Cuando Juan Pablo fue electo al pontificado, la bioética tenía tan solo ocho años de vida.
La reflexión ética acerca de comportamientos médicos, sin embargo, era ya antigua
- dos mil quinientos años- ; y la
Iglesia católica venía desarrollando sus reflexiones desde hacía dos mil años.
En los años de su largo pontificado, el Papa Wojtyla
debió afrontar un humus cultural complejo y efímero; acepto el desafío de las
nuevas posibilidades y de los nuevos problemas que surgían en el campo de la biomedicina
y estudiados por la bioética y ofreció contribuciones especificas; sobre todo
para los creyentes, pero no tan solo para ellos.
En este aspecto, como en todos los sectores de su
magisterio, extraía la savia de su
pensamiento de las antiguas raíces de la tradición de la Iglesia. Sus enseñanzas
se vieron inspiradas, sobre todo, en el tesoro
del Concilio Ecuménico Vaticano II.
De hecho, ya en el primer discurso a los cardenales,
el día siguiente de su elección al pontificado, subrayo fuertemente, programáticamente,
sus vínculos con el Concilio: «Antes que nada deseamos insistir sobre la
permanente importancia del Concilio Ecuménico Vaticano II, que es para nosotros
un compromiso formal de cumplir con la debida ejecución».
Apenas un mes más tarde, menciono por primera vez un
rema relativo a la bioética, felicitando a la Unión de Juristas CatólicosItalianos porque no habían cedido a las «lisonjas y
tentaciones de una mal entendida autonomía, al proponer y defender los principios
de la ética natural y cristiana, que rigen la institución matrimonial, y al
afirmar asimismo, en la práctica y en la ley, la inviolabilidad y la sacralidad
de la vida humana desde la concepción.» y es además significativo que, en el
mismo discurso, hiciera referencia explícita a dos textos del Concilio para
proponer una de las consideraciones centrales de su reflexión. Decía: « al
servicio del hombre; la Iglesia está fundada por Cristo para la salvación del
hombre (cf. Lumen gentium, 48: Gaudium et spes. 45).»
No hay comentarios:
Publicar un comentario