Han
pasado 134 años desde la publicación de la «Rerum Novarum», documento promulgado
el 15 de mayo de 1891. Con ocasión de aniversarios específicos de este texto,
se han publicado también encíclicas de otros Papas. Poco después de su
elección, el Papa Prevost subrayó que la Iglesia, apoyándose en la herencia de
la doctrina social, está llamada a responder a «otra revolución industrial y a
los desarrollos de la inteligencia artificial».
El
Papa León XIII, con la encíclica Rerum
Novarum,
abordó «la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución
industrial; y hoy la Iglesia ofrece a todos su patrimonio de doctrina social
para responder a otra revolución industrial y a los desarrollos de la
inteligencia artificial, que traen nuevos desafíos para la defensa de la
dignidad humana, la justicia y el trabajo». Al
reunirse con los cardenales el 10 de mayo, el Papa Prevost explicó con
estas palabras la elección de «tomar el nombre de León XIV». El camino indicado
es, pues, el de la doctrina social, a seguir incluso en esta época dominada por
los desequilibrios económicos y los nuevos desafíos.
La actualidad de
la Rerum Novarum
En
nuestra época, como en la de finales del siglo XIX, el mundo del trabajo es uno
de los pilares que sostienen el tejido social. Releyendo la encíclica del Papa
Pecci, que se centraba en las condiciones de las masas trabajadoras, y
trasladando esas reflexiones al marco actual, se puede proyectar una especie de
«Rerum digitalium», una relectura sobre «lo digital»: siguiendo la estela
trazada por León XIII, se pueden, en efecto, considerar la cuestión laboral y
los derechos de los trabajadores a la luz de los profundos cambios provocados
por las nuevas tecnologías. La encíclica del Papa Pecci, en la que el mensaje
cristiano se encuentra con la modernidad, es un texto que habla también a los
hombres y a las mujeres de hoy.
La
verdadera vida es aquella del mundo venidero
La encíclica Rerum
Novarum fue promulgada hace exactamente 134 años, pero su mensaje trasciende
las décadas y el umbral del tercer milenio. «En verdad que no podemos
comprender y estimar las cosas temporales, si el alma no se fija plenamente en
la otra vida, que es inmortal; quitada la cual, desaparecería inmediatamente
toda idea de bien moral, y aun toda la creación se convertiría en un misterio
inexplicable para el hombre. Así, pues, lo que conocemos aun por la misma
naturaleza es en el cristianismo un dogma, sobre el cual, como sobre su
fundamento principal, reposa todo el edificio de la religión, es a saber: que
la verdadera vida del hombre comienza con la salida de este mundo».
Estas palabras
dirigidas por el Papa León XIII a los hombres a finales del siglo XIX resuenan
también en esta era digital: «Carecer de riquezas y de todos los
bienes, o abundar en ellos – escribe el Papa Pecci - nada importa para la
eterna felicidad; lo que importa es el uso que de ellos se haga».
La
doctrina social de la Iglesia y los tiempos modernos
La tradición de las
encíclicas sociales en los tiempos modernos comienza, pues, con la Rerum
Novarum de León XIII, que atestigua la solicitud de los papas, en diferentes
contextos históricos, por las cuestiones sociales y económicas. La encíclica
promulgada en 1891 abre la estación de la modernidad de la doctrina social de
la Iglesia. El documento de León XIII se sitúa en un contexto en el que el
trabajo se concebía como una mercancía. el mundo del trabajo ha cambiado mucho,
pero los derechos de los trabajadores siguen necesitando ser salvaguardados.
Entre los riesgos asociados a las nuevas tecnologías, y a la inteligencia
artificial en particular, están los de nuevas formas de esclavitud y
explotación. Junto a las sombras, también hay muchas luces relacionadas con las
oportunidades que esta era digital puede ofrecer a toda la familia humana y, en
particular, a las nuevas generaciones.
Buscadores
de la verdad y la fraternidad
La encíclica Rerum
Novarum subraya que el factor discriminante es el buen o mal uso de los bienes.
Este criterio es igualmente válido para el enfoque actual del uso de las
tecnologías digitales. El Papa León XIII también escribe que todos los hombres
«están unidos por el vínculo de una santa fraternidad». Vivir la fraternidad
significa comprender que «los bienes de la naturaleza y de la gracia son
patrimonio común del género humano». Si todos son hijos, añade el Papa Pecci,
también son herederos: «Herederos de Dios y coherederos con Jesucristo (Rm
8,17). Este es el ideal de derechos y deberes contenido en el Evangelio». Es el
mismo ideal indicado por el Papa Francisco en la encíclica Fratelli tutti: el de
una fraternidad humana. Como afirmó León XIV en su encuentro con los cardenales
el 10 de mayo, el Evangelio debe impulsarnos a buscar «con corazón sincero la
verdad, la justicia, la paz y la fraternidad».
Que el
trabajo no debilite al hombre
En la encíclica
Rerum Novarum, el Papa León XIII se detiene en las difíciles condiciones de
trabajo de los obreros de las fábricas.
«Ni la justicia ni
la humanidad consienten, pues, el exigir del hombre tanto trabajo que por ello
se embote el alma y el cuerpo llegue a debilitarse. En el hombre toda su
naturaleza, así como su actividad, está determinada por ciertos límites, fuera
de los cuales no se puede pasar. Es verdad que el ejercicio y la práctica
afinan la capacidad del trabajo, pero con la condición de que, de cuando en
cuando, se cese en el trabajo y se descanse. El trabajo cotidiano no puede
prolongarse más allá de lo que toleren las fuerzas». Otro tema de la encíclica
de 1891 es el de la educación al ahorro. «Si el obrero recibiere un salario
suficiente para sustentarse a sí mismo, a su mujer y a sus hijos, fácil le
será, por poco prudente que sea, pensar en un razonable ahorro». Se trata
de reflexiones de actualidad que hay que releer incluso en estos tiempos
nuestros, marcados a menudo por fronteras no siempre bien delimitadas entre el
espacio laboral y el de la vida personal. El tema del ahorro, considerado como
un instrumento de apoyo a la familia, es también de gran actualidad y no marginal,
porque se trata de dar el justo valor al salario, hoy cada vez más atacado por
el consumismo desenfrenado...
El camino de la caridad
El tema central de
la encíclica Rerum Novarum es el establecimiento de un orden social justo. La
parte final indica el camino a seguir: el de la caridad. «Que cada uno cumpla
en la parte que le corresponde; y ello muy pronto, porque la tardanza haría más
difícil la cura de un mal ya tan grave. Cooperen los gobiernos plenamente con
buenas leyes y previsoras ordenanzas; ricos y patronos tengan siempre muy
presentes sus deberes; hagan cuanto puedan, dentro de lo justo, los obreros,
porque ellos son los interesados». «La Iglesia nunca dejará que falte en modo
alguno su acción». ». «Porque la deseada salvación El camino
de la caridad es la vía principal incluso en el tercer milenio. En la era
digital, junto a la lógica de los algoritmos, el factor humano sigue siendo
indispensable para que la familia humana no descuide el aliento de la
solidaridad.
(copiado
textualmente de Vatican News, donde invitan suscribirse al boletín pulsando aquí
Tambien publicada en la pagina web del autor Amedeo Lomonaco
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