Alojadas en pleno centro de la parte antigua de la
ciudad, sobre la calle Mikolajska (un departamento recomendable de la cadena Old City Apartments) frente a dos pequeños pero importantes hoteles, tan
solo a pasos de la Basílica de Santa Maria, descansadas y desayunadas salimos
nuevamente a redescubrir / descubrir Cracovia. Era día aniversario de la primer
misa de Karol Wojtyla. Habíamos soñado entrar en la capilla de la calle Franciskanska
el día anterior, aniversario de su ordenación sacerdotal y no se dió, pero nadie podía impedirnos estar
en el lugar donde el joven Wojtyla celebró su primera Misa (cripta de San
Leonardo en la catedral de Wawel) este dia.
Sabíamos que allí el día de los difuntos habría Misa
solemne y planeamos el día acorde. Disfrutamos del centro y por la tarde
temprano nos dirigimos lentamente hacia la colina de Wawel por la calle
Grodzka, con algunas paradas por el camino : la iglesia de San Pedro y San
Pablo
donde se ofrecen conciertos vespertinos durante todo el año, y la
antigua iglesia de San Andres de las clarisas.
Llegamos a Wawel con tiempo de
sobra para comer algo en el restaurante al aire libre (el dia brillante se
prestaba), visitar lentamente la preciosa Catedral con el “Altar de la patria” y las reliquias
de San Estanislao (delante del altar hay una placa que indica que allí descansan
los restos del Cardenal Sapieha, maestro y mentor de Karol Wojtyla), el altar en honor a San Juan Pablo II, el altar con las reliquias de Santa
Jadwiga, reina de Polonia donde tanto le gustaba quedarse a reflexionar a Karol
Wojtyla (Jadwiga fue coronada reina la notable fecha de un 16 de octubre) y treparnos a la torre de esta catedral gótica, gloria de Polonia, para disfrutar de las
enormes campanas.
Sin dudas el lugar más
significativo de ese dia era precisamente la cripta de San Leonardo, donde
Karol Wojtyla no solo celebró su primera Misa, sino las tres primeras misas por
tratarse del Día de todos los difuntos, día que los sacerdotes acostumbran
celebrar tres misas.
La cripta de San Leonardo es uno de queridos lugares en
Cracovia, un lugar sagrado elegido por Karol Wojtyla para su Primer Misa porque
quiso “expresar un vínculo espiritual particular con los que reposan en esa
catedral, que, por su misma historia, es un monumento sin igual. Está
impregnado, más que cualquier otro templo de Polonia, de significado histórico y
teológico…. Quien visita ese templo se encuentra cara a cara con la historia de
la Naciòn.” (Juan Pablo II Don y misterio)
Cercana la
hora de la celebración litúrgica nos ubicamos bien adelante (la ventaja de los
que llegan temprano). Todo se estaba preparando muy ceremoniosamente. Lo que no sabíamos era que la Misa sería presidida
por el Cardenal Stanislaw Dziwisz. Gratísima sorpresa, un verdadero regalo. Finalizada la misa se rezaron las oraciones
por los difuntos en la cripta. Alli si que no pudimos seguirlos…Nos fuimos despidiendo
lentamente, afuera se había hecho de noche, todo iluminado, la catedral lucía aun más
misteriosa!
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