Mi reino no es de este mundo" (Jn 18,
33-36).
Pocos días después de haber asumido el pontificado Juan Pablo II celebraba en
Roma la fiesta de Cristo Rey. Era un 26 de noviembre de aquel primer año 1978.
En aquellas palabras de Juan el Papa nos hacia reflexionar
acera de lo dicho por Pilatos y la respuesta de Jesús, nos presentaba las
palabras dl Evangelio relacionándolas con el mundo de hoy y recordándonos el
significado de aquellos momentos que parecieran tan lejanos y, sin embargo,
tanto se relacionan a nuestra vida de hoy.
“Dijo Pilato: "¿Eres tú el rey de los judíos? Respondió Jesús: ¿Por tu
cuenta dices eso o te lo han dicho otros de mí? Pilato contesto: ¿Soy yo judío
por ventura? Tu nación y los pontífices te han entregado a mí; ¿qué has hecho?
Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo" (Jn 18, 33-36).
Estas
palabras nos recuerdan sucesos pasados, que tuvieron lugar en la periferia
lejana del gran Imperio romano. Pero que no carecen de significado. Sin duda
resuenan también en ellas problemas de hoy, actuales. Al menos bajo ciertos
aspectos. se podrían quizá encontrar en este diálogo los mismos debates que se
dan hoy.
Cristo
responde a la pregunta del juez y demuestra que es infundada la acusación
contra Él. Él no propende al poder temporal.
Poco después
será flagelado y coronado de espinas. Se burlarán de Él y le insultarán
diciendo: "¡Salve, Rey de los judíos!" (Jn 19, 3). Jesús
calla, como si con su silencio quisiera manifestar hasta el fondo lo que ya
había respondido antes a Pilato.
2. Pero ésta
no era aun la respuesta completa. Pilato se apercibía de ello. Y por esto le
preguntó por segunda vez: "¿Luego tú eres rey?" (Jn 18,
37).
Pregunta
extraña; extraña sobre todo después de lo que Cristo había declarado con tanta
firmeza. Pero Pilato se daba cuenta de que la negación del acusado no lo
agotaba todo: en el fondo de esta negación se escondía una afirmación. ¿Cuál? Y
he aquí qué Cristo ayuda a Pilato-juez a encontrarla:
"Tú
dices que soy rey. Yo para esto nací y para esto vine al mundo, para dar
testimonio de la verdad: todo el que es de la verdad oye mi voz" (Jn 18,
37).
Debemos
reflexionar bien todos sobre la negación y la afirmación de Cristo.
La
afirmación de Jesús no pertenece al proceso que tuvo lugar hace tiempo en los
territorios lejanos del Imperio romano, sino que está siempre en el centro de
nuestra vida. Es actual. Deben reflexionar sobre ello tanto los que dan las
leyes, como los que gobiernan los Estados y los que juzgan.
Sobre esta
afirmación deben reflexionar todos los cristianos, todos los hombres, ya que el
hombre es siempre un ciudadano y, en consecuencia, pertenece a una determinada
comunidad política, económica, nacional, internacional….”
(leer
completo en el sitio de la Santa Sede)
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