« Rosario bendito de María, cadena dulce que nos unes con Dios »
Hoy
7 de octubre celebramos la memoria de la Madre del Santo Rosario. En su carta
apostólica Rosarium Virginia Mariae sobre el Santo
Rosario, publicada el 16 de octubre de 2002 el Santo Padre Juan Pablo II nos
abre de par en par la puerta al Año del Santo Rosario (2002-2003) y nos invita
contemplar con María el rostro de Cristo.
“..el motivo más importante – decía - para volver a proponer con determinación
la práctica del Rosario es por ser un medio sumamente válido para favorecer en
los fieles la exigencia de contemplación del misterio cristiano, que he
propuesto en la Carta Apostólica Novo millennio ineunte como verdadera y
propia 'pedagogía de la santidad': «es necesario un cristianismo que se
distinga ante todo en el arte de la oración».[9] Mientras en la cultura
contemporánea, incluso entre tantas contradicciones, aflora una nueva exigencia
de espiritualidad, impulsada también por influjo de otras religiones, es más
urgente que nunca que nuestras comunidades cristianas se conviertan en
«auténticas escuelas de oración».[10]
El Rosario forma parte de la mejor y más reconocida tradición de la
contemplación cristiana. Iniciado en Occidente, es una oración típicamente
meditativa y se corresponde de algún modo con la «oración del corazón»,
«oración de Jesús», surgida sobre el humus del Oriente cristiano…”.
“El Rosario, precisamente a partir de la experiencia de María, es una oración
marcadamente contemplativa. Sin esta dimensión, se desnaturalizaría, como
subrayó Pablo VI: «Sin contemplación, el Rosario es un cuerpo sin alma y su
rezo corre el peligro de convertirse en mecánica repetición de fórmulas y de
contradecir la advertencia de Jesús: "Cuando oréis, no seáis charlatanes
como los paganos, que creen ser escuchados en virtud de su locuacidad" (Mt
6, 7). Por su naturaleza el rezo del Rosario exige un ritmo tranquilo y un
reflexivo remanso, que favorezca en quien ora la meditación de los misterios de
la vida del Señor, vistos a través del corazón de Aquella que estuvo más cerca
del Señor, y que desvelen su insondable riqueza».[14]”
Invito visitar:
El Santo Rosario - pagina de la Santa Sede
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