Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

miércoles, 30 de abril de 2025

Padre Jacek Salij OP: Francisco no cambió la disciplina sacramental, sino que intentó “poner el tema sobre el tapete”

 


Cuando murió Francisco, decidí volver a estudiar Amoris laetitia. Rápidamente me convencí de que su autor no tenía intención de cambiar la disciplina sacramental establecida en la Iglesia durante siglos. Al mismo tiempo, era un pastor que verdaderamente amaba a la gente.

George Weigel, un pensador católico muy respetado en la Iglesia, cuando al día siguiente de la muerte del Santo Padre Francisco se le preguntó qué esperaba de su sucesor, respondió: "Espero que intente restablecer el orden doctrinal, moral y administrativo en el gobierno de la Iglesia". Por eso, hizo una valoración más bien negativa de este pontificado.

Personalmente, me preocupó mucho la confianza quizás excesiva que Francisco mostró en los comunistas chinos, otorgándoles poderes que las autoridades seculares nunca deberían tener en la Iglesia, y mucho menos autoridades hostiles a la Iglesia. También para nosotros los polacos fue difícil aceptar que se tratara a Rusia y Ucrania como partes iguales en su enfrentamiento entre agresor y víctima. Sí, nadie dudaba que el Papa quería lo mejor. Pero ¿por qué sería tan ingenuo el Papa? Algunos tímidamente supusieron que esto podría ser una ingenuidad evangélica. ¿O quizás fue simplemente pura ingenuidad?


No sé lo suficiente para evaluar las decisiones papales mencionadas anteriormente. Sin embargo, me gustaría discrepar con Weigel, quien considera que el error fatal del Santo Padre fue su gran llamado a invitar más cordialmente a la Iglesia a todos aquellos que, por no ser admitidos a los sacramentos, se sienten marginados en la Iglesia. Cuando se publicó la exhortación Amoris laetitia , no sólo Weigel sino muchos católicos sinceros (no ocultaré que yo también lo hice) nos preocupamos de que el Papa pudiera estar olvidando la indisolubilidad del matrimonio sacramental y estuviera planeando invitar a los divorciados a la Sagrada Comunión.

 

Cuando murió Francisco, decidí volver a estudiar la exhortación. Rápidamente me convencí de que su autor no tenía intención de cambiar la disciplina sacramental establecida en la Iglesia durante siglos. Al mismo tiempo, era un pastor que verdaderamente amaba a la gente. Veamos el número 242: «Las personas divorciadas que no se han vuelto a casar, a menudo testigos de la fidelidad conyugal, deben ser animadas a encontrar en la Eucaristía el alimento que las sostiene en su estado. La comunidad local y los pastores deben acompañar con solicitud a estas personas, especialmente a los niños o a quienes se encuentran en situación de extrema pobreza». Después de todo, esto es exactamente lo que enseñó Saint. ¡Juan Pablo II!


Sobre el tema de las personas divorciadas que se han vuelto a casar, Francisco escribió: «Si bien la Iglesia comprende que toda ruptura matrimonial es contraria a la voluntad de Dios, también es consciente de la debilidad de muchos de sus hijos. Iluminada por la mirada de Jesucristo, la Iglesia se dirige con amor a quienes comparten su vida de forma incompleta, reconociendo que la gracia de Dios también actúa en sus vidas, dándoles la valentía de hacer el bien, de cuidarse con amor y de servir a la comunidad en la que viven y trabajan» (n.º 291).


Algo más adelante escribió:: «Necesitamos ayudar a cada uno a encontrar su manera de participar en la comunidad eclesial, para que se sienta objeto de una misericordia inmerecida, incondicional y desinteresada. Nadie puede ser condenado para siempre, porque esa no es la lógica del Evangelio».

 

El fuerte énfasis del Santo Padre en el hecho de que hay un lugar para todos en la Iglesia fue percibido por algunos como un estímulo a no preocuparse demasiado por el principio hasta ahora inquebrantable de que sólo podemos recibir la Sagrada Comunión en un estado de gracia santificante. El mismo Papa, cuando se le preguntó directamente si efectivamente invita a la Mesa del Señor también a aquellos católicos que viven en matrimonios no sacramentales, rechazó tal interpretación de su exhortación. Al mismo tiempo, sin embargo, repitió que todos están invitados a unirse a la comunidad de la Iglesia, porque la Iglesia quiere ser madre de todos los bautizados.

 

Por eso, no es sorprendente que muchos católicos reaccionaran con firme oposición a una posición tan poco clara del pastor supremo. Esta objeción fue expresada de manera sencilla pero perspicaz en la opinión del cardenal Gerhard Müller, quien recordó que la condición para recibir el sacramento de la penitencia es la conversión genuina. Por eso en la Iglesia nos alegramos cuando personas que viven sin boda sacramental, pero están dispuestas a vivir como hermano y hermana, se confiesan y reciben la Sagrada Comunión.

 

Sin embargo, hay algo sospechoso en ese celo pastoral que está dispuesto a restar importancia a la clara enseñanza de la Iglesia. Cristo Maestro y Cristo Buen Pastor son, después de todo, una y la misma persona. Por lo tanto, ofrecer los sacramentos a alguien que no tiene ninguna intención de convertirse es probablemente algún tipo de malentendido. Es difícil no estar de acuerdo con el cardenal.

Pero el Papa Francisco también tenía toda la razón: Estaba tan interesado en asegurar que todos los posibles se sintieran como en casa en la Iglesia, y que nadie fuera despreciado o marginado. La exhortación Amoris laetitia merece sin duda ser recordada por nosotros en la Iglesia.

 

En resumen, parece tratarse de un caso de disputa en el que ambas partes tienen razón. Resolveremos esta difícil situación a la manera de Dios sólo con la condición de que cada parte intente escuchar atentamente y con simpatía los argumentos de la otra parte. Ambas partes de la disputa deberían realmente estar interesadas no en salirse con la suya, sino en asegurar que nuestra Iglesia sea realmente la Iglesia de Cristo, quien nos dio el Evangelio, murió por nosotros y resucitó de entre los muertos.


Jacek Salij OP

Publicado en EKAI – 30 de abril de 2025

 


lunes, 28 de abril de 2025

Novemdiale Sacrum – Nueve días de oración por el Papa Francisco

 


El Papa Francisco siempre puso en el centro el Evangelio de la misericordia, resaltando constantemente que Dios no se cansa de perdonarnos: Él perdona siempre, cualquiera sea la situación de quien pide perdón y vuelve al buen camino.

Quiso el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, destacando que la misericordia es “es el corazón del Evangelio”. Misericordia y alegría del Evangelio:  dos conceptos clave del Papa Francisco.

En contraste con lo que definió como “la cultura del descarte”, habló de la cultura del encuentro y de la solidaridad. El tema de la fraternidad atravesó todo su Pontificado con tonos vibrantes. En la Carta encíclica Fratelli tutti quiso hacer renacer una aspiración mundial a la fraternidad, porque todos somos hijos del mismo Padre que está en los cielos. Con fuerza recordó a menudo que todos pertenecemos a la misma familia humana. (Cardenal Giovanni Battista Re en laMisa de exequias)

Hoy, segundo domingo de Pascua, domingo in Albis, celebramos la fiesta de la Misericordia. Precisamente la misericordia del Padre, más grande que nuestros límites y que nuestros cálculos, es aquello que ha caracterizado el Magisterio del Papa Francisco y su intensa actividad apostólica, junto al deseo de anunciarla y compartirla con todos —el anuncio de la Buena noticia, la evangelización— que fue el programa de su pontificado. Él nos ha recordado que “misericordia” es el nombre mismo de Dios y, por lo tanto, nadie puede poner un límite a su amor misericordioso, con el que Él quiere volver a levantarnos y hacernos personas nuevas. (de la Homilia del Cardenal Pietro Parolin el Domingo de la Misericordia)  

La Eucaristía del domingo fue parte de los nueve días de oración por el Papa fallecido, conocidos en latín como Novemdiales, que están previstos en el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis , que define los pasos posteriores de la liturgia funeraria después de la muerte del Sucesor de San Pedro. Según la tradición, la primera de estas Misas es la liturgia funeral del Papa difunto.

Novemdiales es el tiempo desde el funeral del Obispo de Roma (generalmente 4-6 días después de la muerte) hasta la reunión de la asamblea de cardenales electores en cónclave en la Capilla Sixtina, que ocurre como mínimo 15 días y como máximo 20 días después de la muerte del Papa. Durante este período, se celebran diariamente misas funerales por el alma del Papa fallecido. A partir del segundo día, están invitados a participar en esta oración: los residentes y empleados del Vaticano, la Iglesia de Roma, los capítulos de las basílicas papales, los miembros de la llamada Capilla Papal, los empleados de la Curia Romana, las Iglesias orientales, los miembros de las congregaciones religiosas y de los institutos de vida consagrada. El último día, el noveno, se celebra la Misa con todos los cardenales, reunidos en espera del inicio del cónclave que elegirá al nuevo Sucesor de San Pedro. Las celebraciones del Novemdiales tienen lugar en la Basílica del Vaticano.


El nombre de esta época proviene de la tradición de la antigua Roma. El noveno día del mes se consideraba un día de penitencia y ese día se celebraban servicios (los llamados novemdiales sacrum) por las almas de los difuntos.

Las misas individuales a celebrar (y celebradas):

26 de abril – Decano del Colegio Cardenalicio, Cardenal Giovanni Battista Re

27 de abril – Cardenal Pietro Parolin, ex Secretario de Estado de la Santa Sede

28 de abril – Cardenal Baldassare Reina, Vicario General de la Diócesis de Roma

29 de abril – Cardenal Mauro Gambetti, Arcipreste de la Basílica de San Pedro

30 de abril – Cardenal Leonardo Sandri, vicedecano del Colegio Cardenalicio

1 de mayo – Cardenal Víctor Manuel Fernández, ex prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe

2 de mayo – Cardenal Claudio Gugerotti, ex Prefecto del Dicasterio de las Iglesias Orientales

3 de mayo – Cardenal Ángel Fernández Artime, ex Prefecto del Dicasterio para la Vida Consagrada y los Institutos de Vida Apostólica

4 de mayo – Cardenal Dominique Mamberti, Protodiácono del Colegio Cardenalicio

Del 28 de abril al 4 de mayo se celebrarán misas por el alma del Papa Francisco, a las 10:00 y a las 17:00 horas, en la Basílica de San Pedro.

En la constitución apostólica “Praedicate Evengelium” [Predicad el Evangelio]  sobre la Curia Romana y su servicio a la Iglesia en el mundo, el Papa Francisco emitió, entre otras: instrucciones sobre su funcionamiento durante la “sede vacante”. La llamada vacante existe en la Santa Sede durante el período que sigue a la muerte o renuncia de un Papa hasta la elección de su sucesor. De acuerdo con esta normativa, algunos jefes de dicasterios de la Curia Romana cesan en sus funciones.

 

domingo, 27 de abril de 2025

Papa Francisco : “Tener vida” – Domingo de la Divina Misericordia 2024

 


En su último Ángelus para el Domingo de la Misericordia 2024 el Papa Francisco nos recordaba:

Hoy, segundo domingo de Pascua -dedicado por san Juan Pablo II a la Divina Misericordia-, el Evangelio (cfr. Jn 20,19-31) nos dice que si creemos en Jesús, el Hijo de Dios, podemos tener vida eterna en su Nombre (v. 31).

 “Tener vida”: ¿qué significa?

Todos queremos tener vida, pero existen diversos puntos de vista sobre cómo lograrlo. Por ejemplo, hay quien reduce la existencia a una carrera frenética para gozar y poseer muchas cosas: comer y beber, divertirse, acumular dinero y objetos, sentir emociones fuertes y nuevas, etc. Este es un camino que a primera vista parece atractivo, pero que no sacia el corazón. No es así como se “tiene vida”, porque siguiendo los caminos del placer y del poder no se encuentra la felicidad. De hecho, quedan sin respuesta muchos aspectos de la existencia como, por ejemplo, el amor, las experiencias inevitables del dolor, las limitaciones y la muerte. Y, además, no se hace realidad el sueño que todos tenemos en común: la esperanza de vivir para siempre, de ser amados sin fin.

Plenitud de vida

Hoy, el Evangelio dice que esta plenitud de vida, a la que cada uno de nosotros está llamado, se realiza en Jesús: es Él quien nos da la vida plena. Pero, ¿cómo acceder a ella, cómo experimentarla?

Veamos lo que les sucedió a los discípulos del Evangelio. Están atravesando el momento más trágico de su vida: después de los días de la Pasión, están encerrados en el Cenáculo, asustados y desanimados. El Resucitado se presenta en medio de ellos, y, en primer lugar, les muestra sus llagas (cfr. v. 20): son los signos del sufrimiento y del dolor, podrían suscitar sentimientos de culpa, y, sin embargo, con Jesús se convierten en canales de misericordia y perdón. Así, los discípulos ven y tocan con la mano que con Jesús la vida vence siempre, la muerte y el pecado son derrotados. Y reciben el don de su Espíritu, que les da una vida nueva, de hijos amados -vida de hijos amados-, hecha de alegría, amor y esperanza. Os pregunto: ¿tenéis esperanza? Que cada uno se pregunte: ¿cómo va mi esperanza?

He aquí qué hacer cada día para “tener vida”: basta con fijar la mirada en Jesús crucificado y resucitado, encontrarlo en los Sacramentos y en la oración, reconocerlo presente, creer en Él, dejarse tocar por su gracia y guiar por su ejemplo, experimentar la alegría de amar como Él. Cada encuentro con Jesús, un encuentro vivo con Él, nos permite tener más vida. Hay que buscar a Jesús, dejarse encontrar -porque Él nos busca-, abrir el corazón al encuentro con Jesús.

Pero preguntémonos: ¿creo en el poder de la resurrección de Jesús, creo que ha resucitado? ¿Creo en su victoria sobre el pecado, el miedo y la muerte? ¿Me dejo implicar en la relación con el Señor, con Jesús? ¿Y dejo que Él me empuje a amar a los hermanos y las hermanas, y a tener esperanza todos los días? Que cada uno piense en esto.

Que María nos ayude a crecer cada vez más en la fe en Jesús resucitado, para que “tengamos vida” y difundamos la alegría de la Pascua.

 

sábado, 26 de abril de 2025

El icono de Salus Popoli Romani


Es variada y extensa la historia de las tradiciones del icono de Santa María Salus Populi Romani,   que se venera en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma,  una imagen muy popular y muy venerada, a la que todos los Papas han acudido en tiempos difíciles para la religión y para la humanidad.

El Papa Francisco era devotísimo de Santa María Salus Populi Romani (126 veces se postro ante Ella)  y antes de emprender un viaje apostólico, siempre iba a postrarse ante la imagen de la Virgen, visita que repetía a su regreso. “Por allí han pasado todos los viajes apostólicos, todas las «esperanzas y preocupaciones», las «alegrías y tristezas», los «sueños y expectativas» compartidos por el pueblo de Dios y por el «mundo entero». Desde su mirada. Desde el vientre de su madre. La última visita hace apenas unos días, en el umbral de la Semana Santa.”

El icono original es sin duda el icono de la Virgen María más importante de cuantos se conservan en Roma. Durante varios siglos estuvo colocado sobre la puerta del baptisterio de la Basílica de Santa María la Mayor. En 1613 se llevó al altar de la Capilla Paulina construida en dicha basílica. El icono tenía fama de milagroso y, por ello, fue sacado en procesión en varias situaciones de gran necesidad. En una ocasión se le atribuye el milagro de acabar con una plaga en Roma. Mide 117 x 79 centímetros, un tamaño elevado para ser un icono.

Desde el comienzo de su pontificado Juan Pablo II quiso que una lámpara estuviera encendida de día y de noche bajo el icono de María, Salus Populi Romani, como testimonio de su gran devoción. Con ocasiónde la solemnidad de la Inmaculada Concepcion de la Virgen Maria en su homilía en la Basílica de Santa Maria la Mayor expresaba:   

Salus Populi! Salus Populi Romani! Este titulo consagra justamente la devoción mariana de Roma. Puede remontarse a los mismos orígenes de esta basílica, puesto que ya mi predecesor Sixto III, en el siglo V, en la inscripción dedicatoria, llama así a la Virgen: Virgo Maria... nostra salus. La invocación se enriqueció en la alta Edad Media, favorecida por la solemne procesión del 15 de agosto, que unía la devoción a la imagen del Salvador, conservada en la Basílica Lateranense, con la de la Virgen de Santa María la Mayor. Entonces el pueblo romano cantaba a la Virgen durante la procesión: "Virgen María, mira propicia a tus hijos... Alma María, muéstrate benigna a las lágrimas de quien te suplica. Madre Santa de Dios, mira al pueblo romano...”

Desde el año 2003  una réplica del icono acompaña a la Cruz de los Jóvenes, que preside las jornadas desde la primera (año 1984). En aquella  de 2003 la XVIII JMJ con el lema  “Ahí tienes a tu madre” (Jn 19,27) les decia Juan Pablo II a los jóvenes: 

«Hoy yo les confío a ustedes… el icono de María. De ahora en adelante, juntamente con la Cruz, este icono acompañará las Jornadas mundiales de la juventud. Será signo de la presencia materna de María junto a los jóvenes, llamados, como el apóstol san Juan, a acogerla en sus vidas»

viernes, 25 de abril de 2025

Salus Popoli Romani, Francisco y Makrickas

 


El cardenal Rolandas Makrickas es la única persona mencionada por su nombre en el testamento del Papa. En 2022, se reunió con Francisco durante las obras de renovación de la Basílica de Santa María la Mayor y le sugirió que podría ser enterrado allí. Se refirió así al especial amor que el Papa tenía por este lugar debido al icono milagroso de la santa patrona de Roma,  que se conserva en la Basílica. Frente a Ella el Santo Padre rezó nada menos que 126 veces.

 

Francisco reveló su intención hace dos años en una entrevista. Sin embargo, ya había escrito en su testamento, fechado el 29 de junio de 2022: «Deseo que mi último viaje terrenal termine en este santuario mariano centenario, al que acudía a rezar al principio y al final de cada viaje apostólico, para encomendar mis intenciones a la Madre Inmaculada y agradecerle su tierno y maternal cuidado». El Santo Padre precisó que pidió que su sepultura fuera preparada en un nicho en la nave lateral, entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza.


Revelando el origen de esta decisión, el arcipreste coadjutor de esta basílica papal más pequeña de Roma confesó que le sugirió la idea a Francisco cuando se encontraron en 2022 con motivo de la renovación de la Capilla Paulina, que alberga el icono de la Salus Papuli Romani (Salvación del Pueblo Romano). "Él respondió que los papas están enterrados en el Vaticano, pero después de unas semanas pensó en esta idea y dijo que quería ser enterrado junto a la Madre", recordó el cardenal lituano en una entrevista para medios italianos.

 

Admitió que el Santo Padre le había revelado que una noche tuvo un sueño con la Virgen, diciéndole que había llegado el momento de cuidar su tumba. – Confesó que para él significaba que Nuestra Señora se acordara de él – dice el coadjutor de Santa María la Mayor. El Papa visitó personalmente los lugares donde podría ser enterrado. Incluso vio una pequeña habitación donde se guardaban candelabros, que habría sido perfecta para una pequeña capilla funeraria. Pero al final eligió un lugar en el nicho, entre los confesionarios que estaban a ambos lados, donde también se podían escuchar confesiones en polaco. Cerca se encuentra la entrada a la capilla de la Salus Populi Romani y el altar del santo patrón de su pontificado, San Francisco.




 

El Papa visitó esta basílica el Sábado Santo. Luego escuchó que todo estaba listo. Su visita al santo patrono de Roma cerró su pontificado de doce años con un abrazo de oración: estuvo allí por primera vez el día después de su elección a la Cátedra de Pedro, y los últimos dos días antes de su muerte. La sencilla lápida está hecha de mármol de la región italiana de Liguria, de donde procedían los abuelos de Jorge Bergoglio. Encima se encuentra una reproducción de la cruz de plata que el Papa llevaba en el pecho. Esta es una respuesta a la petición del testamento de que "la tumba sea en el suelo, sencilla, con la única inscripción FRANCISCUS".

 

Es un gran honor para nosotros, pero también una obligación, que Francisco haya elegido nuestra basílica como lugar de su descanso final”, enfatizó el cardenal Makrickas, expresando su convicción de que la basílica se convertirá en un lugar de oración aún mayor. El jerarca lituano no reveló la identidad del misterioso benefactor mencionado en el testamento de Francisco, indicando que los fondos recibidos de él financiarían su entierro. Sólo confesó que estaría presente en el funeral del Papa.

 

Francisco no es el primer Papa cuya tumba estará fuera del Vaticano. Tampoco será el primero en ser enterrado en el santuario mariano más antiguo del mundo occidental. En la historia de la Iglesia ha habido 266 papas, de los que sólo unos 90 descansan en la Basílica de San Pedro.  En Santa María la Mayor estarán ahora las tumbas de  siete sucesores de San Pedro.

 

Fuente: Ekai

El testamento del Papa Francisco

 


Documento redactado por Jorge Mario Bergoglio en Santa Marta el 29 de junio de 2022: 

«Pido que se prepare mi tumba en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la Basílica de Santa María la Mayor. La tumba debe estar en la tierra; sencilla, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus».

 Miserando atque Eligendo

 En el Nombre de la Santísima Trinidad. Amén.

Sintiendo que se acerca el ocaso de mi vida terrena, y con viva esperanza en la Vida Eterna, deseo expresar mi voluntad testamentaria sólo en cuanto al lugar de mi sepultura.

Mi vida y mi ministerio sacerdotal y episcopal los he confiado siempre a la Madre de Nuestro Señor, María Santísima. Por tanto, pido que mis restos mortales descansen esperando el día de la resurrección en la Basílica Papal de Santa María la Mayor.

Deseo que mi último viaje terrenal termine en este antiquísimo santuario mariano, al que acudía en oración al inicio y al final de cada Viaje Apostólico, para encomendar confiadamente mis intenciones a la Madre Inmaculada y agradecerle sus dóciles y maternales cuidados.

 

Pido que se prepare mi sepulcro en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la citada Basílica Papal, como se indica en el anexo adjunto.

 El sepulcro debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus.

 Los gastos para la preparación de mi entierro serán cubiertos por la suma del benefactor que he dispuesto, que será transferida a la Basílica Papal de Santa María la Mayor y para la cual he encargado las oportunas instrucciones al Arzobispo Rolandas Makrickas, Comisario Extraordinario del Capítulo Liberiano.

 Que el Señor dé una merecida recompensa a quienes me han amado y seguirán rezando por mí. El sufrimiento que se hizo presente en la última parte de mi vida lo ofrecí al Señor por la paz mundial y la fraternidad entre los pueblos.

 Santa Marta, 29 junio 2022

FRANCISCO

Fuente: Vatican News


jueves, 24 de abril de 2025

Un Papa con el corazón de Francisco y la claridad doctrinal de Juan Pablo II y Benedicto XVI – Cardenal Timothy Dolan

 En una entrevista en Today, el Cardenal Dolan reflexiona sobre la muerte del Papa Francisco, subrayando su humanidad, autenticidad y el simbolismo de su fallecimiento el Lunes de Pascua. Destaca su impacto universal y expresa su deseo de que el próximo Papa combine el corazón de Francisco, la fortaleza de Juan Pablo II y la claridad intelectual de Benedicto XVI.

«Es muy significativo. Siempre digo que no podemos coreografiar nuestra partida, pero si pudiéramos, esta no habría estado mal. Ayer celebrábamos la resurrección, la nueva vida, que Jesús venció a la muerte y comparte su triunfo con nosotros. Y esta mañana nos despertamos con la noticia de que su representante en la Tierra, el Obispo de Roma, el sucesor de Pedro, nuestro Santo Padre, el Papa, había pasado —por usar una expresión de nuestros vecinos judíos— de esta vida a la vida eterna. No se podría haber coreografiado mejor. 

A él le gustaban esas cosas. Sabemos que el Papa San Juan Pablo II estudió interpretación. Bergoglio, el Cardenal Bergoglio, el Papa Francisco, era un natural. Sabía el poder de los símbolos. Era muy auténtico, muy sincero. No quería aparentar, pero le salía de manera natural: el abrazo, el beso, la bendición, la sonrisa. Así que uno pensaría que lo planeó, aunque sabemos que no fue así, pero Dios sí lo planeó. Y le agradezco a Dios la hermosa forma en que partió».

El arzobispo de Nueva York asegura que «en esencia, los Papas no cambian. Su labor es conservar, transmitir la solidez de la fe y las creencias morales de la Iglesia reveladas en la Biblia. Pero el estilo, la manera en que lo hacen, eso sí cambia. Y en su caso, era brillante, contagioso. Y eso es difícil de igualar. Lo hacía de forma tan natural, tan hermosa. Caminando hacia aquí, la gente se me acercaba llorando. Otros decían, “No somos católicos, pero lo vamos a echar mucho de menos.” Un hombre se me acercó y dijo, “Soy algo agnóstico, pero me encantaba el viejo.” Así era como tocaba a la gente, ¿sabes? Gracias a Dios lo tuvimos».

El cardenal recuerda su participación en el anterior cónclave

Tuve el honor de estar allí cuando el buen Papa Benedicto renunció. Fue algo asombroso para mí entonces. Y lo será de nuevo ahora, pero al menos ya tengo una experiencia. Es muy interesante. Y todos queremos conocernos mejor. Así que el Colegio de Cardenales, y creo que hay 138 menores de 80 años que entrarán al cónclave, el encierro. Nos conocemos de nombre, pero no muy bien. Por eso hay como un período de dos semanas entre la muerte del Pontífice y la apertura del cónclave. Estamos juntos unas ocho horas al día. Nos escuchamos, rezamos, discutimos. Es un tiempo muy revelador. Fue extraordinariamente útil y esclarecedor para mí hace 12 años, y tengo ganas de repetirlo.

 

Ante la pregunta de qué espera ver en el próximo Papa, responde:

Bueno, cuando tienes 75 como yo, tienes en tu memoria a Papas pasados. Y sueñas con una mezcla de ellos. Me encantaría ver a alguien con el vigor, la convicción y la fortaleza de Juan Pablo. Alguien con la capacidad intelectual de un Papa Benedicto. Y alguien con el corazón de un Papa Francisco. ¿Cómo combinar eso? No estamos en un laboratorio haciendo mutaciones genéticas. Pero probablemente eso es lo que buscaríamos. Alguien con el mismo estilo de Francisco: esa calidez, ese corazón, esa sonrisa, esa bondad, ese abrazo. Y quizás con un poco de mezcla con Juan Pablo y Benedicto en cuanto a más claridad en la enseñanza, más refinamiento de la tradición de la Iglesia, más exploración de los tesoros del pasado para recordarnos lo que Jesús espera de nosotros hoy. Probablemente una mezcla de los grandes Papas que hemos tenido recientemente. Eso es lo que buscaríamos.

 

El prelado estadounidense asegura que no era fácil encasillas a Francisco:

Era difícil encasillarle. Nos comentó una vez, a un grupo de obispos americanos con los que se reunió: “Tengo la costumbre de enfadar a todo el mundo.” Porque la gente se molestaba con él. Un día hablaba de un papel más amplio para las mujeres y al día siguiente decía: “Nada de mujeres sacerdotes.” Un día hablaba de la importancia de toda vida, no solo la del no nacido. Y al día siguiente comparaba el aborto con contratar a un asesino para quitar una vida inocente. Era difícil de clasificar. Nos gustan las categorías políticas claras y definidas, pero con un Papa eso no funciona. Y creo que ese estilo también es valioso. No se le podía encasillar fácilmente.

 

lunes, 21 de abril de 2025

Lunes de Pascua – el “lunes del ángel”

 


El lunes de Pascua se llama "lunes del Ángel" en recuerdo de lo que sucedió en el alba de aquel primer día después del sábado. En efecto, un ángel reconfortó a las mujeres que, habiendo ido al sepulcro, estaban desconcertadas y preocupadas al encontrar la tumba vacía. "Él les dijo:  No tengáis miedo. (...) Ha resucitado. No está aquí" (Mc 16, 6). Y añadió: "Ahora id" a anunciar esta buena nueva a los Apóstoles (cf. ib.).

También para nosotros tienen gran valor estas palabras del ángel, que escuchamos siempre con íntima emoción. En efecto, si Cristo ha resucitado, todo cambia y cobran sentido nuevo la vida y la historia.

La liturgia de hoy propone a nuestra meditación la predicación del apóstol san Pedro a las multitudes de Jerusalén. Se centra en este anuncio: "Dios resucitó a Jesús, y todos nosotros somos testigos" (Hch 2, 32).

Con sencillez y claridad, Pedro afirma que Cristo crucificado está vivo, ha resucitado, y "todos nosotros somos testigos". Desde entonces, la Iglesia no ha dejado de proclamar esta "buena nueva". Es urgente que todos los hombres conozcan y encuentren a Cristo, crucificado y resucitado, y se dejen conquistar por él. A cuantos lo acogen les abre el corazón a la alegría verdadera que renueva, embellece y enriquece de esperanza la existencia humana.

Regina caeli, laetare, alleluia! Con el gozo pascual exulta particularmente María, la Madre de Cristo, que con él compartió la dura prueba de la Pasión. Que María haga cada vez más viva nuestra fe en la resurrección del Señor y nos guíe en nuestro compromiso de testimoniar el mensaje gozoso y fundamental de la Pascua a los hombres y a las mujeres del tercer milenio.

(Juan Pablo II Regina Caeli,lunes 21 de abril de 2003)

El ultimo baile de Francisco - José María Rodríguez Olaizola, SJ

 




La sabiduría de Francisco 

 No me veo muy capaz de sintetizar el pontificado de Francisco, estos doce años que llegan a su fin. No me cabe duda de que va a haber estos días balances hasta la extenuación. Análisis eclesiológicos, teológicos y humanos. Citas de sus encíclicas y de los Sínodos que ha convocado. Homenajes, críticas, algunas desde el afecto y desgraciadamente también otras despiadadas, aunque se disfracen de fidelidad a la verdad. No pretendo tampoco ser objetivo. Cuando se trata de alguien querido, la objetividad no basta. Y creo que para todo católico el Papa, de algún modo, lo es; es más que el máximo responsable de una institución, un líder o una figura en una jerarquía. Es alguien que mezcla lo paterno, es el maestro en el que uno confía, y es también quien con su vida apunta de manera especial a Jesús, a través de una cadena de nombres que conducen hasta aquel pescador que un día echó las redes fiándose de la palabra del Maestro. En mi caso, a la familiaridad se añade el ser jesuita. Compañero de Jesús en la misma orden religiosa. Sus palabras a los jesuitas en tantas ocasiones fueron inspiradoras, claras y exigentes, pero ciertas, y al oírlas o leerlas, uno sentía que venían de un amigo en el Señor.

Su falta me hace sentir, primero, gratitud. Por lo mucho que deja. Porque ha removido seguridades, ha frenado inercias y ha hablado con palabras que para tantos resultaron fuente de consuelo. Porque ha hablado también con gestos concretos, en sus viajes a los márgenes, en sus caricias a los excluidos, en sus opciones por los intocables y en su cercanía a los más pobres. Porque ha puesto las bases para que, al menos, se pueda hablar de algunas cuestiones en las que los católicos necesitamos seguir buscando la Verdad -que es Jesucristo siempre- pero aterrizada hoy. Porque ha alentado la misericordia primero, y la esperanza después. Y ambas son muy necesarias en este tiempo implacable y derrotado. Porque ha sido profético en su clamor por la paz. Porque supo permanecer sereno ante ataques furiosos y risueño ante la tormenta

También siento tristeza. No porque muera. Eso llega al final de vidas bien vividas. La suya lo ha sido. Y la muerte es antesala de la resurrección. Tampoco es tristeza por las críticas. Esas son legítimas y algunas de ellas pueden ser válidas. Siento tristeza por todo el odio que ha tenido que sufrir. Por el veneno que han destilado contra él. Algunos de quienes alegaban en otros tiempos que disentir con un Papa era poco menos que herético, a Francisco lo han descalificado, insultado, despreciado y ridiculizado. Creo que su reivindicación del cuidado de la casa común llegó demasiado pronto para ser entendida, pero quizás demasiado tarde ya para que cambiemos la dinámica de una creación atormentada. Y su grito a favor de la acogida a tantas personas que se sienten fuera de la Iglesia llegó demasiado tarde para sanar algunas heridas, pero demasiado pronto para quienes aún tienen el corazón de piedra y son incapaces de comprender aquello de «el que esté libre de pecado que tire la primera piedra».

Una vez me escribió. A mano. Una carta preciosa, que guardaré siempre con cariño.  Entre otras cosas, me decía: 

«Algunos te dirán que sos atrevido (eso de decir que “Dios baila con nosotros”) pero déjalos que digan. Vos seguí “bailando”. Yo ruego por vos, por favor, hazelo por mí, que lo necesito. Que no me equivoque de baile, y si me equivoco, que empiece de nuevo con otra misión.»

Pues sigue bailando ahora, Francisco, con la eternidad y con Dios. Acá seguiremos nosotros, bailando con el recuerdo, con la vida, y en tantas batallas pendientes, en esta Iglesia en la que cabemos todos, todos, todos.

José María Rodríguez Olaizola, sj | 

 

sábado, 19 de abril de 2025

“¡Oh sublime misterio de esta Noche Santa!


Noche en la cual revivimos ¡el extraordinario acontecimiento de la Resurrección! Si Cristo hubiera quedado prisionero del sepulcro, la humanidad y toda la creación, en cierto modo, habrían perdido su sentido. Pero Tú, Cristo, ¡has resucitado verdaderamente!

Entonces se cumplen las Escrituras que hemos escuchado de nuevo en la liturgia de la Palabra, recorriendo las etapas de todo el designio salvífico. Al comienzo de la creación "Vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno" (Gn 1,31). A Abrahán había prometido: "Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia" (Gn 22,18). Se ha repetido uno de los cantos más antiguos de la tradición hebrea, que expresa el significado del antiguo éxodo, cuando "el Señor salvó a Israel de las manos de Egipto" (Ex 14,30). Siguen cumpliéndose en nuestros días las promesas de los Profetas: "Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis..." (Ez 36,27).

En esta noche de Resurrección todo vuelve a empezar desde el "principio"; la creación recupera su auténtico significado en el plan de la salvación. Es como un nuevo comienzo de la historia y del cosmos, porque "Cristo ha resucitado, primicia de todos los que han muerto" (1 Co 15,20). Él, "el último Adán", se ha convertido en "un espíritu que da vida" (1 Co 15,45).

El mismo pecado de nuestros primeros padres es cantado en el Pregón pascual como "felix culpa", "¡feliz culpa que mereció tal Redentor!". Donde abundó el pecado, ahora sobreabundó la Gracia y "la piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular" (Salmo resp.) de un edificio espiritual indestructible.

 En esta Noche Santa ha nacido el nuevo pueblo con el cual Dios ha sellado una alianza eterna con la sangre del Verbo encarnado, crucificado y resucitado.”

 

(Juan Pablo II Vigilia Pascual Sábado, 19 de abril de 2003)

 

 FELIZ Y BENDECIDA PASCUA DE RESURRECCION!!

 

La hora de la victoria de Cristo

 


"¿Buscáis a Jesús el crucificado?" (Mt 28, 5).

¿Por qué habéis venido ahora?  ¿Buscáis a Jesús el crucificado?

 Sí. Buscamos a Jesús crucificado. Lo buscamos esta noche después del sábado, que precedió a la llegada de las mujeres al sepulcro, cuando ellas con gran estupor vieron y oyeron: "No está aquí..." (Mt 28, 6).

(…)

"Nuestro hombre viejo ha sido crucificado con El, para que... no seamos más esclavos del pecado..." (Rom 6, 6),

porque nosotros nos consideramos "muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús" (ib., 6, 11); efectivamente:

 "Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios" (ib., 6, 10);

 porque: "Por el bautismo fuimos sepultados con El en la muerte, para que, así como Cristo fue despertado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva" (ib., 6, 4);

porque: "Si nuestra existencia está unida a El en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya" (ib., 6, 5);

 porque creemos que "si hemos muerto con Cristo..., también viviremos con El" (ib., 6, 8);

y porque creemos que "Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre El" (ib., 6, 9).

 

 Precisamente por esto estamos aquí.

Por esto velamos junto a su tumba.

Vela la Iglesia. Y vela el mundo.

 

La hora de la victoria de Cristo sobre la muerte es la hora más grande de su historia.

 

(de la Homilía de Juan Pablo II  Sabado Santo 1981)

 

FELIZ Y BENDECIDA PASCUA DE RESURRECCION!!

 


viernes, 18 de abril de 2025

Viernes Santo - "Ve, Francisco, repara mi casa, que, como ves, está totalmente en ruinas"

 


El Santo Padre Benedicto XVI al dirigirse a los jóvenes en Asis,  con ocasión del VIII centenario de la conversión de San Francisco,  les habló de esa “conversación” de San Francisco con Jesus Crucificado y su significado en la vida de toda la Iglesia:

(…) La experiencia de la Verna, donde recibió los estigmas, muestra hasta qué grado de intimidad había llegado en su relación con Cristo crucificado. Realmente pudo decir con san Pablo:  "Para mí vivir es Cristo" (Flp 1, 21). Si se desprende de todo y elige la pobreza, el motivo de todo esto es Cristo, y sólo Cristo. Jesús es su todo, y le basta…El Crucifijo de San Damián le había pedido que reparara la casa de Cristo, es decir, la Iglesia. Entre Cristo y la Iglesia existe una relación íntima e indisoluble. Ciertamente, en la misión de Francisco, ser llamado a repararla implicaba algo propio y original…Es la imagen de Cristo crucificado y resucitado, vida de la Iglesia, que, si estamos atentos, nos habla también a nosotros, como habló hace dos mil años a sus Apóstoles y hace ochocientos años a san Francisco. La Iglesia vive continuamente de este encuentro….

También a cada uno de nosotros nos dice: "Ve y repara mi casa". Todos estamos llamados a reparar, en cada generación, la casa de Cristo, la Iglesia. Y sólo actuando así, la Iglesia vive y se embellece. Como sabemos, hay muchas maneras de reparar, de edificar, de construir la casa de Dios, la Iglesia. Se edifica con las diferentes vocaciones, desde la laical y familiar hasta la vida de especial consagración y la vocación sacerdotal… ….

"Abrid las puertas a Cristo". Abridlas como hizo san Francisco, sin miedo, sin cálculos, sin medida”…

 Y en la homilía de la concelebración eucarística durante esa misma visita

“… "Ve, Francisco, y repara mi casa" (2 Cel I, 6, 10: FF 593), su camino no fue más que el esfuerzo diario de configurarse con Cristo. Se enamoró de Cristo. Las llagas del Crucificado hirieron su corazón, antes de marcar su cuerpo en la Verna. Por eso pudo decir con san Pablo: "Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí" (Ga 2, 20). Esta es su conversión a Cristo, hasta el deseo de "transformarse" en él, llegando a ser su imagen acabada, que explica su manera típica de vivir, en virtud de la cual se nos presenta tan actual, incluso respecto de los grandes temas de nuestro tiempo, como la búsqueda de la paz, la salvaguardia de la naturaleza y la promoción del diálogo entre todos los hombres”…

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Viernes Santo …..Jesús y nuestras cárceles externas e internas

 


Mt 25:35 “porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; 25:36 desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver”.

En el Ángelus del 9 de julio del 2000 Año jubilar el Papa Juan Pablo II comunicaba con alegría que aquella mañana se había encontrado con los detenidos de la cárcel "Regina Coeli" para celebrar con ellos el jubileo. “Ha sido un momento de oración y de humanidad muy emotivo” - decía el Papa y agregaba “ Leyendo en sus ojos, he tratado de intuir los sufrimientos, los anhelos y las esperanzas de cada uno. Sabía que en ellos encontraba a Cristo, que en el Evangelio se identificó con los detenidos hasta el punto de decir: "Estuve (...) en la cárcel y vinisteis a verme" (Mt 25, 36).

 

“"Estuve (...) en la cárcel..." (Mt 25, 35-36) - Estas palabras de Cristo ….- decia el Papa en la Homilia - nos traen a la mente la imagen de Cristo que estuvo efectivamente en la cárcel. Nos parece volverlo a ver en la tarde del Jueves santo en Getsemaní: él, la inocencia personificada, escoltado como un malhechor por los esbirros del Sanedrín, capturado y llevado ante el tribunal de Anás y Caifás. Siguen las largas horas de la noche a la espera del juicio ante el tribunal romano de Pilato. El juicio tiene lugar la mañana del Viernes santo en el pretorio: Jesús está de pie ante el procurador romano, que lo interroga. Sobre su cabeza pende la demanda de condena a muerte mediante el suplicio de la cruz. Lo vemos luego atado a un palo para la flagelación. Sucesivamente es coronado de espinas... "Ecce homo", "He aquí al hombre". Pilato pronunció esas palabras, tal vez esperando que se produjera una reacción de humanidad en los presentes. La respuesta fue: "¡Crucifícalo, crucifícalo!" (Lc 23, 21). Y cuando, por fin, le quitaron las cuerdas de las manos, fue para clavarlas en la cruz.

 

[…]

 

"Estuve (...) en la cárcel, y vinisteis a verme" (Mt 25, 35-36). Pide que lo vean en vosotros, como en muchas otras personas afectadas por diversas formas de sufrimiento humano: "Cuantas veces hicisteis eso a uno de estos mis hermanos menores, a mí me lo hicisteis" (Mt 25, 40). Se puede decir que estas palabras contienen el "programa" del jubileo en las cárceles, que hoy celebramos. Nos invitan a vivirlo como compromiso en favor de la dignidad de todos, la dignidad que brota del amor de Dios a toda persona humana.

 

[…]

 

En el centro de este jubileo está Cristo, el detenido; al mismo tiempo, está Cristo, el legislador. Él es el que establece la ley, la proclama y la consolida. Sin embargo, no lo hace con prepotencia, sino con mansedumbre y con amor. Cura lo que está enfermo, fortalece lo que está quebrado. Donde arde aún una tenue llama de bondad, la reaviva con el soplo de su amor. Proclama con fuerza el derecho, pero cura las heridas con el bálsamo de la misericordia.

 

 

"sacar de las cárceles a los presos" (Is 42, 7)…... La "cárcel" de la que el Señor viene a sacarnos es, en primer lugar, aquella en la que se encuentra encadenado el espíritu. La cárcel del espíritu es el pecado. ¡Cómo no recordar, a este respecto, aquellas profundas palabras de Jesús: "En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado"! (Jn 8, 34). Esta es la esclavitud de la que él vino en primer lugar a librarnos. En efecto, dijo: "Si permanecéis en mi palabra, seréis en verdad discípulos míos y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Jn 8, 31).

 

 

De esta esclavitud viene a librarnos el Espíritu de Dios. Él, que es el Don por excelencia que nos obtuvo Cristo, "viene en ayuda de nuestra flaqueza, (...) abogando por nosotros con gemidos inenarrables" (Rm 8, 26). Si seguimos sus inspiraciones, produce nuestra salvación integral, "la adopción, la redención de nuestro cuerpo" (Rm 8, 23).

 

 

Así pues, es preciso que sea él, el Espíritu de Jesucristo, quien actúe en vuestro corazón, queridos hermanos y hermanas detenidos. Es necesario que el Espíritu Santo penetre totalmente en esta cárcel en la que nos encontramos y en todas las prisiones del mundo. Cristo, el Hijo de Dios, quiso ser detenido, dejó que le ataran las manos y luego las clavaran en la cruz, precisamente para que el Espíritu pudiera llegar al corazón de todo hombre. También donde los hombres están encerrados con los cerrojos de las cárceles, según la lógica de una justicia humana, por lo demás necesaria, es preciso que sople el Espíritu de Cristo, Redentor del mundo…. “

 

Perfiles de Cireneo

 


En su artículo  Roca al rojo vivo  publicado con el número 9 de septiembre de 2007 de “ Totus tuus ” (y reproducido en este blog) el crítico literario jesuita padre Antonio Spadaro escribe sobre la poesía de Karol Wojtyla. Dice con respecto a  Perfiles del Cireneo  ( escrito en 1957 y publicado en 1958 (el 23 de marzo?) bajo el seudónimo Andrzej Jawien por  Tygodnik Powszechny , semanario católico polaco)

"Leyendo su producción desde 1946 al Tríptico Romano, podríamos elegir algunas posturas vitales y constantes…Un tercer tema fundamental nos habla de la relación con Cristo. En marzo de 1958, cuatro meses antes de ser nombrado arzobispo de Cracovia, había publicado el poema Perfiles del Cirineo. La obra está centrada en la figura de Simón el Cirineo, visto como una poderosa imagen del hombre contemporáneo. En realidad, él describe 14 perfiles de “cireneos” contemporáneos: el melancólico, el esquizoide, los ciegos, el actor, la muchacha decepcionada en su amor, los niños, dos operarios, un intelectual, un emotivo, un volitivo… Wojtyła crea una fenomenología poética del hombre contemporáneo en pequeños pero densísimos cuadros. Cada perfil es el de un cireneo que carga a sus espaldas su propio yugo y escribe, su perfil se dibuja siempre al lado del otro Hombre…. “

PERFILES DE CIRENEO

Antes de discernir perfiles diferentes 

….El que mejor conozco es el perfil del Cireneo,

 

En todos sus aspectos posibles.

Su perfil se dibuja siempre al lado del otro Hombre

Si quieres saber sobre nuestros hombres

Y se rompió precisamente ahí

Donde el otro Hombre es más El mismo…

 

La visión de mí nació de César.

De ese perfil y de ese otro Hombre….

 

Toma el pensamiento que completa al hombre

O permite que el hombre comience de nuevo.

O también : déjate ayudar para que tú lo guías…..

 

SIMÓN DE CIRENE

Cuida y cuida al hombre. La Calle. ¿Todos esos

Rostros!....

Mi camino es angosto. Esperemos que llegue.

Que nadie beba en mis aguas!....

 Pero tu eres vasto, accesible a todos:

Tu contienes a todos los hombres….

(de Karol Wojtyla: POESÍAS, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1993).