Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

jueves, 26 de noviembre de 2015

“Mi reino no es de este mundo”


Mi reino no es de este mundo" (Jn 18, 33-36).

Pocos días después de haber asumido  el pontificado Juan Pablo II celebraba en Roma la fiesta de Cristo Rey. Era un 26 de noviembre de aquel primer año 1978.
En aquellas palabras de Juan el Papa nos hacia reflexionar acera de lo dicho por Pilatos y la respuesta de Jesús, nos presentaba las palabras dl Evangelio relacionándolas con el mundo de hoy y recordándonos el significado de aquellos momentos que parecieran tan lejanos y, sin embargo, tanto se relacionan a nuestra vida de hoy.

 “Dijo Pilato: "¿Eres tú el rey de los judíos? Respondió Jesús: ¿Por tu cuenta dices eso o te lo han dicho otros de mí? Pilato contesto: ¿Soy yo judío por ventura? Tu nación y los pontífices te han entregado a mí; ¿qué has hecho? Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo" (Jn 18, 33-36).
Estas palabras nos recuerdan sucesos pasados, que tuvieron lugar en la periferia lejana del gran Imperio romano. Pero que no carecen de significado. Sin duda resuenan también en ellas problemas de hoy, actuales. Al menos bajo ciertos aspectos. se podrían quizá encontrar en este diálogo los mismos debates que se dan hoy.
Cristo responde a la pregunta del juez y demuestra que es infundada la acusación contra Él. Él no propende al poder temporal.
Poco después será flagelado y coronado de espinas. Se burlarán de Él y le insultarán diciendo: "¡Salve, Rey de los judíos!" (Jn 19, 3). Jesús calla, como si con su silencio quisiera manifestar hasta el fondo lo que ya había respondido antes a Pilato.
2. Pero ésta no era aun la respuesta completa. Pilato se apercibía de ello. Y por esto le preguntó por segunda vez: "¿Luego tú eres rey?" (Jn 18, 37).
Pregunta extraña; extraña sobre todo después de lo que Cristo había declarado con tanta firmeza. Pero Pilato se daba cuenta de que la negación del acusado no lo agotaba todo: en el fondo de esta negación se escondía una afirmación. ¿Cuál? Y he aquí qué Cristo ayuda a Pilato-juez a encontrarla:
"Tú dices que soy rey. Yo para esto nací y para esto vine al mundo, para dar testimonio de la verdad: todo el que es de la verdad oye mi voz" (Jn 18, 37).
Debemos reflexionar bien todos sobre la negación y la afirmación de Cristo.
La afirmación de Jesús no pertenece al proceso que tuvo lugar hace tiempo en los territorios lejanos del Imperio romano, sino que está siempre en el centro de nuestra vida. Es actual. Deben reflexionar sobre ello tanto los que dan las leyes, como los que gobiernan los Estados y los que juzgan.
Sobre esta afirmación deben reflexionar todos los cristianos, todos los hombres, ya que el hombre es siempre un ciudadano y, en consecuencia, pertenece a una determinada comunidad política, económica, nacional, internacional….”

(leer completo en el sitio de la Santa Sede) 



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