Aunque ya había concluido el Año Mariano 1987-1988
el Papa Juan Pablo II extendió sus peregrinaciones espirituales durante varios
domingos después del 15 de agosto de 1988, y el domingo 6 de noviembre recordaba su
visita a la patrona de Cataluña, la Virgen de Montserrat, realizada durante su viaje apostólico a España
en 1982, con estas palabras:
Al pueblo cristiano le gusta invocar a la Virgen
con el título de "Stella Matutina", "Estrella de la Mañana",
porque María apareció en la historia humana precediendo y anunciando la
salvación en Cristo.
Con una invocación parecida, la de "Stella Orientis", suelen
dirigirse los fieles a la Señora en el famoso santuario de Montserrat, en las
montañas de Cataluña, no lejos de la ciudad de Barcelona. Allí, ante la
Virgen, tuve la alegría de rezar el 7 de noviembre de
hace seis años, durante mi viaje apostólico a España.
Las primeras noticias que se tienen sobre la existencia en aquel lugar de
una capillita dedicada a la Virgen se remontan al siglo IX: a la imagen de la
Virgen, que se venera allí, se le llama popularmente la "Moreneta"
debido a su color oscuro, característico de la iconografía Mariana del siglo
XII, a la que se atribuye ese icono.
El santuario recibió un gran impulso cuando el anexo monasterio fue
elevado a la categoría de abadía.
Durante siglos, la abadía ha sido y continúa siendo un centro eminente de
evangelización, de renovación litúrgica, de estudio de la Sagrada Escritura y,
sobre todo, un faro para la fe del Pueblo de Dios que busca refugio y
protección en la Virgen.
Pero el acontecimiento decisivo que dio al santuario su actual relieve fue
la proclamación de la Virgen de Montserrat, por el Papa León XIII, como Patrona
de Cataluña.
3. Entre los cristianos de aquella región existe la costumbre de la
"visita espiritual" a la Virgen de Montserrat; consiste en dirigir el
pensamiento, durante las actividades de la jornada, al santuario de la Virgen
recogiéndose espiritualmente en breve oración. Quisiera invitaros a todos
vosotros a que os unáis a mí en este momento, para realizar una visita
espiritual así a la "Mare de Déu", y, en la lengua de aquella región,
rezar la oración confiada "Seu de la saviesa... aconseguiu-nos aquella fe
que enfonsa les muntanyes, omple les valls, i fa planer el camí de la
vida".
Pidamos a la "Moreneta" la fortaleza de la fe, la honestidad en la vida pública y privada, la fraternidad de los corazones, la unidad entre los pueblos, la paz y el bien de todos los hombres de buena voluntad. ¡Que los fieles y las familias cristianas vuelvan a invocarla con asiduidad y fervor, especialmente mediante la bella oración del rosario! María obtendrá del Señor la gracia de una nueva primavera para la Iglesia en el ya próximo amanecer del tercer milenio de la era cristiana.
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