“La salvaguardia, promoción, santificación y proyección apostólica de la vida familiar deben contar a los laicos católicos entre sus agentes más decididos y coherentes. Célula básica del tejido social, considerada por el Concilio Vaticano II como “Iglesia doméstica”, exige un esfuerzo evangelizador, para potenciar sus factores de crecimiento humano y cristiano y superar los obstáculos que atentan contra su integridad y finalidades.”
VIAJE A LA REPÚBLICA DOMINICANA,MÉXICO Y BAHAMAS (del discurso del Santo Padre Juan Pablo II a las organizaciones católicas nacionales de México - Ciudad de México Lunes 29 de enero de 1979)
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