Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

jueves, 2 de octubre de 2025

Yves Congar: BIOGRAFIA – Enrique Somavilla Rodriguez (2 de 2) Balance y Conclusiòn

 




 (del texto del Dr Enrique Somavilla Rodriguez (*) con ocasión del  XXV aniversario de la muerte de Yves Congar (1904-1995)  

10. BALANCE

 El P. Yves Marie-Joseph Congar, OP, fue un hombre ejemplar desde la perspectiva de un religioso entregado y llevado por una profunda vida de fe. Un hombre perteneciente al siglo XX, que aprendió a discernir los signos de los tiempos en la experiencia de las dos guerras mundiales, sufrimiento, refugiados, desplazados, víctimas, opresiones que necesitaban una palabra de aliento por parte de la Iglesia católica. De aquí, apareció una gran documentación del magisterio social, iluminados por la misericordia. De hecho, se puede afirmar, que es uno de los grandes teólogos que influyeron en la renovación teológica y eclesial del Concilio Vaticano II. Para eso tuvo que llevar adelante una vida de fe exigente, pero asumida desde la propia experiencia en numerosas ocasiones negativas y contrarias a la esencia del Evangelio. Un proceso destructivo para cualquier persona como la soledad, el aislamiento, las acusaciones, el sistema inquisitorial, la falta de seguridad jurídica, la hipocresía, la delación, el menosprecio de la misma Orden de Predicadores, la censura, la supresión de toda actividad docente, literaria, el ensañamiento con dolor, el testimonio de una conciencia desgarrada que piensa en su futuro vocacional, requiere de un coraje impresionante, una profundidad religiosa y ardiente espiritualidad. A veces la vida juega malas pasadas cuando te encuentras de bruces con el paredón de la falta de compasión, de fraternidad, de misericordia. Son numerosas las ocasiones que se presentan en conflicto las instituciones y la conciencia personal. No de ahora, ha sido de siempre. Reconocer el pasado, situarse en el presente y mirar al futuro. Congar llevó este compromiso y criticó la vida institucional de una Iglesia que se parapetaba en la Curia romana. La Iglesia no es la Curia. Esto le llevaría a pagar un precio muy alto al manifestar un testimonio ineludible de decir la verdad. Cuando se pone en tela de juicio las instituciones, entre ellas la Iglesia, hay que tener los suficientes arrestos para saber a qué nos podemos enfrentar si se piden reformas; cuando se reivindica la necesaria libertad de la persona, y se responde con la supresión de sus derechos inalienables; ante la crítica sincera del papel que juega la jerarquía de la Iglesia, Congar responderá que los obispos están mirando siempre a Roma. No obstante, su vida se fundamenta en el concepto de la obediencia aprendida desde los primeros tiempos del noviciado. Pone de manifiesto que la Iglesia es Una, aunque en la actualidad esté dividida. Por eso su labor de estudio de la eclesiología y su interés primordial por la unidad de los cristianos, llevando adelante el ecumenismo. La Iglesia es Santa, pero no por sí misma, sino por su cabeza que es Cristo. Esa santidad, no es privativa de sus miembros que son pecadores, sino de su ser que es el ámbito de la presencia divina, que se apiada de la miseria humana. La Iglesia es Católica, porque es universal que asume todos los tiempos y espacios y que permanecerá hasta el final de los tiempos. Va unido a la capacidad de asumir los valores humanos y la indistinta cultura. Por eso la necesidad de seguir inculturando el Evangelio en cada sociedad. Por último, la Iglesia es Apostólica, porque está fundada por Cristo y fundamentada en los apóstoles, pero teniendo especialmente en cuenta la sinodalidad. De aquí el compromiso de Yves Congar por la vocación de los laicos con un compromiso no solo eclesial sino secular. La salvación de Jesucristo tiene que tener en cuenta, aclara Congar, la acción liberadora de tipo personal, social, cultural, educativo, económico y político. Solo puede hacerse desde la fe, respetando siempre el sentido de la pluralidad en la misma Iglesia. De lo contrario, podemos estar abocados a la intransigencia, la intolerancia y la ambivalencia. El camino ecuménico debiera ir buscando la unidad en la diversidad y nunca en la uniformidad. El camino interreligioso debiera hacerse desde un mayor conocimiento mutuo y sin prejuicios.

 

El punto 11 es la Conclusion donde el autor relata la valiosa contribucion de Congar a la Iglesia y al Pueblo de Dios.

En primer lugar, el P. Yves Marie-Joseph Congar, OP, investigó, reflexionó, enseñó, estudió y difundió el ecumenismo y la vocación laical y el diálogo interreligioso en todas las dimensiones de la teología.

En segundo lugar, el P. Congar buscó opciones de encuentro para el diálogo con todos los concernidos de las Iglesias, tanto de Oriente como de Occidente fundamentándose en que unía más que lo que separaba.

En tercer lugar, partiendo de una nueva eclesiología estableció los cimientos de la comunión y del nuevo Pueblo de Dios, desde la sinodalidad y la visión del Cuerpo místico de Cristo que le llevaría al desarrollo conciliar de la acción del Espíritu Santo. En cuarto lugar, Congar asume fielmente desde la profesión religiosa en la Orden de Predicadores, el sentido profundo de la obediencia, a pesar de todas las contrariedades que sufre a lo largo de su vida, es realmente ejemplar.

En quinto lugar, Congar religioso dominico, mantiene la tensión eclesial desde su vida personal, sobre la fe recia, la audaz valentía, el compromiso vivencial que le hace estar constantemente buscando caminos de encuentro y solidaridad.

En sexto lugar, se le puede ver como el intelectual católico, que amaba a la Iglesia, que se hacía pertinentes preguntas y buscaba adecuadas respuestas. No era nada fácil la tarea que emprendió, pero nunca le faltó ni ánimo ni entusiasmo.

En séptimo lugar, fue un hombre adelantado a su tiempo, con una inmensa visión de futuro, especialmente referida a la situación de la Iglesia católica, ya desde los años previos a la Segunda Guerra Mundial, como a los posteriores, sobre todo la década de los cuarenta y cincuenta.

En octavo lugar, por las circunstancias personales y eclesiales, se vio proscrito, relegado y apartado de la enseñanza de la teología, de las clases, de los libros, de las publicaciones, de las conferencias, de los congresos, siéndole prohibida la asistencia a cualquier reunión ecuménica, entrevistarse con los hermanos acatólicos, y sufriendo sucesivamente hasta tres exilios: Jerusalén, Roma y Cambridge y sus respectivas condenas.

En noveno lugar, la rehabilitación llegó con la subida al pontificado de Angelo Roncalli como Juan XXIII, que le nombra perito del inminente Concilio. Fue decisiva la acción del arzobispo Jean Julien Weber de Estrasburgo, que le ofreció su diócesis y le llevaría como su teólogo. Fue el hecho determinante.

En décimo lugar, al P. Yves Marie-Joseph Congar, OP, le llega ya muy tardíamente el nombramiento de cardenal de la Iglesia por manos de San Juan Pablo II, el 26 de noviembre de 1994 en el año antes de su fallecimiento. Este se produjo el 22 de junio de 1995 en el Hospital militar de Les Invalides en París. Fue galardonado, después de la guerra, con el máximo honor de la República Francesa: la Legión de Honor.

 Al final de su presentacion el Dr Somavilla ofrece tres paginas de títulos de los escritos de Congar inclyendo diarios personales.

 

(*) El Dr Somavilla es doctor en Teología Dogmática y en Derecho, licenciado en Estudios Eclesiásticos, Máster en Doctrina Social de la Iglesia, Máster en Relaciones Internacionales y Protocolo, Máster en Derecho de la Unión Europea, Diploma de Estudios Avanzados en Derecho (DEA). Es Profesor ordinario de Teología en el Centro Teológico San Agustín CTSA (afiliado a la Pontificia Universidad de Salamanca), donde imparte diversas asignaturas: Análisis Político y Económico, Sacramentos de Iniciación cristiana, Misterio de Dios, Cristología, Iglesias Orientales, Ecumenismo, Doctrina social de la Iglesia. Profesor de Teología cristiana de las religiones: relaciones interreligiosas, Teología de la Comunicación, en el Estudio Teológico Agustiniano de Valladolid ETAV (Centro Agregado a la Facultad de Teología del Norte, sede de Burgos). Profesor de Derecho Eclesiástico del Estado, en El Real Centro Universitario Escorial-María Cristina, en San Lorenzo de El Escorial (Madrid) adscrito a la Universidad Complutense y Profesor del Máster de Protocolo en la Facultad de Derecho de la UNED.

 


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