El 11 de octubre del año pasado el
Papa Benedicto XVI anunciaba “Hoy, con
gran alegría, a los 50 años de la apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II,
damos inicio al Año de la
fe.”, Año de la fe que había
sido convocado un año antes también un 11 de octubre mediante la CartaApostólica Porta Fidei del Papa Benedicto XVI y cuya clausura se anunciaba para el 24 de noviembre de
2013, solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo.
“El Año de la fe que hoy inauguramos – decía entonces el Papa
Benedicto XVI - está vinculado coherentemente con todo el camino de la Iglesia
en los últimos 50 años: desde el Concilio, mediante el magisterio del siervo de
Dios Pablo VI, que convocó un «Año de la fe» en 1967, hasta el Gran Jubileo del
2000, con el que el beato Juan Pablo II propuso de nuevo a toda la humanidad a
Jesucristo como único Salvador, ayer, hoy y siempre. Estos dos Pontífices,
Pablo VI y Juan Pablo II, convergieron profunda y plenamente en poner a Cristo
como centro del cosmos y de la historia, y en el anhelo apostólico de
anunciarlo al mundo. Jesús es el centro de la fe cristiana. El cristiano cree
en Dios por medio de Jesucristo, que ha revelado su rostro. Él es el
cumplimiento de las Escrituras y su intérprete definitivo. Jesucristo no es
solamente el objeto de la fe, sino, como dice la carta a los Hebreos,
«el que inició y completa nuestra fe» (12,2).”
El Concilio Vaticano II comenzó el 11 de octubre de 1962, dia que se celebraba la fiesta
de María Santísima, Madre de Dios. El Papa Benedicto le confiaba a “ella el Año de la fe….para que “La Virgen María brille siempre como estrella
en el camino de la nueva evangelización. Que ella nos ayude a poner en práctica
la exhortación del apóstol Pablo: «La palabra de Cristo habite entre vosotros
en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente…
Todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús,
dando gracias a Dios Padre por medio de él» (Col 3,16-17).”
Pocos meses de iniciado el Año de la
Fe hemos sido testigos de algo inesperado: la renuncia del Papa Benedicto XVI que
estremeció al mundo. Y sin embargo, la
Providencia, nos ha regalado otro Papa, un Papa argentino que ahora clausurará
este Año de la Fe. Que la Virgen Maria lo guarde y lo proteja al Papa Francisco
y que este Año de la Fe que fuera convocado por el Papa Benedicto XVI bajo la guía
de nuestro nuevo Pastor fortalezca y ayude a toda la Iglesia a “redescubrir el camino de la fe parailuminar de manera cada vez más clara la alegría y el entusiasmo renovado delencuentro con Cristo”.
Estaré de vacaciones pero invito a no dejar de
ver la clausura en el sitio mismo del Año de la Fe con enlace a Radio Televisión Vaticana.
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