“Como Pastores tenéis la viva conciencia
de que vuestro deber principal es el de ser maestros de la verdad. No de una
verdad humana y racional, sino de la Verdad que viene de Dios; que trae consigo
el principio de la auténtica liberación del hombre: “conoceréis la verdad y la
verdad os hará libres” (Jn 8, 32); esa verdad que es la única en ofrecer una
base sólida para una “praxis” adecuada.”
[…]
De vosotros, Pastores, los fieles de
vuestros países esperan y reclaman ante todo una cuidadosa y celosa transmisión
de la verdad sobre Jesucristo. Esta se encuentra en el centro de la
evangelización y constituye su contenido esencial: “No hay evangelización
verdadera mientras no se anuncie el nombre, la vida, las promesas, el reino, el
misterio de Jesús de Nazaret, Hijo de Dios” (ib., 22).
[…]
Maestros de la verdad, se espera de
vosotros que proclaméis sin cesar, y con especial vigor en esta circunstancia,
la verdad sobre la misión de la Iglesia, objeto del Credo que profesamos, y
campo imprescindible y fundamental de nuestra fidelidad. El Señor la instituyó
como comunidad de vida, de caridad, de verdad (cf. Lumen
gentium, 9) y como cuerpo, pléroma y sacramento de Cristo en quien habita
toda la plenitud de la divinidad (cf. ib., 7).
VIAJE
A LA REPÚBLICA DOMINICANA, MÉXICO
Y BAHAMAS (del Discurso del
Santo Padre Juan Pablo II en la inauguración de la III Conferencia General del
Episcopado Latinoamericano - Puebla, MéxicoDomingo 28 de enero de 1979)
1979, Mexico, Bahamas, verdad, Republica
Dominicana
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