Dwiwisz: cuando las
autoridades polacas se enteraron de este
pedido, reaccionaron negativamente. Mientras tanto Juan Pablo II había
recibido una invitación para visitar México, que había aceptado con sumo
agrado. Consideraba que América Latina era muy importante con respecto a la
teología de la liberación - un intento
de ver la doctrina social de la Iglesia a través de la lente de la ideología
marxista. Y se dijo: Si puedo ir a
México, la nación que tiene la constitución más anticlerical del mundo, las
autoridades polacas no podrán negarle la visita, si bien recordaba que las
autoridades comunistas se la habían negado a Pablo VI. No obstante intuyó que no podrían frenarlo.
Pregunta: cuando
comenzaron las negociaciones?
Cardenal Dziwisz: Bien pronto.
Las negociaciones fueron entabladas por el secretario de la Conferencia
Episcopal Polaca, el Obispo Bronislaw Dabrowski. Finalmente las autoridades
abrieron las puertas bajo una condición: la visita del Papa no deberá coincidir
con el aniversario de San Estanislao en Mayo.
Está bien respondió el Santo Padre: Entonces vendré al mes siguiente, en
Junio.
Pregunta: Con respecto
al itinerario, hubo dificultades?
Cardenal Dziwisz: Se estableció
que el Papa no podría ir más allá del Vistula, a las regiones de Polonia del
este. Y la región de Silesia también fue excluida. Básicamente las autoridades querían que el
viaje fuera lo más breve posible y los movimientos muy limitados.
Pregunta: Finalmente las
dificultades fueron subsanadas. En algún
momento Juan Pablo II considero las posibles consecuencias de este viaje? Se daba cuenta que era crucial por el
desarrollo de los acontecimientos en Polonia?
Cardenal Dziwisz: Nadie podía
predecirlo. El estaba convencido que la
nación polaca arraigada profundamente en la fe, merecía la visita del
Papa. Hoy podemos decir, sin duda
alguna, que su primer viaje a Polonia fue el más importante de todos los viajes
porque fue la chispa de un proceso de increíbles cambios a nivel global. Todo
comenzó aquellos días.
Pregunta: Como se preparo
el Papa para este viaje?
Cardenal Dziwisz: El escribió
solo todos los textos de los discursos y las homilías. El rol de la sección
polaca de la Secretaria de Estado fue solo completar las citas. No utilizaba notas; su memoria era
suficiente. Era muy organizado y escribía todo de una manera muy rápida. Un
discurso no le llevaba más de hora y
media de preparación. Para a un discurso
breve le alanzaba una hora. Y leía mucho. Podía hacer varias cosas al mismo
tiempo.
Pregunta: El tema
principal de la peregrinación era derramar el Espíritu Santo. Lo cito en varios de sus discursos.
Fue esta una decisión en consulta con sus colaboradores?
Cardenal Dziwisz: Juan Pablo II
era un visionario, como lo son muchos artistas.
Sabía que tenía que decir y que era lo que la nación esperaba que
dijera. El sabía presentar estos temas a
la luz de la fe y las enseñanzas de la Iglesia. Más aun, era tiempo de Pentecostés.
Pregunta: Pero el Papa se
daba cuenta que el discurso brindado en Gniezno – donde afirmo que la misión
del Papa eslavo era lograr que Europa redescubriera la unidad entre Oeste y
Este – ponía en duda la Ostpolitik (política del este) vaticana y de hecho reconocía su
existencia?
Cardenal Dziwisz: Juan Pablo II
siempre rechazo la doctrina del ”compromiso histórico” según el cual el Oeste y
también la Iglesia deberían considerar
el Marxismo como un elemento decisivo en el desarrollo de la historia. El estaba convencido que el futuro no le pertenecía
al marxismo ni a la lucha de clases. En este sentido cambio las políticas
vaticanas radicalmente. Este cambio de perspectiva llevo a la reflexión en muchos entornos y a
cuestionarse si el Marxismo realmente era tan fuerte. Con la misma determinación Juan Pablo II se opuso a los intentos de
incluir el análisis marxista en la doctrina social de la Iglesia y en el
contexto de la teología de la liberación. Para él el desarrollo de la humanidad pasaba por la
posibilidad de elegir y los derechos
humanos. Estaba a favor de los derechos
de la persona y la intocable dignidad del hombre. El discurso de Giezno marco
el comienzo de la caída de la cortina de hierro que dividía entonces a Europa.
. La caída del Muro comenzó allí, no en
Berlin.
Pregunta: No había
preocupación ni siquiera en el Vaticano ante el hecho que Juan Pablo II
estaba yendo demasiado lejos?
Cardenal Dziwisz: Una declaración
de tal fuerza a favor de estos derechos alarmó sin dudas a algunos, entre
ellos, también a hombres de la Iglesia.
Pregunta: Le molesta a
usted que hoy se hable del Muro de Berlin y no de Gniezno o del Movimiento de
Solidaridad?
Cardinal Dziwisz: Los hechos
históricos deben conocerse. La caída del Muro fue la consecuencia del proceso
comenzado en 1979 en Polonia y vuelvo a repetir: el desmantelamiento de la
cortina de hierro comenzó el 3 de junio de 1979 en Gniezno.
Pregunta: Durante su primer viaje el Papa se asomo a la
ventana de la residencia episcopal en Cracovia y hablo con los jóvenes – un
dialogo que se repetiría en cada uno de sus viajes a Polonia. Esto figuraba en
la agenda?
Cardenal
Dziwisz:
No, fue una iniciativa totalmente espontanea. Miles de personas esperando allí
bajo la ventana llamando al Papa. Debía hacerse ver de alguna manera. El Santo Padre tomo esta decisión por propia
iniciativa, contra las recomendaciones de algunos de su entorno que lo
desalentaban por razones de seguridad.
Pregunta: En su opinión
cual es el significado más profundo de su primera peregrinación a Polonia?
Cardenal Dziwisz: Despues de
esta visita, Polonia ya no fue la misma. La gente caminaba mas erguida, habían perdido
el miedo.
Pregunta: El Movimiento
Solidaridad fue una consecuencia natural de esta liberación?
Cardenal Dziwisz: Juan Pablo II
libero la energía interior de la gente. En este sentido estableció la base
espiritual para el nacimiento de Solidarnosc al año siguiente.
Pregunta:
A su regreso al Vaticano Juan Pablo II hizo comentarios de su viaje?
Cardenal Dziwisz: No dijo nada
porque había perdido su voz. A su regreso estaba muy cansado; durmió 14 horas.
Pregunta: Hablemos de la
ley marcial, dictada por el General Jaruzelski en Diciembre de 1981. Cual fue
la reacción del Papa?
Cardenal Dziwisz: Juan PabloII
no solia demostrar sus preocupaciones. Pero si levanto la voz en la Basilica de
San Padro, en presencia de la delegación polaca presidida por el Presidente
Jablonski en octubre de 1982, con ocasión de la canonización del padre
Kolbe. “La nación no se merece lo que
ustedes le han hecho”. .
Pregunta: Pero Juan Pablo
II había considerado la posibilidad de una invasión soviética de Polonia?
Cardenal Dziwisz: Nadie lo tomaba
seriamente, teniendo en cuenta que los soviéticos estaban ocupados con Afganistán.
Sabíamos que la Unión Soviética no se lo podía permitir. Teníamos información precisa directamente de la
Casa Blanca, la habíamos recibido de Zbigniew Brzezinski y del Presidente
Reagan mismo, quien había llamado personalmente al Papa.
Pregunta: Como era la relación
entre Juan Pablo II y el General Jaruzelski?
El seguía diciendo que la ley marcial era un mal menor comparado con la invasión
soviética.
Cardenal Dziwisz: EL Papa nunca
acepto esa interpretación. Respetaba la inteligencia y la cultura de
Jaruzelski, pero no estaba de acuerdo con el. EL general miraba exclusivamente
al Este. Opuestamente a Edward Gierek, quien, al despedirse del Papa al final
de su viaje dijo, “Aqui en Varsovia soplan vientos del Este y del Oeste. Santo
Padre usted mira al Oeste.
(el
resto de la entrevista era con relación a la canonización – recuérdese que la entrevista
es de 2011 y la canonización fue en 2014
Pregunta: hablemos del presente.
Cuando se espera la canonización de Juan Pablo II?
Cardenal Dziwisz: Depende
directamente de Benedicto XVI. Me parece que todo esta yendo bien. El proceso
del milagro ya está en estudio. Y el reconocimiento de las virtudes heroicas de
Karol Wojtyla será decisivo. Esperemos que el diablo no meta la cola.
Pregunta: Alguna vez ha sentido
la presencia del diablo?
Cardenal Dziwisz: Si, la he sentido.
De la manera más fuerte cuando el diablo fue expulsado de una joven mujer.
Estuve presente, sé lo que significa. Es terrible sentir la presencia de una
fuerza tan fuerte y tan incontrolable. He visto como la maltrataba físicamente,
he escuchado la voz con la que le aullaba. Ocurrió después de una Audiencia General de Juan Pablo II. El Papa recito el exorcismo,
pero no pasaba nada. Luego dijo que al día siguiente celebraría Misa por las intenciones
de la joven. Y después de la Misa, ella de repente se sintió otra persona; todo
había pasado. Al principio no lo podía creer; creía que era una enfermedad psíquica.
Pero Satán existe.
Cardenal Dziwisz: Satan existe, por más que la ideología prevalente opine que se trata de cuentos. Hoy el diablo trabaja de tal manera que la gente crea que no existe. Se trata de una perfidia aun mayor.
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