Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

jueves, 20 de diciembre de 2018

Tiempo de conversión – 2 de 3


Con la vista puesta en el fin de los recursos, el fin de una vieja época, el fin de una determinada forma de vida, nuevamente y con toda fuerza tomamos consciencia de la finitud de las cosas en sí mismas, también del fin de la vida en general. Muchos ven ya en los signos de este tiempo el signo de un tiempo final. Advierten que tal vez el mundo no sucumba, pero que se encamina en una nueva dirección. Y que una sociedad enferma, en la que aumentan sobre todo los problemas psíquicos, anhela hasta con animo suplicante sanación y salvación.
¿No habría que reflexionar acerca de si esta nueva orientación puede estar relacionada con el regreso de Cristo?

Benedicto XVI

Como usted dice, lo importante es que existe una necesidad de sanación y que, de alguna manera, se puede entender de nuevo lo que significa salvación. Los hombres reconocen que, si Dios está ausente, la existencia se enferma y el hombre no puede subsistir, que necesita una respuesta que el mismo no es capaz de dar. En tal sentido, este es un tiempo de adviento que ofrece también muchas cosas buenas.

Por ejemplo, la gran comunicación con la que contamos hoy en día puede llevar, por un lado, a una despersonalización total. En este caso no se está más que inmerso en el mar de la comunicación pero no se produce ya encuentro alguno con personas. Por el otro lado, sin embargo, esta comunicación puede constituir también una oportunidad: por ejemplo, de que nos percibamos mutuamente, de que nos encontremos, nos ayudemos, de que salgamos de nosotros mismos.

De ese modo, me parece importante no ver solo lo negativo. Debemos percibir, si, con toda agudeza lo negativo, pero también tenemos que ver todas las oportuniades de bien que sehallan presentes, las esperanzas, las nuevas posibilidades que existen para nuestra ondicon humana. En ultima instancia, para anunciar después lanecesidad del cambio ,que no puede producirsesin una conversión interior.

Que significa eso?

Benedicto XVI:
Esta conversión supone que se coloque nuevamente a Dios en primer término. Entonces, todo cambia. Y que se pregunte por la por las palabras de Dios para dejar que ellas iluminen, como realidades, el interior de la propia vida. Por así decirlo, debemos arriesgarnos nuevamente hacer el experimento con Dios a fin de dejarlo actuar en nuestra sociedad.

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