“La
carta encíclica Fides et Ratio, publicada
en noviembre de 1998, es, sin duda alguna, un documento importante del
magisterio de Juan Pablo II, y hay que leerlo como continuación de Veritatis Slendor.
(1993) Esta última, tratando de los
fundamentos de la moral y de algunas corrientes incompatibles con la moral católica,
habla de un debilitamiento o incluso de una negación de la dependencia de la
libertad respecto de la verdad. La encíclica reconocía ya una crisis de la
verdad misma.
Fides et Ratio retoma la cuestión
desde su raíz. Lo hace con mayor amplitud, refiriéndose a las fuentes bíblicas,
al pensamiento de los Padres de la Iglesia, de los grandes teólogos del Medioevo,
incluso de los pensadores cristianos más recientes. Al mismo tiempo, la encíclica
se pregunta sobre algunas corrientes contemporáneas particularmente emblemáticas.
Fe
y razón son “como las dos alas con las que el espíritu humano se eleva hacia la
contemplación de la verdad”. La enseñanza
tradicional de la Iglesia, confirmada por el Concilio Vaticano I y por
numerosas intervenciones del magisterio
moderno, insiste sobre el principio de la unidad entre la fe y la razón.
Cuando esta última se ha separado de la fe, la consecuencia ha resultado desastrosa
para el pensamiento humano.
La
encíclica dialoga directamente con la filosofía, siendo el compromiso
filosófico la búsqueda de la verdad en el ámbito del orden natural.
Desde
el Concilio Vaticano I, la situación ha cambiado profundamente. Entonces la Iglesia
tenía que afrontar la pretensión de un racionalismo que se proclamaba
autosuficiente, con el rechazo consecuente de las verdades sobrenaturales de la
fe.
Hoy,
al contrario, es necesario recordar con fuerza el deseo de verdad perteneciente
a la misma naturaleza del hombre, que es capaz de acceder también al conocimiento
de las verdades últimas. La encíclica confirma la índole metafísica de la razón
humana.
La
encíclica analiza con atención diferentes formas de la crisis, que puede
definirse como desconfianza en la capacidad de la razón humana, o como duda
sobre la pertinencia de la cuestión del sentido mismo.
Propone
algunas vías de investigación positivas sea para la filosofía que para la teología.
Un viento de esperanza y de confianza anima estas páginas, en las que la fe se
convierte en “abogado convencido y convincente de la razón”.
Fides et Ratio no ha perdido
nada de su actualidad. Aún hoy tiene que ser objeto de nuestra reflexión.
(Cardenal Georges Cottier, OP, "Totus Tuus" nr. 3 2010)
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