Fue un viaje verdaderamente inolvidable, preciosas
las vivencias y decidí publicarlas en una
página web en geocities que después desapareció, pero me han quedado
esos recuerdos imborrables de un “sueño” hecho realidad, me sentía transportada,
acompañada por Aquel que todo lo puede y todo lo hace bien aunque muchas veces
no comprendamos sus designios. Pensar
que hace ya casi ocho años…..Cómo y cuándo empezó todo no lo se…. Ansiaba estar
en la plaza San Pedro para los funerales de Juan Pablo II…. no se me dio, pero
no me despegué de la pantalla siguiendo los programas de la RAI. Había “acompañado” con profunda emoción los
últimos días de Juan Pablo II y mis ganas de estar allí en cuerpo y alma iban
creciendo. En cierta forma yo sabia y confiaba
plenamente, que tarde o temprano se me daría! Y fue bien pronto! Unas semanas más
tarde comenzaba mi “peregrinaje” que a su vez fueron mis verdaderas vacaciones
en mucho tiempo. Adiós Buenos Aires por 3 semanas! QUÉ viaje!
Llegué a Roma, la bellísima, el sábado 23/4 muy temprano.
Deposite la valija en un hotel que no merecía 3* (entre Piazza Spagna y Piazza
del Popolo – lo único que había conseguido) y me fui derecho al Vaticano
naturalmente "a piedi", a investigar hasta donde podría o no llegar,
y donde convendría ubicarme al día siguiente 24/4 para
estar allí en el "inicio del ministerio petrino del Obispo
de Roma Benedetto XVI". La plaza de San Pedro estaba concurrida y las
filas para entrar a la Basílica y/o visitar la tumba de JP (otra fila - tenía
que hacer las dos!) interminables, cosa que me di cuenta recién después de
haberme colado a una .......
sabado por la tarde
todo listo para el gran dia. La fila a la izq para visitar la tumba de JP II, a
la derecha para entrar a la basilica
Asi espere solo dos horas para visitar a JP II,
pero estaba sin la cámara! De todas maneras volvería!
(esta
foto la tome mas tarde casi “ilegalmente”)
Estar frente a la tumba fue la primera de tantísimas emociones sucesivas que se
fueron acumulando durante el viaje. Sentía una inmensa dicha de estar allí, sentía su presencia.... si bien fue algo decepcionante no poder siquiera arrodillarme
para besar el lugar, solo mandarle un beso al aire y adelante.... pero ese día al menos pude recogerme en oración si bien un poco alejada, escondida detrás de
la gente (cerca de la tumba de San Pedro) , dentro de esa atmosfera tan especial de aquellos primeros días, hasta que un guardia me "invito" amablemente (no todos son amables) a retirarme.
La fila para entrar en la basílica
era algo más corta..., enfilé directamente hacia la capilla del SSmo Sacramento
(en realidad con tanta gente único lugar de la basílica misma donde se
respiraba oración, presencia y absoluto silencio, y la emoción adicional de
estar en un lugar de oración por donde pasaba JP II. Lejos estaban los momentos en que se podía
casi “pasear” por la Basílica, entrar sin guardias ni controles electrónicos...
otros tiempos, otro mundo, mucha menos gente, más o menos oración?
El resto del dia lo pase "caminando" el Vaticano y Roma, descubriendo/ redescubriendo lugares .. Así descubrí el Santuario della Divina Misericordia - Chiesa Santo Spirito in Sassia, a tan solo 100 mts de la Basílica de San Pedro (JP II bendijo la imagen de Jesús Misericordioso en 1995) También (donde creo que jamás había entrado a pesar de estar sobre la Via Concilizione misma!) Santa Maria del Carmelo in Traspontina (la parroquia del papa) Allí me impactó (a la entrada) una foto de JP II de joven operario en la mina, en épocas de furioso comunismo, portando el escapulario de la Virgen del Carmen como única “camisa”, el que nunca tuvo "paura". Ambos descubrimientos que atesoro entre mis recuerdos más caros y que forman una parte muy importante de mi “historia” de discípula de Juan Pablo II.
Roma misma seguía siendo tan hermosa
y misteriosa como siempre tentando a uno andar sin mapa, aunque se aparezca en el lugar de partida (con
mi sentido de orientación nulo). Es un riesgo que no se corre cuando se viaja
en grupo....... Andando y andando se me hizo la noche de mi primer maravilloso
dia en Roma (habia partido de Buenos Aires el dia anterior por la mañana).
Estaba
exhausta, me sentia mal, con un fuerte dolor de cabeza y sin animarme a tomar
nada porque no habia comido nada. Casi angustiada si al otro dia no podría
ir.... Esa noche “hablé” seriamente con Juan Pablo II y casi le reclamé que había
venido a Roma para visitar su tumba y estar allí el domingo en el inicio del ministerio petrino del nuevo Pontífice
Benedicto XVI…… y que no podia ser que no pudiera hacerlo...... todo salió
bien. Fue como el primero de los pequeños milagros que se me dieron en el
viaje.
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