Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

viernes, 23 de junio de 2023

Ut unum sint – Audacia y dificultades en la unidad de los cristianos - George Weigel (1 de 2)

 


El 25 de mayo de 1995, a tan solo dos meses después de haber firmado Evangeliium Vitae Juan Pablo II presenta una nueva encíclica Ut Unum Sint sobre el imperativo de la unidad de los cristianos. . El titulo (Que puedan ser uno) conmemoraba palabras del Papa Juan XXIII que murió en 1963 con estas palabras,  de Cristo para sus discípulos,  en sus labios.  

 

Durante 16 años el activismo ecuménico de Juan Pablo II fue encarnando la visión articulada por el Vaticano II en Lumen Gentium, 8 –– la Iglesia católica necesariamente involucraba a todos los cristianos, quienes de alguna manera estaban relacionados al catolicismo por su bautismo. Sin importar lo que pensaran de la Iglesia católica, la Iglesia católica  los consideraba hermanos y hermanas en Cristo.

(..)

Quedaba algo  mas por decir además de lo que ya se había dicho y hecho? Juan Pablo II evidentemente consideraba que si, y la encíclica – iniciativa personal del Papa, profundizaba el concepto católico del ecumenismo haciendo lo que fue considerado el ofrecimiento papal más audaz a la ortodoxia y al protestantismo después de las divisiones de 1054 y el siglo XVI.

 

Lo verdaderamente nuevo de Ut Unum Sint fue indudablemente el conjunto de señales que se enviaba a todo el mundo dentro de la Iglesia Católica. Aquellos que consideraron el  Vaticano II una moda pasajera fueron  claramente informados que estaban equivocados.   La primer encíclica dedicada enteramente al ecumenismo aclaraba que el compromiso ecuménico del catolicismo era irreversible. La encíclica también desafiaba a aquellos que se cobijaban cómodamente en el dialogo ecuménico post conciliar.  Ut unum sint solicita a los profesionales ecuménicos recuperar el sentido de urgencia del tema. La desunión cristiana dificultaba aun más la proclama de la Palabra y  la superación del  abismo de razas, etnicidad y nacionalismos que dividían un mundo conflictivo y en peligro. Si los cristianos no podían reparar la unidad de la Iglesia, mal posicionados estaban para trabajar en la unidad de la raza humana.  Juan Pablo II  le pidió a los católicos de todo el mundo reasumir el compromiso del ecumenismo fogoneado durante los primeros años después del Concilio y opacado después.

 

En Ut Unum Sint Juan Pablo II también llamaba la atención su enfoque ecuménico hacia la Ortodoxia. Acercándose el Gran Jubileo Juan Pablo II estaba decidido hacer todos los esfuerzos posibles para zanjar la brecha del siglo XI antes de fines del siglo XX. Ante las críticas y la oposición de la ortodoxia que había recibido en los 1990´s la encíclica  de Juan Pablo II seguía insistiendo que los ortodoxos son “iglesias hermanas” con quienes la iglesia católica busca entera unidad en una diversidad legitima. El modelo de cómo podía vivirse esa comunión podría encontrarse en la experiencia del primer milenio… la sugerencia parecía clara porque no podría el catolicismo la ortodoxia volver al status quo  de antes de 1054? De tal manera se asumía que no había temas doctrinales de división de iglesias entre Roma y el Este, pero eso parecía ser la convicción de Juan Pablo II, a pesar de que algunos católicos y ortodoxos pensaran lo contrario.

 

La encíclica también hablaba del intento de  unidad de los cristianos con las comunidades de la Reforma, quizás con menores posibilidades que las evidentes en el llamado del Papa a los ortodoxos y temas mayores sin resolver, por ej. La relación de las Sagradas Escrituras con la tradición,  la naturaleza de la Eucaristía, los ministerios apostólicos y sacerdotales, la autoridad de la Iglesia y Maria como icono de la Iglesia.

La iniciativa más audaz en la encíclica  fue la propuesta de Juan Pablo II a las iglesias cristianas protestantes y ortodoxas que le ayudaran a pensar  acerca del pontificado. El ministerio del Obispo de Roma, decía, fue impuesto por Cristo como un ministerio de unidad para toda la Iglesia, La historia - por errores humanos -  fue introduciendo divisiones…..   no obstante  la originalidad y audacia del ofrecimiento, Ut Unum Sint no recibió la atención de los medios que se le había dado a Evangelium Vitae. La audacia del ofrecimiento ecuménico de Juan Pablo II en Ut Unum Sint no fue respondida con la debida creatividad en las respuestas recibidas.

 

El protestantismo había cambiado dramáticamente desde el Vaticano II. Las comuniones con las cuales se había dialogado habían cambiado.-  El crecimiento del protestantismo entre evangélicos y pentecostales presentaba temas enteramente nuevos para las conversaciones ecuménicas entre católicos y protestantes. Estos temas no se habían tratado en Ut Unum Sint y muchos evangélicos en los Estados Unidos que admiraban la Evangelim Vitae y la promocionaron entusiasmados entre sus comunidades, se sintieron algo ignorados.

 

La iniciativa más audaz de la encíclica de Juan Pablo II proponía a los cristianos ortodoxos y protestantes ayudarle a pensar como debería ser el pontificado que pudiera servirles en el futuro.  El ministerio del Obispo de Roma, escribe, en la intención de Cristo fue un ministerio de unidad para toda la Iglesia. Par algunos cristianos, admite Juan Pablo II, la memoria del papado “está marcada por recuerdos penosos. A tal extremo que nos sentimos responsables de eso, y me uno a mi predecesor PabloVI en pedir perdón”. A pesar de estos recuerdos, los cristianos de diferentes comuniones llegaron a comprender la importancia de un ministerio unificado al servicio de la iglesia universal, y algunos parecieron dispuestos a repensar el tema de la “primacía” del sucesor de Pedro en esos términos de ministerio unificador.  Juan Pablo II sintió una “responsabilidad particular” en avanzar en estos debates “siguiendo la solicitud que me fuera presentada de encontrar un camino de ejercitar una primacía que no debiera renunciar a lo que es esencial en su misión, y sin embargo abierta a nuevas situaciones. Tarea ingente – la llama – “que no podemos rechazar y que no puedo llevar a término solo.

 

Por lo tanto Juan Pablo II pide  “no podría la comunon real, aunque imperfecta, que existe entre nosotros”, sentar  las bases sobre las cuales los líderes cristianos y sus teólogos puedan trabajar para explorar el tipo de pontificado que podría servir a las necesidades de todos? El Obispo de Roma 941 años después del la desunión decisiva entre Roma y el Este, y 478 años después de la división de los cristianos occidentales y la Reforma luterana, pedía a sus hermanos y hermanas separados que le ayudaran a rediseñar el pontificado para el tercer milenio como servicio de unidad para toda la Iglesia de Cristo.

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 A pesar de la unicidad histórica y la audacia del ofrecimiento, Ut Unum Sint no recibió la extensa y  amplia atención de Evangelium Vitae.

 

(del capitulo 19 Only One World –la Unidad de los cristianos)

 

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