(traducción
de The last days – charla de la
periodista polaca Brygida Grysiak con el segundo secretario de Juan Pablo II
Mieczysław Mokrzycki, en el libro He liked
Tuesdays best, publicado por Wydawnictzo W. Publishisng House, Cracovia,
2011)
Y como proseguía su vida cotidiana?
Variaba. A veces mejor, otras peor, pero la situación
parecía estar mejorando. Yo pensaba así. Nosotros pensábamos así. El Santo
Padre celebraba la Misas matutinas sentado porque no podía permanecer parado
durante mucho tiempo. Los movimientos
por la casa eran en silla de ruedas.
El necesitaba más ayuda que antes….
No había enfermeras en los apartamentos papales. Ellas
venían solamente durante la última semana.
Nosotros le ayudábamos al Santo Padre a lavarse, a vestirse, a irse a la
cama y a comer. Le costaba tragar y lo hacía
con sufrimiento así que le cortábamos todo en pequeños trozos o lo
licuábamos. También le ayudábamos a
comer cuando era necesario.
Era de enojarse? Se sentía avergonzado, cohibido?
Creo que se estaba acostumbrando porque ya se había
enfermado tantas veces y había estado hospitalizado tantas veces. Se estaba
acostumbrando y estaba muy agradecido.
Creo que no se sentía avergonzado porque el sabía que podía contar con
nosotros en todo momento. Nosotros éramos
como la familia para el. Además siempre trataba
de sobreponerse a su debilidad así teníamos menos trabajo con el.
No estaba tan mal. El miércoles 23 de Febrero
Juan pablo II habla durante la audiencia general. Permanece en su biblioteca y
los fieles lo ven en las grandes pantallas de la Sala Pablo VI y de la Plaza
San Pedro. El discurso se transmite por
TV. La voz del Papa es ronca pero todo se puede entender perfectamente. Saluda a los peregrinos polacos, agradece a
todos por estar allí, y y los invita a abrir sus corazones a una conversión
profunda y honesta. A la tarde tenemos
otra crisis.; un ataque de espasmo. La
medicación no hacia efecto. El cardenal
Jaworski le administra al Santo Padre el Sacramento de la Unción de los
enfermos.
Fue una noche difícil?
Extremadamente difícil.
La dificultad en respirar le molestaba mucho al santo Padre. Pero estaba calmo, mucho más que
nosotros. Nosotros temíamos que fuese el
final. Durmió un poco, no mucho. Por la mañana se sentía algo mejor – hasta
celebro Misa – pero alrededor del mediodía tuvo otro ataque de espasmo. Decidimos ir a la Clínica.
Que dijeron los doctores?
Que era necesaria una cirugía porque estos ataques serian
cada vez más frecuentes para un paciente
con Parkinson. Nos dijeron que el Santo Padre no podía controlar los músculos
de su laringe y que tenia liquido en los
pulmones. Por eso la dificultad en
respirar. Lamentablemente se temía que
empeoraría.
Pensaron en una traqueotomía?
El Santo Padre dudaba.
Pidió posponer la cirugía por algunos meses, hasta el verano. Pero los doctores dijeron que no era una
buena idea, que era imposible. Así que
trataron de convencerlo al Santo Padre que aceptara porque era la única salida.
Le dijimos que todo iría bien.
Y el santo Padre acepto...
Tenía confianza en sus doctores y en nosotros. Aceptó. Solo quería sabe3r si podría hablar después
de la cirugía, si podría recuperar su voz.
Los doctores dijeron que todo iría bien. El
Papa rezaba. Y como siempre y para todo le encomendaba la cirugía a Nuestra Señora.
Ella lo había protegido tantas veces, y si era voluntad de Dios, Ella volvería
a protegerlo. El secretario también reza por esta intención. La cirugía
comienza a las 8 pm. Y dura media hora. El secretario reza para que no haya complicaciones
y que sea exitosa y lo es. Después de media hora, está terminada. Los cirujanos
abrieron la laringe e insertaron un tubo a través del cual el aire fluiría a
los pulmones. El Papa podría respirar sin problema.
El papa despierta después de la cirugía y que
pasa?
Y no podía hablar, estaba muy débil. Hizo una señal pidiendo un pedazo de papel y
algo para escribir. Y escribe. Leemos
“ Que me han hecho?” Pero Totus Tuus.
La palabra “pero· estaba escrito en el papel.
Si. Recuerdo que
cuando vi el texto no podía creer que el Santo Padre hubiese escrito algo así.
Yo entendí que era un reproche. Porque?
Que me han hecho? Antes de la
cirugía nosotros le decíamos que todo iría bien. También los doctores lo decían. Creí que el Santo Padre estaba enojado con
nosotros por haberlo convencido. Me sentía muy apenado. No podía creer lo que leía porque el Santo
Padre nunca nos había dicho algo así antes.
Nunca había hecho algo así antes.
Y después vi el resto del texto. “Pero Totus Tuus”. Y esto me explicó
todo. Todo estaba aclarado.
Pero como se comportaba el Santo Padre? Escribió algo más? Estaba tratando de decirles algo más?
No podía hablar, así que solo eran gestos
aprobatorios. También mostraba hacia su
laringe como el lugar de la cirugía. Nos
señalaba el tubo. Y rezaba. Juntos
rezamos el Rosario, el breviario, las letanías. Celebramos la Santa Misa juntos
al lado de su cama.
Estaba sufriendo mucho?
Hubo algunos momentos difíciles porque el Santo Padre
debía volver a aprender como comer. Y no era fácil porque tenía ese tubo en la
laringe, era doloroso para el. Además, tenía
que entrenar su voz para que pudiera volver a hablar un poco mediante un
tratamiento de terapia del habla. Sé
que esas sesiones eran dolorosas para él.
A pesar de esto, se acerco tres veces a la
ventana de la clínica para saludar a los fieles.
Dos veces para el Ángelus y una vez para la Audiencia General el Miércoles 9 de marzo. No decía nada, pero bendecía. Y hasta sonreía. Se estaba recuperando y lentamente
comenzando a hablar. Al comienzo no era
claro pero fue mejorando. Recibía a sus
colaboradores durante todo ese tiempo.
Controlaba todo lo que sucedía en la Iglesia. Algunos cardenales, por
ejemplo el Cardenal Ratzinger le presentaba los temas más importantes y le traía
documentos para firmar.
Qué tipo de documentos?
Nominaciones de obispos, o algunas otras decisiones o
decretos. Temas de la Curia.
Y el santo Padre los leía y firmaba, pro
seguía teniendo problemas con el habla?
A decir verdad el comenzó a hablar una semana después de
la cirugía, inicialmente no hablaba claramente.
Y era doloroso para el. Durante
las reuniones, los cardenales le presentaban temas al Santo Padre, después el
tomaba el documento, lo leía como que quería verificar si correspondía a la
presentación, y luego lo firmaba.
El sábado 13 de marzo el Santo Padre aparece para la
oración del Ángelus por primera vez después de la cirugía y le habla a los
fieles. Les agradece y saludo a todos los de Wadowice que habían venido a la
clínica para acompañarlo durante su enfermedad.
Luego les desea una buena semana a todos. Para nosotros y creo que también para el fue
muy emocionante. Lentamente se estaba
recomponiendo.
Fue por eso que decide volver al Vaticano?
Si. El dijo “Quiero volver”. Creo que ya estaba harto del
hospital. Los doctores sugerían que se
quedara más tiempo, pero no había debate.
El se sentía mejor. Quizás no
bien, pero mejor. Y hablaba, que era tan importante para el. Volvió al Vaticano esa tarde.
Hubo cambios en los apartamentos papales?
Los doctores prácticamente se mudaron junto a
nosotros. Estaban disponibles las 24
horas en turnos de tres así que el Santo Padre tenía cuidados permanentes. Pensábamos como organizar su vida, qué hacer
con las audiencias. Ya no hubo
audiencias privadas, pero la vida en los apartamentos papales continuaba
normalmente. Traíamos al Santo Padre a
la capilla en silla de ruedas por las mañanas y el celebraba misa sentado. Recuerdo
que ya no podía pararse ante el altar; le ayudamos a sentarse en un trono
móvil. Celebraba la santa Misa, iba al
comedor para las comidas ….estaba volviendo a su vida normal. Leía mucho y rezaba.
Las Santas Misas eran en silencio?
El Santo Padre susurraba, pero se le podía entender. Había progresado mucho en este sentido. Le volvió la voz, pero debía cuidado en no excederse.
.
Después de una semana llego el Domingo de Ramos.
El Papa fue a la ventana….
Los doctores le pedían que no lo hiciera porque podía ser
perjudicial para el. Se sintió mal otra
vez: tenía dificultades para comer y tragar. Perdía peso y no podía
hablar. Por eso cuando apareció a la
ventana con la rama de olivo las multitudes lo vivaban y el permanecía en
silencio. Solo agitaba la rama en dirección a los fieles, y los bendecía. Tragaba saliva y veíamos que hacía esfuerzos
para decir algo pero no podía. Y después
puso sus manos sobre su cabeza. Tratamos de alejarlo de la ventana con delicadeza pero el protesto… . Golpeó
el pulpito con su mano. No sé si lo hizo
para protestar por nuestra intervención o contra su debilidad que no podía
aceptar.
Por primera vez el Papa no participa de las
celebraciones de la Semana Santa. Permanece
en casa todo el tiempo. Se acuesta o se
sienta en un sillón. Concelebra las Santas Misas con sus secretarios. Reza mucho y lee poco porque cada vez le
cuesta más. Prefiere que otros le lean, especialmente
la Biblia. Las hermanas y los
secretarios le leen.
El Miércoles Santo, Juan Pablo II aparece a
la ventana. Marco Politti escribe que el Papa estaba llorando en ese momento.
….
No estaba llorando. Nunca lloraba. Tampoco en esa
ocasión.
Tenía lagrimas en sus ojos?
Quizás la luz hacia ese efecto. Pero yo no vi lágrimas en sus ojos. Estaba
cansado tenía un rostro cansado y enfermo….
Era penoso para el no participar de las
celebraciones de la Semana Santa como lo había hecho hacia un año?
Seguramente era penoso para él, pero no nos hablo de
ello. No se quejaba, aceptaba todo con mucho coraje. Coraje y una gran humildad.
Jueves Santo….
Paso el Jueves Santo en casa en su habitación. Participó de la Misa Crismal de la Basílica
por TV. Lo mismo el Viernes Santo. No fue
a la Basílica o a un confesionario. Fue la primera vez que no escuchaba
confesiones. Debió haber sido muy penoso
para el, igualmente fue la primera vez que no participo en el Vía Crucis del
Coliseo.
Pero seguía allí presente espiritualmente y
en las pantallas gigantes.
No quería quedarse en cama; quería participar del Vía
Crucis de alguna manera. Y fue entonces
que se nos ocurrió la idea de transmitir desde su capilla privada. De esta manera podía rezar con quienes
estaban allí en el Coliseo. Podía verlos
y ellos podían verlo a él.
Muchos decían que estaba con ellos, aun más
que antes….
Yo pensaba lo mismo cuando lo observaba tocar el
Crucifijo con su rostro. Fue un momento
inusual, un testimonio inusual. Quienes
estábamos detrás suyo pudimos ver lo que no se veia en TV. Mirábamos su tubo y su tráquea. Lo mirábamos respirar con dificultad y
luchando. Ese fue su último Via Crucis. Fue su cruz. Y esas palabras del
mensaje leído en nombre de Juan Pablo II por el Cardenal Ruini, esas palabras
de San Pablo “Completo en
mi carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo" o sea a su Iglesia. Y
al final “Salve Cruz, nuestra única esperanza”. El Santo Padre nos explicaba a
nosotros y al mundo lo que estaba ocurriendo.
Estaba explicando el profundo sentido del sufrimiento y de su misión.
Como se sintió el Santo Padre después del Vía
Crucis.
Bastante normal. No estaba muy débil aun. No podía hablar
y le costaba moverse, pero no estaba tan mal. Aun podíamos manejarlo.
Lo peor estaba por venir…. Lo veían venir?
Yo no lo percibí o quizás no quería pensarlo. Pero existía ese pensamiento en mi mente que
quizás era la ultima Pascua para el Santo Padre, aunque nadie lo decía en alta
voz. El Santo Padre pasó el Sábado Santo
en casa. Participo de las celebraciones en la TV por la noche. Después hizo
algo de ejercicio con el terapista antes de la bendición del Domingo. Y se
encontraba bastante bien. El Domingo de Resurrección,
se apareció a la ventana para bendecir la ciudad y el mundo. Cuando le alcancé el texto el Santo Padre me
dijo: “No tengo mi voz”. Primero quise apartar el micrófono, pero no tenía
valor. Podía ver al Santo Padre leer el texto con sus ojos y al leer las
palabras. “Que el Todopoderoso Señor los bendiga” miro a la gente y hizo la
señal de la Cruz. Ese fue su Urbi et Orbi.
El último mensaje fue leído por el Cardenal
Sodano y el Santo Padre, allí junto a la ventana mueve las hojas como queriendo
decir esto es lo que les quiero decir a todos. “Son mis pensamientos para
ustedes. Estoy enfermo y débil y no puedo hablarles, pero los amo y rezo junto
a ustedes”: El Lunes de Pascua, no
reza el Regina Caeli por primera vez.
Esta cada vez mas debilitado, prácticamente no come nada y pierde
peso. Pero, dice el Arzobispo Mokrzycki
su rostro esta sereno. A veces hasta sonríe.
Aparece por 5 minutos en la ventana del Palacio apostólico por última vez el Miércoles. Es la Audiencia General más corta de la
historia. Quiere decir algo, pero no puede. Y entonces el secretario retira el
micrófono.
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