Los
inicios del tercer decenio
El
3 de marzo de 2001, Juan Pablo II nombra secretario del Pontificio Consejo para
la Promoción de la Unidad de los Cristianos a Marc Ouellet, profesor estable de
teología dogmática del Instituto, asignándole la sede episcopal de Agropoli.
Posteriormente, el 15 de noviembre de 2002 es nombrado Arzobispo de Québec,
primado de Canadá. Por último, el 28 de septiembre de 2003, es elegido cardenal.
De este modo, culminaba el trabajo científico del profesor Ouellet en el
Instituto, desde que llegó al mismo en 1996.
El
10 de mayo del 2001 pronunció su lección de despedida en el Instituto el
profesor G. Zuanazzi. Nacido en 1930, profesor de psiquiatría en la universidad
de Milán, es autor de numerosas obras en el campo de la psicología y de la
psiquiatría.
El
31 de mayo del 2001, el Papa recibe nuevamente en la Sala Clementina a los
profesores y estudiantes del Instituto con motivo del vigésimo aniversario del
mismo. Tras las palabras de saludo del Presidente Mons. Scola, tomó la palabra
el profesor Grygiel que leyó al Papa una poesía escrita por Karol Wojtyla y
dedicada a S. Estanislao, evangelizador de Polonia. En ella se expresaba de
modo maravilloso cómo la sangre de su martirio había sido más fecunda para la
difusión de la fe que toda su predicación en tierras polacas. Con un claro
paralelismo, el profesor Grygiel quería transmitir al Papa que también su
sangre había sido muy fecunda para la extensión y difusión del Instituto. Stanislaw Grygiel es
el único de los profesores que ha conocido la vida del Instituto desde su
inicio y es, por ello, un testigo privilegiado del mismo, pues además ha sido
amigo personal de K. Wojtyla y un discípulo singularmente cualificado en el
desarrollo de la relación entre filosofía y poesía. Está casado y es padre de
dos hijos. Su pensamiento, siempre original, brota de su permanente contacto
con las fuentes clásicas, con una inclinación preferencial por la filosofía de
inspiración platónica. Su reflexión filosófica en el Instituto ha girado en
torno a la categoría clave de “communio personarum”. Actualmente, el profesor
Grygiel es el director de la “Cátedra Wojtyla” inaugurada en el Instituto el 14
de octubre de 2003 para profundizar en el pensamiento filosófico, teológico y
poético de K. Wojtyla.
Retornando
a la audiencia del 31 de mayo de 2001, Juan Pablo II retomó en su alocución,
algunos textos claves de intervenciones precedentes como la necesidad de no
olvidar el “principio” de la creación del hombre como varón y mujer para no
oscurecer la singular dignidad de la persona humana. Este oscurecimiento
propicia una “cultura de la muerte”. Para superarla, es preciso promover una
cultura de la familia que contribuya a desarrollar la “cultura de la vida”. Ya
en su importante discurso a la Unesco el año 1980, Juan Pablo II afirmaba que
“cultura es aquello por lo que el hombre llega a ser más hombre, «es» más,
accede más al ser”. Como ya hemos señalado, en FC 86 apuntaba también en esta
misma dirección: “el futuro de la humanidad pasa a través de la familia”. Esta
alusión a la necesidad de promover una cultura de la familia ha sido recibida
en el Instituto a través de la organización de seminarios y de algunas
publicaciones.
En
el mes de Julio del 2001 se instituye la sede australiana del Instituto en laciudad de Melbourne. Como Vicepresidente al frente de la misma se nombra al Profesor
P. Anthony Fisher, OP que pocos años después será nombrado Obispo Auxiliar de
Sydney. Actualmente, el Director de tal centro es S.E. Mons. Peter J. Elliott,
recientemente nombrado Obispo Auxiliar de Melbourne.
En
el año 2001 se erigen tres nuevas secciones del Instituto que durante los años
precedentes funcionaban como centros asociados. La Sección Brasileña está en
Salvador de Bahía e imparte el programa del Máster en Ciencias del matrimonio y
la familia. La Sección India del Instituto se encuentra en Thuruty, en la
Archidiócesis de Changanacherry (Kerala, India). La Sección para África
francófona tiene su sede en Cotonou, en la República de Benín. En estas dos
últimas secciones se imparten actualmente los programas de Licencia en Sagrada
Teología del matrimonio y de la familia y del Máster en Ciencias del matrimonio
y la familia.
El
5 de enero de 2002, S.E. Mons. Angelo Scola es nombrado patriarca de Venecia y
posteriormente, el 28 de septiembre de 2003, junto a M. Ouellet, es creado
Cardenal. Junto a su incansable capacidad propositiva y organizativa, la
permanente atención al diálogo con la cultura contemporánea, la gran
contribución científica del Cardenal Scola para el Instituto ha sido la
elaboración de una propuesta antropológica sistemática, centrada en el misterio
nupcial. Bajo esta categoría se entrelazan la diferencia sexual, el don de sí y
la fecundidad del amor, como una tríada de elementos inseparables de este
misterio nupcial, que tiene una referencia cristocéntrica fundamental.
Inspirándose en la obra teológica de Von Balthasar, y teniendo presentes sus
tres binomios: espíritu-cuerpo, hombre-mujer e individuo-colectividad, como
determinantes de la estructura fundamental del hombre como identidad y
diferencia, la reflexión de Scola se enriquece con nuevas intuiciones a la luz
del magisterio de Juan Pablo II, sobre todo en lo que respecta al valor
antropológico de la experiencia elemental. El modo como el hombre interpreta
sus experiencias básicas, originarias resulta decisivo para elaborar una
antropología adecuada. En su última lección de despedida en el Instituto, el 10
de diciembre de 2002, se nos ofrece de manera sintética su intelección del
misterio nupcial.
Para
conocer la rica contribución científica del cardenal Scola puede consultarse la
valiosa y completísima bibliografía de sus publicaciones, actualizada hasta el
15 de septiembre de 2001, que ha sido posteriormente ampliado hasta el año 2003
en el libro de homenaje sobre el misterio nupcial, ofrecido al cardenal Scola
por distintos profesores del Instituto.
Como
sucesor suyo, Juan Pablo II nombra Rector de la Pontificia Universidad
Lateranense y Presidente del Instituto a S.E. Mons. Rino Fisichella. Nacido en
1951, realizó sus estudios en la Universidad Gregoriana de Roma,
especializándose en Teología Fundamental, siguiendo la teología de Hans Urs von
Balthasar. Desde su campo específico, Mons. Fisichella continuará con la línea
de sus predecesores, insistiendo en la importancia de un verdadero diálogo con
el mundo contemporáneo a través de una profundización de la dimensión natural
del matrimonio y la familia. Con su iniciativa se inició un trabajo interno de
los profesores de la Sección Central enriquecido posteriormente por los
profesores de todas las otras secciones del Instituto, para sintetizar las
perspectivas de investigación y de enseñanza que ofrece el Instituto. Este trabajo
ha permitido una conciencia mucho mayor de la unidad de la enseñanza del
Instituto y permite ofrecer una visión clara y abierta de la conexión de las
ciencias que se ocupan del matrimonio y la familia. Por otra parte, la Sección
Central se enriquece con una nueva biblioteca en sus locales. En estos años
tienen inicio nuevos contactos con conferencias episcopales para la apertura de
nuevas secciones entre las cuales están Zambia y Líbano.
El
2 de abril de 2005, tras una larga y penosa enfermedad, en las Vísperas de la
Fiesta de la Misericordia en la Octava de Pascua moría el fundador del
Instituto, Su Santidad Juan Pablo II. El impresionante testimonio de entrega
hasta el final, asumiendo plenamente consciente el sufrimiento y la realidad de
su muerte, fueron para el mundo entero un hecho extraordinario, una lección de
fidelidad y entrega. Durante aquellos días se manifestó, quizás más que nunca,
la impresionante paternidad de Juan Pablo II para la Iglesia y para el mundo.
Mientras miles de personas rezaban aquella noche el Rosario en la Plaza de S.
Pedro, bajo el mosaico de la Mater Ecclesiae que él mandó colocar en lugar
destacado del palacio vaticano, y que hacía patente a todos los presentes que
se estaba consumando el Totus tuus como lema de su Pontificado, un grupo de
profesores y estudiantes tuvimos la enorme gracia de poder vivir juntos la
muerte de Juan Pablo II, a pocos metros del lugar donde había nacido el
Instituto el 13 de mayo de 1981.
Como
afirmó L. Melina en la homilía al Instituto a los pocos días de la muerte del
Papa: “...con Juan Pablo II Dios nos ha sorprendido, realizando aquello que
sólo Dios puede hacer. Como para el pueblo de Israel en camino por el desierto,
ha transformado la peña en fuentes de agua. Sin dejar de ser roca, garantía de
estabilidad en la fe, columna cierta del vínculo con la Tradición, al mismo
tiempo Pedro, en la persona del primer Papa polaco, se ha convertido en fuente
de novedad espiritual, fuente del carisma que alimenta y renueva la vida de la
Iglesia. Nuestro Instituto para estudios sobre matrimonio y familia, que lleva
su nombre, porque por Él fue fundado y querido, nace de esta extraordinaria
combinación de dos factores aparentemente opuestos: no solamente de la
fidelidad cordial al Magisterio y de la convencida adhesión a la Tradición,
sino de la experiencia que la enseñanza de este Papa, de Juan Pablo II, es
verdaderamente una fuente viva de inspiración: es una visión nueva, rica de
perspectivas, capaz de encontrar el corazón del hombre y de fascinarlo, porque
radicada en lo antiguo, es decir en la verdad originaria del «principio» y no
en las modas efímeras de superficiales puestas al día. La roca es al mismo
tiempo fuente: es tradición y es futuro, es memoria y es profecía”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario