Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

viernes, 19 de octubre de 2018

La imagen de Cristo Misericordioso Salvador (2 de 3)


(Jesus Misericordioso del artista Ludomir Śleńdziński)

Desde principios de los años ’50 cada vez había más cuadros en las iglesias.  Al mismo tiempo también aparecieron los cuadros por el culto a la Divina Misericordia pero en este caso acompañados de críticas por cuanto no se correspondían exactamente con las visiones confirmadas de Faustina. Probablemente debido a ello en el año 1953 el Episcopado Polaco llega a la decisión que estos cuadros deberían ser gradualmente sustituidos por otros. Esta decisión confirmo las preocupaciones del padre Sopoćko que opinaba que las irregularidades en las imágenes del cuadro de Jesus podrían ser obstáculo para la introducción de los cuadros del culto.  Y la acusación más fuerte procedía del hecho de querer instalar esos cuadros como basados directamente en las visiones de sor Faustina. En este contexto y para salvar el cuadro para el culto a la Divina Misericordia el padre Sopoćko escribió en 1953 una carta al Primado Stefan Wyszyński tratando de convencerlo de introducir imágenes y no eliminarlas.  Demostró que el cuadro representaba a Cristo al momento de la aparición a los Apóstoles el día de la Resurrección y de la institución del sacramento de la Penitencia. Considerando que las otras escenas de la vida de Jesus están efectivamente representadas por cuadros porque asombrarse con estas imágenes. Sucesivamente indico la convergencia del contenido del cuadro con el Evangelio del Domingo de Pascua y entonces comenzó a verse por lo menos ese domingo.    Ya en su confinamiento el Primado escribió cartas similares a los ordinarios de la diócesis en las cuales les solicitaba ordenar los cuadros y supervisar su regularidad a medida que se iban pintando.

Independientemente de aquella petición que probablemente no surtiera efecto, se llevo a cabo una acción concreta, de hecho en mayo de 1954 con el permiso del obispo F. Bard, quien ante el Foro del Episcopado había criticado la parte litúrgica y artística de los cuadros de entonces, se organizo un concurso para la realización de un nuevo cuadro que respondiera a las exigencias teológicas y artísticas que sirvieran como modelo para expresar la idea de la Divina Misericordia.  Se convoco a los pintores y organizo un jurado. El concurso fue ganado por Ludomir Śleńdziński cuyo cuadro fue seleccionado por la comisión artística y luego aprobado por la Comisión General del Episcopado;  el 4 de octubre de 1954 se emitió el veredicto de aprobación reconociendo que el cuadro podría ser admitido al culto con el permiso de un ordinario local.
La aprobación de la Comisión Episcopal le infundió coraje al padre Sopocko estimulándolo a dirigirse directamente a los obispos ordinarios para que concedieran el permiso de exponer los cuadros en las iglesias y que fueran objeto de culto los pintados por el artista Śleńdziński.  La mayoría de los obispos expreso su aprobación y el obispo de Włocławek,  A. Pawlowski reconoció la perseverancia y la dedicación apostólica del padre Sopoćko que tanto se había esforzado por vencer reservas y dificultades para llegar a obtener el cuadro de la Divina Misericordia.

(traducido de EL CAMINO DE SANTIDAD del padre Michele Sopocko de Henryk Ciereszko, Librería Editrice Vaticana, 2008)

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