El Padre Sebastián Zagari, de
Argentina, nos relata su #ExperienciaJMJ para la
Pastoral Juvenil Latinoamericana!
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Somos un grupo de 25 peregrinos de la diócesis
de San Nicolás de los Arroyos, en la Argentina, que tuvimos la gracia de
participar en la JMJ Panamá 2019. Nosotros viajamos, lógicamente, con emoción y
expectativas, pero lo que nos encontramos allá superó completamente esas
expectativas nuestras y el amor de Dios se hizo presente en cada una de las
personas que nos recibió…
Primero tuvimos la experiencia de los Días en las
Diócesis, que la vivimos en Costa Rica, en la diócesis de Cartago, donde se
encuentra la basílica de Nuestra Señora de los Ángeles, corazón espiritual del
país. Y dentro de la diócesis fuimos recibidos en un pueblo rural llamado
Cipreses, que tiene como patrona a la misma Virgen de los Angeles, y donde las
familias que nos alojaron, la comunidad parroquial y todo el pueblo en general
nos dieron una bienvenida inolvidable y nos hicieron sentir en casa,
abriéndonos con gran sencillez las puertas de su corazón… Esos días tan
hermosos compartidos con nuestros hermanos de Cipreses fueron la mejor
preparación espiritual que hubiéramos podido tener para vivir después la JMJ…
La vivencia en Panamá no se quedó atrás: también allá
fuimos recibidos, dentro de la parroquia Nuestra Señora de la Esperanza, en
casas de familia… ¡y nos sentimos realmente en familia! Esos días el
encontrarnos con tantos hermanos de todas partes del mundo, especialmente de
nuestra América Latina, nos fortalecieron en la fe, esa fe que en los días de
la JMJ se vivió y se celebró con tanta fuerza y alegría. La emoción de estar
con el Papa Francisco, nuestro compatriota, que tiene la misión de confirmarnos
en la fe como Sucesor de Pedro, nos llegó al corazón. Su presencia fue para
nosotros un testimonio vivo de la alegría del Evangelio. Su palabra, profunda y
a la vez tan cercana, nos hizo sentir la presencia de Jesús, que nos ama y así
nos salva; y nos animó a imitar a María, dando también nuestro sí a lo que Dios
nos pida, abrazando la vida como viene y acercándonos a nuestros hermanos que
más sufren.
Estos días en Costa Rica y en Panamá nos fortalecieron
mucho en la fe, nos llenaron de alegría, y nos hicieron tener una maravillosa
experiencia del amor de Jesús y de la Iglesia como familia, Iglesia que en
estos días la sentimos joven y llena de vida. Y si algo especial tuvo esta JMJ
fue la calidez y el amor del pueblo que nos recibió. ¡Gracias Costa Rica y
Panamá! ¡Gracias hermanos en la fe! ¡Gracias querido Santo Padre!
Padre Sebastián Zagari
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