El
sacerdote debe poseer una profunda convicción de la gracia de la Maternidad de Maria, pues se trata de una relación
precisa y profunda con su vocación. El
sacerdote es el administrador de los misterios de Dios, un administrador de
gracia. El conoce los problemas de los
hombres desde adentro, desde la perspectiva de aquellas acciones que están
acompañadas por la eficacia de la gracia, o desde aquel ángulo en el cual el hombre no
quiere colaborar con la gracia, o bien
cuando sobrecargado por bienes menores se vuelve gradualmente insensible a
ella. De esta manera conociendo los
problemas de los hombres desde adentro, el sacerdote puede no solo examinarlos,
sino tomar partida. Porque el es, sin lugar a dudas, un administrador de gracia, Cristo, al igual
que los hombres, espera que el sacerdote actué en el hombre, para acompañar aquellas acciones
que se originan en la gracia, para evitar el colapso, y protegerlo contra la insensibilidad
espiritual. Esta es la esencia real de su ministerio.
Este
ministerio permite al sacerdote vivir el soplo de los misterios de Cristo, le
permite vivir en el reino de su Cuerpo Místico. Este ministerio imprime una
marca profunda en el alma del sacerdote. Es, sobre todo, la marca de Cristo,
pero si la miramos con mayor atención, nos daremos cuenta que también posee
cualidades marianas en común. No les escribió acaso San Pablo a sus hermanos “ Hijos
mios, por quienes estoy sufriendo los dolores del parto”? Esta declaración es como un estallido de la conciencia misma del sacerdote. Y podríamos continuar citando ulteriores
manifestaciones de este sufrimiento materno de dar a luz viajando a Ars, o a la
choza del Padre Beyzin en Madagascar, o a la morada del Obispo Lozinski en
Polesia y quizás a muchos otros cuartos de vivienda y muchas otras vidas de
sacerdotes. Y quizás también a mi casa y
a mi vida?
Así
el sacerdocio nos permite participar en la maternidad de la gracia, y de alguna
manera en la Maternidad de Maria, la Madre de la gracia de Dios. Y aquí, en este lugar, la conciencia de la relación
del sacerdote con Maria atraviesa el eje de la vida sacerdotal. El
sacerdote está unido a la Madre de Dios porque está unido a Su Maternidad.
Esta unido a Su Maternidad por medio de la esencia misma de su vocación…
Fuente: The Making of the Pope of the Millenium -Kalendarium of teh Life of Karol Wojtyla
(parte del texto de dos conferencias en un retiro para sacerdotes realizado en la Universidad Católica de Lublin (Agosto 24-26, 1954) sobre el tema: La Madre de Dios en la vida del sacerdote.
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