En sus peregrinaciones espirituales durante el Año Mariano en
el Reginal Coeli del domingo 10 de abril de 1988 el Papa Juan Pablo II se dirigía
“con los ojos del alma” hacia Grecia. Ese mismo dia los hermanos ortodoxos
celebraban la solemnidad pascual, una semana más tarde que los católicos. El Papa invitaba a todos a unirse “al gozo de
su espíritu” y enviaba felicitaciones a toda la nación griega.
“En este momento de oración a la Virgen Santa – decía el Santo
Padre - el pensamiento va a los
numerosos lugares de peregrinación mariana presentes en esa noble tierra. Entre
ellos, el santuario de la Virgen de la Anunciación, en Tinos, es sin duda el
que atrae a mayor número de fieles provenientes no sólo de Grecia, sino de todo
el mundo ortodoxo. En efecto, Tinos ha sido definido como el Lourdes de
Oriente.”
Y agregaba una breve historia del origen del Santuario:
A principios del siglo XIX, en 1822, en el ministerio de la
Reina de los Ángeles, en la isla de Tinos a una monja de nombre Pelagia se le
apareció muchas veces la Madre de Dios. En estas apariciones María le pedía que
hablara con el obispo Gabriel y con las autoridades de la isla para que se
hicieran excavaciones en una iglesia cuyas ruinas se encontraban en una
localidad algo aislada.
Durante las excavaciones, salieron a la luz los restos de una
iglesia bizantina y se encontró también el icono de la Virgen de la
Anunciación. Los fieles acudieron en gran número a venerar la imagen, y se
produjeron curaciones milagrosas. Se inició entonces la construcción de un
grandioso santuario, que pudo inaugurarse en 1831. Se colocó allí el icono y a
partir de aquel momento no han dejado de multiplicarse los exvotos de los
fieles, que quieren expresar su agradecimiento.
Este santuario, que
surgió en la época de las luchas por la liberación nacional, es un lugar muy
querido para el alma de todos los griegos. Un decreto real lo declaró, en 1835,
"peregrinación de todos los ortodoxos". En 1972 la isla de Tinos fue
declarada isla sagrada, en honor de este icono milagroso. Cada año tienen lugar
en el santuario tres grandes celebraciones: el 30 de enero, aniversario del
hallazgo del icono: el 25 de marzo, fiesta de la Anunciación y fiesta nacional
de Grecia, y finalmente, el 15 de agosto, fiesta de la Dormición de la Madre de
Dios. Esos días millares de peregrinos acuden a Tinos.
Quiero expresar – finalizaba Juan Pablo II - el deseo de que
en este Año Mariano los católicos y los ortodoxos de la isla, que están unidos,
los unos a los otros, en la piedad a la Santísima Madre de Dios, eleven a Ella
sus súplicas con renovado fervor, para que pronto llegue el día en que todos
sus hijos se reúnan y puedan elevar al Señor Jesús la alabanza que Él quiere de
ellos: la profesión común de la fe.”
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