La lucha por construir
la iglesia de Nowa Huta fue uno de los grandes choques entre la Iglesia católica y los comunistas de
la Polonia de la post guerra. De todos los conflictos entre la Iglesia y los
comunistas en los cuales intervenía Karol Wojtyla, esta historia expresa cabalmente
como fue creciendo el hasta convertirse en un líder político. Es una preciosa
historia polifacética, construida a lo largo de veinte años, combinando todos
los elementos del propio viaje político de Wojtyla – dramático, gradual y sorprendente. Finalmente esta historia es la revelación del
hombre, del sacerdote, del líder emergente que comprendió la importancia de la
tenacidad y el compromiso, y también de un gran comunicador quien entendió a la
perfección tanto simbolismo como oportunidad.
Nowa Huta, ciudad
flamante, nueva, construida por los
comunistas a principios de los 50’ en los alrededores de Cracovia. La ciudad
estaba dentro del radio apostólico de Wojtyla.
Proyectada para ser el paraíso de los trabajadores, construida en base a los principios
comunistas que aspiraba a ser un abierto reproche a la espiritualmente
“decadente” fascinación de Cracovia. El régimen asumía que los trabajadores
serian naturalmente ateos, de manera que la ciudad no necesitaría una
iglesia. Muy pronto la gente misma dio a
entender claramente que querían
una. Wojtyla comunicó estos deseos a las
autoridades pero se encontró con la
negativa del régimen.
El conflicto fue en
aumento hasta convertirse en un fuerte símbolo de la oposición entre la iglesia
católica y el estado comunista. Un
conflicto dentro del mundo de los trabajadores, que supuestamente estaban más
allá de la religión – trabajadores de
carne y hueso que cantaban himnos polacos que comenzaban con “Queremos a
Dios”. Finalmente el partido comunista,
si bien de malas ganas, otorgo el
permiso en 1958, permiso que luego retiró en 1962.
Pasaron algunos años
hasta que Karol Wojtyla, conjuntamente con otros sacerdotes – especialmente el
padre Gorlaney – se reuniera con autoridades y continuara llenando formularios y formularios solicitando nuevos permisos para
la construcción. Mientras tanto se fueron
levantando cruces, una tras otra, en el
lugar elegido para la construcción de la iglesia, cruces que eran
derribadas sistemáticamente para que durante
la noche misteriorsamente aparecieran nuevas días o semanas después. Mientras tanto el Obispo Wojtyla y otros
sacerdotes continuaban con sus sermones al
aire libre en campo campo abierto, en verano y en invierno, bajo un sol rajante
o lluvias heladas y nevadas. Año tras año el Obispo Wojtyla celebraba la Misa
de Nochebuena en el lugar donde se suponía debía construirse la iglesia.
Pacíficamente alineados miles de fieles recibían la comunión, pero la tensión fue aumentando hasta
transformarse en violencia cuando las autoridades comunistas mandaron una topadora para tirar abajo la
cruz. Lucjan Motyka se levanto de su
lecho en el hospital para ser vivado por los manifestantes. Motyka
estaba convencido que fueron las palabras pacificadoras de Wojtyla que evitaron
una confrontación potencialmente muy peligrosa.
Para entonces los
comunistas, los líderes locales, residentes y la iglesia católica ya habían
establecido sus inamovibles condiciones. El compromiso comunista de otorgar un
permiso para construir una iglesia fuera de la ciudad fue rechazado –hasta que
Karol Wojtyla, el realista, el negociador, zanjo el callejón sin salida persuadiendo a todos que la existencia de la
iglesia trascendía toda otra consideración. El tiempo estaba trazado. En mayo de 1977, un año antes que se convirtiera
en Papa, Karol Wojtyla consagró la iglesia de Nowa Huta. El mayor orgullo – y fue un símbolo que Karol
Wojtyla ayudo a hacer realidad – es la Crucifixión gigante que se levanta sobre
el nuevo altar. Hecha de pedazos de hierro extraídos de las heridas de los
soldados polacos, recolectados y enviados desde todos los puntos del país para
hacer la escultura de la nueva iglesia.”
(traducido del inglés y adaptado - Juan Pablo II y la caída del comunismo de JaneBarnes y Helen Whitney)
No hay comentarios:
Publicar un comentario