“Celebrar el Corazón de Cristo significa dirigirse hacia el centro íntimo de la persona del Salvador, el centro que la Biblia identifica precisamente con su corazón, sede del amor que ha redimido el mundo. Si ya el corazón humano representa un misterio insondable que sólo Dios conoce, ¡cuánto más sublime es el Corazón de Jesús, en el que late la vida misma del Verbo! En él, como sugieren las hermosas letanías del Sagrado Corazón, haciéndose eco de las Escrituras, se encuentran todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia, y toda la plenitud de la divinidad,.” decia San Juan Pablo II en el Ángelus del 23 de junio de 2002.
Letanías
al sagrado Corazón de Jesús sobre las cuales había reflexionado en una larga
serie de mensajes (Ángelus) comenzados el primer domingo de junio de 1985 y finalizando en 1989 (con intervalos
varios – las dos últimas en noviembre de 1989)
A este Corazón queremos venerar durante el mes de junio. A este Corazón hoy mismo queremos hacerle singular fiduciario de nuestros pobres corazones humanos, de los corazones probados de diversas maneras, oprimidos de diversos modos. Y también de los corazones confiados en la potencia del mismo Dios y en la potencia salvífica de la Santísima Trinidad. (Juan Pablo II Ángelus Domingo 2 de junio de 1985)
Y el domingo siguiente comenzaba la serie,
que completa, consta de 33 meditaciones sobre las invocaciones de las Letanìas.
Doce entre junio a septiembre de 1985 (el
enlace es de la primera reflexión)
Las siguientes fueron entre junio y agosto de 1986: la primera el 22 de junio) (“Corazón de Jesús, en quien el Padre halló sus complacencias”.) y la ultima el 31 de agosto: “Corazón deJesús, despedazado por nuestros delitos”.
La serie fue después interrumpida por los temas dedicados al Año Mariano, 1987-88 y reanudada a partir de julio de 1989, la primera el 2 de julio y la última el 17 de septiembre de 1989 : “Corazón de Jesús, salvaciònde los que en ti esperan, ten piedad de nosotros.”
Las dos ultimas reflexiones fueron ofrecidas durante el mes de noviembre de 1989:
El 5 de noviembre “La invocación de las letanías recoge la experiencia cristiana
ante el acontecimiento de la muerte: el Corazón de Cristo, su amor y su
misericordia, son esperanza y seguridad para quien muere en Él.”
Y el 12de noviembre: "¡Corazón de Jesús, gozo de todos los
santos, ten piedad de nosotros!".
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