(La ultima cena de
Leonardo da Vinci - Wikimedia)
“Ha llegado la "hora" de Jesús. Hora de su paso de este mundo al Padre. Comienza el triduo sacro. El misterio pascual, como cada año, se reviste de su aspecto litúrgico, comenzando por esta Misa, única durante el año, que lleva el nombre de "Cena del Señor".
Después de haber amado a los suyos que estaban en el mundo, "los
amó hasta el fin" (Jn 13, 1). La última Cena es
precisamente testimonio del amor con que Cristo, Cordero de Dios, nos ha amado
hasta el fin.”
[…]
El "amó hasta el fin".
5. Por lo tanto, Jesús no dudó en arrodillarse delante de los
Apóstoles para lavar sus pies. Cuando Simón Pedro se opone a ello, El le
convenció para que le dejara hacer. Efectivamente, era una exigencia particular
de la grandeza del momento Era necesario este lavatorio de los pies, esta
purificación en orden a la comunión de la que habrían de participar desde aquel
momento.
Era necesario. Cristo mismo sintió la necesidad de humillarse a
los pies de sus discípulos: una humillación que nos dice tanto de El en ese
momento. De ahora en adelante, distribuyéndose a Sí mismo en la comunión
eucarística, ¿no se abajará continuamente al nivel de tantos corazones humanos?
¿No los servirá siempre de este modo?
"Eucaristía" significa "agradecimiento".
`"Eucaristía" significa también "servicio", el
tenderse hacia el hombre: el servir a tantos corazones humanos.
"Porque yo os he dado el ejemplo, para que vosotros hagáis
también como yo he hecho" (Jn 13, 15).
¡No podemos ser dispensadores de la Eucaristía, sino sirviendo!
Así, pues, es la última Cena. Cristo se prepara a irse a
través de la muerte, y a través de la misma muerte se prepara a permanecer.
De esta forma la muerte se ha convertido en el fruto maduro del
amor: nos amó "hasta el fin".
¿No bastaría aun sólo el contexto de la última Cena para dar a
Jesús el "derecho" de decirnos a todos: "Este es mi precepto:
que os améis unos a otros como yo os he amado"? (Jn 15, 12)
No hay comentarios:
Publicar un comentario