Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

miércoles, 12 de diciembre de 2018

Los últimos días de Juan Pablo II - 2 de 3





(traducción de The last days – charla de la periodista polaca Brygida Grysiak con el segundo secretario de Juan Pablo II Mieczysław Mokrzycki, en el libro He liked Tuesdays best, publicado por Wydawnictzo W. Publishisng House, Cracovia, 2011)



Y como proseguía su  vida cotidiana?

Variaba. A veces mejor, otras peor, pero la situación parecía estar mejorando. Yo pensaba así. Nosotros pensábamos así. El Santo Padre celebraba la Misas matutinas sentado porque no podía permanecer parado durante mucho tiempo.  Los movimientos por la casa eran en silla de ruedas.

El necesitaba más ayuda que antes….

No había enfermeras en los apartamentos papales. Ellas venían solamente durante la última semana.  Nosotros le ayudábamos al Santo Padre a lavarse, a vestirse, a irse a la cama y a comer.  Le costaba tragar y lo hacía con sufrimiento así que le cortábamos todo en pequeños trozos o lo licuábamos.  También le ayudábamos a comer cuando era necesario.

Era de enojarse? Se sentía  avergonzado, cohibido?

Creo que se estaba acostumbrando porque ya se había enfermado tantas veces y había estado hospitalizado tantas veces. Se estaba acostumbrando y estaba muy agradecido.  Creo que no se sentía avergonzado porque el sabía que podía contar con nosotros en todo momento.  Nosotros éramos como la familia para el. Además  siempre trataba de sobreponerse a su debilidad así teníamos menos trabajo con el.

No estaba tan mal. El miércoles 23 de Febrero Juan pablo II habla durante la audiencia general. Permanece en su biblioteca y los fieles lo ven en las grandes pantallas de la Sala Pablo VI y de la Plaza San Pedro.  El discurso se transmite por TV. La voz del Papa es ronca pero todo se puede entender perfectamente.  Saluda a los peregrinos polacos, agradece a todos por estar allí, y y los invita a abrir sus corazones a una conversión profunda y honesta.  A la tarde tenemos otra crisis.; un ataque de espasmo.  La medicación no hacia efecto.  El cardenal Jaworski le administra al Santo Padre el Sacramento de la Unción de los enfermos.

Fue una noche difícil?

Extremadamente difícil.  La dificultad en respirar le molestaba mucho al santo Padre.  Pero estaba calmo, mucho más que nosotros.  Nosotros temíamos que fuese el final.  Durmió un poco, no mucho.  Por la mañana se sentía algo mejor – hasta celebro Misa – pero alrededor del mediodía tuvo otro ataque de espasmo.  Decidimos ir a la Clínica.

Que dijeron los doctores?

Que era necesaria una cirugía porque estos ataques serian cada vez más frecuentes para  un paciente con Parkinson. Nos dijeron que el Santo Padre no podía controlar los músculos de su laringe  y que tenia liquido en los pulmones.  Por eso la dificultad en respirar.  Lamentablemente se temía que empeoraría.

Pensaron en una traqueotomía?

El Santo Padre dudaba.  Pidió posponer la cirugía por algunos meses, hasta el verano.  Pero los doctores dijeron que no era una buena idea, que era imposible.  Así que trataron de convencerlo al Santo Padre que aceptara porque era la única salida. Le dijimos que todo iría bien.

Y el santo Padre acepto...

Tenía confianza en sus doctores y en nosotros. Aceptó.  Solo quería sabe3r si podría hablar después de la cirugía, si podría recuperar su voz.

Los doctores dijeron que todo iría bien. El Papa rezaba. Y como siempre y para todo  le encomendaba la cirugía a Nuestra Señora. Ella lo había protegido tantas veces, y si era voluntad de Dios, Ella volvería a protegerlo. El secretario también reza por esta intención. La cirugía comienza a las 8 pm. Y dura media hora. El secretario reza para que no haya complicaciones y que sea exitosa y lo es. Después de media hora, está terminada. Los cirujanos abrieron la laringe e insertaron un tubo a través del cual el aire fluiría a los pulmones. El Papa podría respirar sin problema.

El papa despierta después de la cirugía y que pasa?

Y no podía hablar, estaba muy débil.  Hizo una señal pidiendo un pedazo de papel y algo para escribir.  Y escribe. Leemos “  Que me han hecho?”  Pero Totus Tuus.

La palabra “pero· estaba escrito en el papel.

Si.  Recuerdo que cuando vi el texto no podía creer que el Santo Padre hubiese escrito algo así. Yo entendí que era un reproche. Porque?  Que me han hecho?   Antes de la cirugía nosotros le decíamos que todo iría bien.  También los doctores lo decían.  Creí que el Santo Padre estaba enojado con nosotros  por haberlo convencido.  Me sentía muy apenado.   No podía creer lo que leía porque el Santo Padre nunca nos había dicho algo así antes.  Nunca había hecho algo así antes.  Y después vi el resto del texto. “Pero Totus Tuus”. Y esto me explicó todo.   Todo estaba aclarado.

Pero como se comportaba el Santo Padre?  Escribió algo más?  Estaba tratando de decirles algo más?

No podía hablar, así que solo eran gestos aprobatorios.  También mostraba hacia su laringe como el lugar de la cirugía.  Nos señalaba el tubo.  Y rezaba. Juntos rezamos el Rosario, el breviario, las letanías. Celebramos la Santa Misa juntos al lado de su cama.

Estaba sufriendo mucho?

Hubo algunos momentos difíciles porque el Santo Padre debía volver a aprender como comer. Y no era fácil porque tenía ese tubo en la laringe, era doloroso para el.  Además, tenía que entrenar su voz para que pudiera volver a hablar un poco mediante un tratamiento de terapia del habla.   Sé que esas sesiones eran dolorosas para él.

A pesar de esto, se acerco tres veces a la ventana de la clínica para saludar a los fieles.

Dos veces para el Ángelus y una vez  para la Audiencia General el Miércoles  9 de marzo. No decía nada,  pero bendecía.  Y hasta sonreía.   Se estaba recuperando y lentamente comenzando a hablar.   Al comienzo no era claro pero fue mejorando.  Recibía a sus colaboradores durante todo ese tiempo.  Controlaba todo lo que sucedía en la Iglesia. Algunos cardenales, por ejemplo el Cardenal Ratzinger le presentaba los temas más importantes y le traía documentos para firmar.

Qué tipo de documentos?

Nominaciones de obispos, o algunas otras decisiones o decretos. Temas de la Curia.

Y el santo Padre los leía y firmaba, pro seguía teniendo problemas con el habla?

A decir verdad el comenzó a hablar una semana después de la cirugía, inicialmente no hablaba claramente.  Y era doloroso para el.  Durante las reuniones, los cardenales le presentaban temas al Santo Padre, después el tomaba el documento, lo leía como que quería verificar si correspondía a la presentación, y luego lo firmaba.

El sábado 13 de marzo el Santo Padre aparece para la oración del Ángelus por primera vez después de la cirugía y le habla a los fieles. Les agradece y saludo a todos los de Wadowice que habían venido a la clínica para acompañarlo durante su enfermedad.  Luego les desea una buena semana a todos.  Para nosotros y creo que también para el fue muy emocionante.  Lentamente se estaba recomponiendo.

Fue por eso que decide volver al Vaticano?

Si. El dijo “Quiero volver”. Creo que ya estaba harto del hospital.  Los doctores sugerían que se quedara más tiempo, pero no había debate.  El se sentía mejor.  Quizás no bien, pero mejor.  Y hablaba,  que era tan importante para el.  Volvió al Vaticano esa tarde.

Hubo cambios en los apartamentos papales?

Los doctores prácticamente se mudaron junto a nosotros.  Estaban disponibles las 24 horas en turnos de tres así que el Santo Padre tenía cuidados permanentes.  Pensábamos como organizar su vida, qué hacer con las audiencias.   Ya no hubo audiencias privadas, pero la vida en los apartamentos papales continuaba normalmente.   Traíamos al Santo Padre a la capilla en silla de ruedas por las mañanas y el celebraba misa sentado. Recuerdo que ya no podía pararse ante el altar; le ayudamos a sentarse en un trono móvil.  Celebraba la santa Misa, iba al comedor para las comidas ….estaba volviendo a su vida normal.  Leía mucho y rezaba.

Las Santas Misas eran en silencio?

El Santo Padre susurraba, pero se le podía entender.  Había progresado mucho en este sentido.  Le volvió la voz, pero debía cuidado en no excederse. .

Después de una semana llego el Domingo de Ramos. El Papa fue a la ventana….

Los doctores le pedían que no lo hiciera porque podía ser perjudicial para el.  Se sintió mal otra vez: tenía dificultades para comer y tragar. Perdía peso y no podía hablar.  Por eso cuando apareció a la ventana con la rama de olivo las multitudes lo vivaban y el permanecía en silencio. Solo agitaba la rama en dirección a los fieles, y los bendecía.  Tragaba saliva y veíamos que hacía esfuerzos para decir algo pero no podía.  Y después puso sus manos sobre su cabeza. Tratamos de alejarlo de la ventana con delicadeza  pero el protesto… .     Golpeó el pulpito con su mano.  No sé si lo hizo para protestar por nuestra intervención o contra su debilidad que no podía aceptar.

Por primera vez el Papa no participa de las celebraciones de la Semana Santa.  Permanece en casa todo el tiempo.  Se acuesta o se sienta en un sillón. Concelebra las Santas Misas con sus secretarios.  Reza mucho y lee poco porque cada vez le cuesta más.  Prefiere que otros le lean, especialmente la Biblia.  Las hermanas y los secretarios le leen.

El Miércoles Santo, Juan Pablo II aparece a la ventana. Marco Politti escribe que el Papa estaba llorando en ese momento. ….

No estaba llorando. Nunca lloraba. Tampoco en esa ocasión.

Tenía lagrimas en sus ojos?

Quizás la luz hacia ese efecto.  Pero yo no vi lágrimas en sus ojos. Estaba cansado tenía un rostro cansado y enfermo….

Era penoso para el no participar de las celebraciones de la Semana Santa como lo había hecho hacia un año?

Seguramente era penoso para él, pero no nos hablo de ello. No se quejaba, aceptaba todo con mucho coraje.  Coraje y una gran humildad.

Jueves Santo….

Paso el Jueves Santo en casa en su habitación.  Participó de la Misa Crismal de la Basílica por TV.   Lo mismo el Viernes Santo. No fue a la Basílica o a un confesionario. Fue la primera vez que no escuchaba confesiones.  Debió haber sido muy penoso para el, igualmente fue la primera vez que no participo en el Vía Crucis del Coliseo.

Pero seguía allí presente espiritualmente y en las pantallas gigantes.

No quería quedarse en cama; quería participar del Vía Crucis de alguna manera.  Y fue entonces que se nos ocurrió la idea de transmitir desde su capilla privada.  De esta manera podía rezar con quienes estaban allí en el Coliseo.  Podía verlos y ellos podían verlo a él.          

Muchos decían que estaba con ellos, aun más que antes….

Yo pensaba lo mismo cuando lo observaba tocar el Crucifijo con su rostro.  Fue un momento inusual, un testimonio inusual.  Quienes estábamos detrás suyo pudimos ver lo que no se veia en TV.  Mirábamos su tubo y su tráquea.  Lo mirábamos respirar con dificultad y luchando. Ese fue su último Via Crucis. Fue su cruz. Y esas palabras del mensaje leído en nombre de Juan Pablo II por el Cardenal Ruini, esas palabras de San Pablo Completo en mi carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo" o sea a su Iglesia. Y al final “Salve Cruz, nuestra única esperanza”. El Santo Padre nos explicaba a nosotros y al mundo lo que estaba ocurriendo.  Estaba explicando el profundo sentido del sufrimiento y de su misión.

Como se sintió el Santo Padre después del Vía Crucis.

Bastante normal. No estaba muy débil aun. No podía hablar y le costaba moverse, pero no estaba tan mal. Aun podíamos manejarlo.

Lo peor estaba por venir…. Lo veían venir?

Yo no lo percibí o quizás no quería pensarlo.  Pero existía ese pensamiento en mi mente que quizás era la ultima Pascua para el Santo Padre, aunque nadie lo decía en alta voz.  El Santo Padre pasó el Sábado Santo en casa. Participo de las celebraciones en la TV por la noche. Después hizo algo de ejercicio con el terapista antes de la bendición del Domingo. Y se encontraba bastante bien.  El Domingo de Resurrección, se apareció a la ventana para bendecir la ciudad y el mundo.  Cuando le alcancé el texto el Santo Padre me dijo: “No tengo mi voz”. Primero quise apartar el micrófono, pero no tenía valor. Podía ver al Santo Padre leer el texto con sus ojos y al leer las palabras. “Que el Todopoderoso Señor los bendiga” miro a la gente y hizo la señal de la Cruz. Ese fue su Urbi et Orbi.

El último mensaje fue leído por el Cardenal Sodano y el Santo Padre, allí junto a la ventana mueve las hojas como queriendo decir esto es lo que les quiero decir a todos. “Son mis pensamientos para ustedes. Estoy enfermo y débil y no puedo hablarles, pero los amo y rezo junto a ustedes”:    El Lunes de Pascua, no reza el Regina Caeli por primera vez.  Esta cada vez mas debilitado, prácticamente no come nada y pierde peso.   Pero, dice el Arzobispo Mokrzycki su rostro esta sereno. A veces hasta sonríe.  Aparece por 5 minutos en la ventana del Palacio apostólico  por última vez el Miércoles.   Es la Audiencia General más corta de la historia. Quiere decir algo, pero no puede. Y entonces el secretario retira el micrófono.

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