Carl Olson en
un artículo titulado “El último de los gigantes?”) dice que es demasiado pronto para juzgar el pontificado de Benedicto
XVI, pero la genialidad y la santidad de Joseph Ratzinger son innegables…...Aún
si el cardenal Ratzinger no hubiese sido elegido Papa - agrega - seguiría siendo uno de
los teólogos católicos más sobresalientes de la mitad del siglo pasado.
Olson
en ese mismo artículo cita una entrevista donde el padre Fessio (autor de la frase “el último de los
gigantes” expresa que "Benedicto fue un sucesor dignísimo de Juan
Pablo II y estoy seguro que tendremos otro sucesor similar – pero entiendo que ha
cesado por un tiempo el tiempo de los gigantes. Yo viví – dice el padre Fassio - la época de
oro de los teólogos – gente como Congar, Bouyer, de Lubac, von Balthasar,
Ratzinger, Rahner. Esos son verdaderos gigantes…no tenemos sucesores para
ellos. Pero lo tuvimos a Juan Pablo II y a Benedicto, quienes adoptaron la
riqueza de aquella teología….y creo que tenemos material suficiente para varias décadas
más. De manera que no necesitamos un papa brillante, creativo – si tenemos uno
fantástico, el Espíritu Santo sabe hacer cosas maravillosas. Pero si tenemos a
alguien que siga lo comenzado por Juan Pablo II
y el Papa Benedicto – especialmente en lo que se refiere al nombramiento
de obispos – creo que la Iglesia afirmará su posición”.
En SirServicio de Información religiosa bajo el título de El Concilio de
Joseph escriben que el Papa en sus últimas palabras a la Curia Romana, sin papeles en la mano se dirigió a “mis queridos
hermanos en el episcopado y en el sacerdocio” confiándoles, casi confesando recuerdos, pensamientos, opiniones,
sentimientos….." Es verdad casi al principio expresaba con toda humildad "no he podido preparar un grande y verdadero discurso, como podría esperarse;
pienso más bien en una pequeña charla sobre el Concilio Vaticano II, tal como yo
lo he visto". Yo diría que es un poco más que eso..... es una intensa y profunda "charla" sobre lo que el vivió, su experiencia y quizás, de alguna manera, un poco el mensaje que deja a su sucesor.
Invito leer el texto completo pues Benedicto XVI relataba con entrañable cariño no solo
sus recuerdos de aquella época, sino que observaba y notaba también las malas interpretaciones y nos deja un precioso legado de sabio Pastor hijo, discípulo y admirador de ese Gran Concilio Vaticano II: continuar estudiando y
profundizando el mensaje, su espíritu y contenidos haciendo mención especial a la declaración sobre la libertadreligiosa; a la declaración Nostra Aetate, sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas y la Constitución Pastoral Gaudium et Spes sobre la Iglesia en el mundo actual,
que “son una trilogía muy importante, cuya importancia se ha
visto sólo en el curso de los decenios, y todavía estamos trabajando para
entender mejor este conjunto entre unicidad de la Revelación de Dios, unicidad
del único Dios encarnado en Cristo, y la multiplicidad de las religiones, con
las que buscamos la paz y también el corazón abierto por la luz del Espíritu
Santo, que ilumina y guía hacia Cristo.”
El Santo Padre presentaba interesantes detalles
de lo tratado en el Concilio, al cual asistió casi por casualidad (era muy joven tenia 38 años) con alegría
y entusiasmo. Comenta el error de la
Iglesia en el caso de Galileo Galilei,
el interés de los obispos participantes de ser verdaderos sujetos portadores del
Concilio, no meros firmantes y que por ello se demoro el comienzo: para armar comisiones y conocerse unos a otros.
Cuenta que durante algunos “pequeños encuentros transversales” conoció a
grandes figuras como el Padre de Lubac, Danielou, Congar, y otros” Fue – dice Benedicto “una experiencia de la
universalidad de la Iglesia y de la realidad concreta de la Iglesia” Detalla brevemente los grandes temas tratados
como la liturgia (antes dice había como dos liturgias paralelas la del
sacerdote y los monaguillos y la de los fieles), la Iglesia (nosotros somos la
Iglesia, la Iglesia no es una estructura: nosotros mismos, los cristianos,
juntos, somos todos el Cuerpo vivo de la Iglesia”) y menciona las ideas esenciales como el
misterio pascual- subraya la importancia del Domingo -. Habla de la “colegialidad” (y me recuerda tanto a
Juan Pablo II que siempre subrayó su importancia). Dice que les costó encontrar una palabra adecuada y que fue muy
discutida “para expresar que los obispos, juntos, son la continuación de los
Doce, del Cuerpo de los Apóstoles”. Un tema conflictivo comenta fue el problema de
la Revelación (relación entre Escritura y tradición).
Es interesante
también lo que observa que “estaba el Concilio de los Padres – el verdadero
Concilio – pero también estaba el Concilio de los medios de comunicación…
mientras el Concilio se movía dentro de la fe, el Concilio de los periodistas no
se desarrollaba naturalmente dentro de la fe, sino dentro de las categorías de
los medios de comunicación de hoy, es decir, fuera de la fe, con
una hermenéutica distinta. Era una hermenéutica política”. Algo parecido
sucedía con la liturgia….fueron algunas “banalizaciones del Concilio”. Realmente aconsejo leer aunque sea el último
párrafo de su intervención donde se sincera con esperanza, especialmente en
este Año de la Fe.
“Yo, retirado en mi oración – termina humildemente, pero con firmeza – estaré siempre con
vosotros, y juntos avanzamos con el Señor, con esta certeza: El Señor vence.”
Invito visitar, ver y leer:
En la página oficial de la Santa Sede Congregaciónpara la Doctrina de la Fe
Estoy totalmente de acuerdo con el padre Fabian : no recomiendo leer aisladamente los
textos de la corresponsal argentina que el allí menciona y ella sabrá por qué. No pretendo que alguien
que no es creyente ame a la Iglesia, pero si espero que un periodista
profesional escriba con objetividad, que sea buscador y defensor de la verdad y
que cite fuentes fidedignas.
Hasta un sociólogo
que se declara laico y agnóstico Franco Ferrarotti ha expresado en su
entrevista con la Agencia Sir “Todo el mundo se ha dado cuenta que este Papa, con
su decisión, le dado sentido a un fenómeno de grandeza histórica. Creo además que no puede dejar
indiferentes. A que hemos asistido? Hemos asistido a un hecho que al mismo tiempo
es extraordinario y paradojal aun para la mentalidad laica y no creyente……la
revalorización de la oración que hoy ven como extraña hasta algunos
creyentes. La oración no es solamente
una súplica. Es un coloquio con Dios pero también con uno mismo….” (Agencia Sir
entrevista al sociologo Franco Ferrarotti (“laico y “agnóstico”):
“Los escritos del padre James Schall sobre elpontificado de Benedicto XVI (en inglés)
The Pope Benedict Fan Club (en ingles) con una cantidad valiosísima de enlaces)
Y mis posts etiquetados Benedicto XVI
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