(foto de Auschwitz.Org.)
El 6 de febrero pasado
el presidente de Polonia firmo la ley que prohíbe culpar a Polonia por los crímenes cometidos durante el
Holocausto, una ley polémica y muy
criticada.
Juan Pablo II en su libro Memoria e Identidad dice que tanto el mal como el bien son un misterio y reconoce que Polonia misma tardo en darse cuenta de lo macabro del plan y Occidente no aceptaba creer en la exterminación de los judíos. He tenido la oportunidad – decía - de experimentar personalmente las «ideologías del mal». Es algo que nunca se borra de la memoria…. Lo que se podía ver en aquellos años era ya terrible. Pero muchos aspectos del nazismo no se veían en aquel período. No todos se daban cuenta de la verdadera magnitud del mal que se cernía sobre Europa, ni siquiera muchos de entre nosotros que estaban en el centro mismo de aquel torbellino. Vivíamos sumidos en una gran erupción del mal, y sólo gradualmente comenzamos a darnos cuenta de sus dimensiones reales.” Nadie niega, sin embargo y el mismo Karol Wojtyla/Juan Pablo II, hablaba de ello con inmenso dolor, el antisemitismo velado que existía tanto en Wadowice como - mas tarde - en su querida Cracovia. Ya durante sus años en Wadowice Karol Wojtyla había sido testigo, y sufrido con tristeza, el menosprecio y discriminación que sufrían sus amigos judios, incluso por parte de sus compañeritos de la primaria en Wadowice. Pero fue durante sus años en Cracovia que fue testigo del Holocausto mayor. En palabras sencillas y profundas decia “El estallido de la guerra cambió de modo radical la marcha de mi vida.” (Don y Misterio.) El nazismo no solo persiguió al pueblo judío, su fuerte objetivo secundario era destruir por completo la cultura polaca y el 6 de noviembre de 1939 fueron convocados engañados y deportados los respetables hombres de ciencia de la Universidad Jaguellonica llevándolos al campo de concentración de Sachsenhausen.
Juan Pablo II en su libro Memoria e Identidad dice que tanto el mal como el bien son un misterio y reconoce que Polonia misma tardo en darse cuenta de lo macabro del plan y Occidente no aceptaba creer en la exterminación de los judíos. He tenido la oportunidad – decía - de experimentar personalmente las «ideologías del mal». Es algo que nunca se borra de la memoria…. Lo que se podía ver en aquellos años era ya terrible. Pero muchos aspectos del nazismo no se veían en aquel período. No todos se daban cuenta de la verdadera magnitud del mal que se cernía sobre Europa, ni siquiera muchos de entre nosotros que estaban en el centro mismo de aquel torbellino. Vivíamos sumidos en una gran erupción del mal, y sólo gradualmente comenzamos a darnos cuenta de sus dimensiones reales.” Nadie niega, sin embargo y el mismo Karol Wojtyla/Juan Pablo II, hablaba de ello con inmenso dolor, el antisemitismo velado que existía tanto en Wadowice como - mas tarde - en su querida Cracovia. Ya durante sus años en Wadowice Karol Wojtyla había sido testigo, y sufrido con tristeza, el menosprecio y discriminación que sufrían sus amigos judios, incluso por parte de sus compañeritos de la primaria en Wadowice. Pero fue durante sus años en Cracovia que fue testigo del Holocausto mayor. En palabras sencillas y profundas decia “El estallido de la guerra cambió de modo radical la marcha de mi vida.” (Don y Misterio.) El nazismo no solo persiguió al pueblo judío, su fuerte objetivo secundario era destruir por completo la cultura polaca y el 6 de noviembre de 1939 fueron convocados engañados y deportados los respetables hombres de ciencia de la Universidad Jaguellonica llevándolos al campo de concentración de Sachsenhausen.
Debido a las protestas de
Israel, Polonia ha accedido, por ahora, a
debatir acerca de esta ley; afirman, sin embargo, que su implementación no ha
sido congelada.
Marta Suarez ha escrito en
detalle acerca de la finalidad de esta ley en su blog. Invito leer sus
comentarios. Son muchas las conjeturas que aquí nos
hacemos. Se trata de una nueva ola de antisemitismo? Exceso de “polonismo”? Temor
al pueblo judío? Porque? si según datos que contamos, en Polonia actualmente viven tan solo unos
10.000 judios. (Sin embargo la comunidad judía internacional ya ha levantado su
voz) Temor a su propia gente y su
conciencia? Señal de fortaleza o signo
de debilidad?
Si hurgamos un poco en
la historia los judíos llegaron a la actual Polonia durante el siglo X/XI pero no les fue dado celebrar en paz el milenio en la tierra adonde habían sido acogidos,
donde habían prosperado y gozado de cierto prestigio, mayormente por sus habilidades comerciales,
que no todos valoraban por temor a la competencia. Aparentemente los comerciantes judíos
habían visitado los territorios habitados por polacos antes de la fundación de
su Estado a finales del siglo X, atravesando las rutas de comercio que
les conducían desde Europa Occidental, a través de la actual Ucrania, para
llegar hasta Bizancio y los países musulmanes. Sus primeros asentamientos
permanentes datan del siglo XI: en esa fecha se establecen las primeras
comunidades judías en Cracovia y otras ciudades. De hecho desde la fundación del reino de
Polonia en 1025 y hasta la unión polaco lituana Polonia fue uno de los países más
tolerantes de Europa convirtiéndose en el hogar de los judíos más grande y
vibrante del mundo, de alguna manera “un paraíso judío”. Polonia ofreció a los
judíos refugio ante las persecuciones que estaban sufriendo en Europa
Occidental en la época de las cruzadas medievales de los siglos XI –XIII y ante
la epidemia de la peste bubónica de mediados del siglo XIV, llamada la Muerte
Negra. Los reyes y los príncipes polacos protegieron a los colonos judíos, a
quienes garantizaron libertad de culto y el derecho a desarrollar
actividades económicas. Sin embargo la tolerancia empezó a mermar después de la
partición de Polonia en 1795. El asesinato del Zar produciría una escalada de oleadas antijudías
(pogromos) entre 1881 y 1884 y más sangrientos otras entre 1903
y 1906. Se calcula que hasta finales de
la década de los años 1920 más de dos millones de judíos abandonaron la zona
entonces compartida por países bajo el dominio de Rusia. Según un censo nacional de 1931 habia en Polonia mas de 3 millones de
personas que declaraban el judaísmo como su religión. (un 10% de la población) Cuando Polonia recobro su
independencia poco antes de la II guerra mundial habitaban en Polonia algo más
de 3 millones de judíos (10% de la población) Aproximadamente el 90% de los
judíos polacos fueron asesinados por los nazis durante el Holocausto, unos
200.000 lograron emigrar a Israel. Ahora que Polonia cumplirá los 100 años de su
independencia (en noviembre) la
comunidad judía actualmente allí ronda en tan solo unos 10.000 personas
concentradas mayormente en Varsovia.
No
es dificil imaginar la carga de emoción y significado que embargarían al Papa
polaco cuando el 7 de junio de 1979 en su primervisita como Sumo Pontífice a su querida patria, visitaba conmovido el campo de
exterminio de Auschwitz, Birkenau esa «cuenta con la conciencia de la humanidad», ese “lugar del terrible
estrago, que supuso la muerte para cuatro millones de hombres de diversas
naciones” la «Gólgota del mundo contemporáneo».
Considero que la tragedia ocurrida en tierra polaca y no solo la causada al pueblo judío sino también a otras nacionalidades y al pueblo polaco mismo, es demasiado tremenda y pesada su carga, para ser siquiera tocada por una simple ley que pretende evitar que se hable de culpas.
Puede un escrito querer olvidar o borrar tanta tragedia, aquel testimonio en las más diversas lenguas: polaco, inglés, búlgaro,
cíngaro, checo, danés, francés, griego, hebreo, yidis, español, flamenco,
serbo-croata, alemán, noruego, ruso, rumano, húngaro, italiano…. “En particular, me detengo junto con vosotros, queridos
participantes de este encuentro, ante la lápida con la inscripción en lengua
hebrea. Esta inscripción suscita el recuerdo del pueblo, cuyos hijos e hijas
estaban destinados al exterminio total. Este pueblo tiene su origen en Abrahán,
que es padre de nuestra fe (cf. Rom 4, 12), como dijo Pablo de Tarso.
Precisamente este pueblo, que ha recibido de Dios el mandamiento de "no
matar", ha probado en sí mismo, en medida particular, lo que significa
matar. A nadie le es lícito pasar delante de esta lápida con indiferencia…. Finalmente,
la última lapida: la que está en lengua polaca. Son seis millones de polacos
los que perdieron la vida durante la segunda guerra mundial: la quinta parte de
la nación. Una etapa más de las luchas seculares de esta nación, de mi nación,
por sus derechos fundamentales entre los pueblos de Europa. Un nuevo alto grito
por el derecho a un puesto propio en el mapa de Europa. Una dolorosa cuenta con
la conciencia de la humanidad.” (JuanPablo II 7 de junio de 1979)
Esta
proyectada ley de la nación polaca pretende a la larga hacer enmudecer aquellas
lápidas por temor a ser culpados? Seria un quiebre en la historia, en esa parte cruel
de la historia ensamblada de tragedias demasiado pesadas para que cargue con
ellas una sola nación. Tragedias que indudablemente, y para siempre, formarán parte de la historia.
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