"¡Salve, Madre santa!, Virgen Madre del Rey,
Antífona de
entrada
En el primer día del año, la Iglesia se reúne en oración ante el
icono de la Madre de Dios, y honra con alegría a aquella que dio al
mundo el fruto de su vientre, Jesús, el "Príncipe de la paz" (Is
9, 5)”… ”La Jornada mundial de la paz constituye una
invitación a los cristianos y a todos los hombres de buena voluntad a renovar
su firme compromiso de construir la paz. Esto supone la acogida
de una exigencia moral fundamental, expresada muy bien en las palabras de san
Pablo: "No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal con el
bien" (Rm 12, 21).
Ante las numerosas manifestaciones del mal, que por desgracia hieren a la familia humana, la exigencia prioritaria es promover la paz utilizando medios coherentes, dando importancia al diálogo, a las obras de justicia, y educando para el perdón (cf. Mensaje para la Jornada mundial de la paz de 2005, n. 1).
Vencer el mal con las armas del amor es el modo como cada uno puede contribuir a la paz de todos. A lo largo de esta senda están llamados a caminar tanto los cristianos como los creyentes de las diversas religiones, juntamente con cuantos se reconocen en la ley moral universal.
Amadísimos hermanos y hermanas, promover la paz en la tierra es nuestra misión común.
Que la Virgen María nos ayude a realizar las palabras del Señor:
"Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios" (Mt 5, 9). ¡Feliz año nuevo a todos! ¡Alabado sea Jesucristo!
(de la Homilia de Juan Pablo II 1 de enero 2005)
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