El 5 de julio de 1985 marca un hito en
la Iglesia católica checa y eslovaca. Como había ocurrido en 1979 en Polonia,
ese día la Iglesia y los católicos le perdieron el miedo al régimen, con la
fuerte impronta espiritual de Juan Pablo II, que hubiese querido visitar
Checoslovaquia, con motivo del 1100 aniversario de la muerte de San Metodio,
pero el régimen comunista le negó la visa. Fue entonces el cardenal Casaroli el
encargado de llevar en su representación la rosa de oro que donaba al Santuario
de Velehrad, uno de los lugares de peregrinación más importantes en Moravia,
relacionado estrechamente con San Cirilo y San Metodio, quien fue primer
arzobispo de la gran Moravia.
Juan Pablo II continúo con su aporte y el 2 de junio de 1985 emitió su cuarta encíclica Slavorum Apostoli (los Apostoles de los Eslavos) en memoria de los dos santos Cirilo y Metodio, evangelizadores de los pueblos eslavos, considerados co-patronos de Europa, junto a san Benito.
Pero fue el 5 de julio de 1985, el dia que efectivamente se celebraba el 1100 aniversario de la muerte de san Metodio que la Iglesia Catolica recobró su fuerza y renació públicamente al congregarse para la celebración unas 200.000 personas. Dice Weigel en Testigo de Esperanza que el régimen había querido manipular la celebración tratándola de “festival pacifico” sin éxito, pues la gente comenzó a exclamar a viva voz “Esto es una peregrinación… queremos al Papa… queremos Misa”. Y la celebración se convirtió en la manifestación católica más multitudinaria en Checoslovaquia desde 1948.
No pudiendo estar presente personalmente Juan Pablo II invitó a los presentes en el Angelus de la Plaza San Pedro el 7 de julio de 1985 a “unirse espiritualmente s sus hermanos y hermanas de Checoslovaquia, que celebran solemnemente en Velehrad el XI centenario de la muerte de San Metodio. Decía en el encuentro “Precisamente con relación a este significativo acontecimiento eclesial, se ha hecho pública estos días mi Carta Encíclica Slavorum Apostoli, que lleva la fecha del 2 de junio, solemnidad de la Santísima Trinidad. Con esta Carta he querido recordar la vida santa y los grandes méritos apostólicos de los hermanos Cirilo y Metodio, nativos de Salónica (la antigua Tesalónica), que emprendieron entre los pueblos eslavos la misión evangelizadora, a la que dedicaron toda su vida”.Aunque el gobierno comunista continuo hostigando al pueblo creyente, y el 25 de
marzo de 1989, el “Viernes Santo de Bratislava” (la capital eslovaca) la
policía atacó a los fieles que con velas encendidas rezaban en la plaza,
definitivamente habían vencido el miedo. La represión continuó y en octubre la
policía arrestó a 355 manifestantes pacifistas, entre ellos a Havel, posterior
Jefe de Estado. Mas tarde se anunciaron ciertas facilidades para cruzar las
fronteras y en 1989 una gran cantidad de fieles pudo peregrinar a Roma para
participar en la canonización de Santa Inés de Bohemia y Adam Chmielowski.
Algunos meses después del “Viernes Santo” y la represión a los estudiantes, el pueblo de Praga salio a la calle pidiendo el final del terror rojo y el regreso a la libertad. El 4 de diciembre se desmoronó el gobierno comunista y resonó el solemne Te Deum en Praga con la presencia del cardenal Tomasek.
Finalmente el santo Padre Juan Pablo II pudo visitar Praga, la ciudad de los cien campanarios, en un momento histórico muy diferente. Fué “el milagro de Praga” : 22 de abril de 1990. Checoslovaquia ya liberada del régimen comunista lo recibía en breve visita entre el 21 y 22 de abril de 1990 en la República Federativa Checa y Eslovaca. En memoria de su visita fue erigida una gran cruz blanca contigua al Santuario de la Virgen Maria de Velehrad.
Juan Pablo II visitarìa nuevamente la Republica Checa y Eslovaca
en mayo de 1995 y en abril de 1997 y Eslovaquia en junio 1995 y en septiembre 2003.
No hay comentarios:
Publicar un comentario