La
encíclica Veritatis Splendor fue dada a conocer por
el Santo Padre Juan Pablo II el 6 de agosto –fiesta de la transfiguración del
Señor- del año 1993.
Dirigida eminentemente a los Obispos de la Iglesia contiene valiosa información para todo su pueblo, a todos aquellos que nos preguntamos (o debiéramos preguntarnos) “¿Qué debo hacer? Como puedo discernir el bien del mal?” “La respuesta – dice Juan Pablo II en la encíclica- es posible sólo gracias al esplendor de la verdad que brilla en lo más íntimo del espíritu humano, como dice el salmista: “Muchos dicen: ¿Quien nos hará ver la dicha?” “Alza sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor!” (Sal, 4,7) La luz del rostro de Dios resplandece con toda su belleza en el rostro de Jesucristo, “imagen de Dios invisible” (Col I, 15), “resplandor de su gloria” (Heb I, 3) “lleno de gracia y de verdad” (Jn 1,14) :
Dirigida eminentemente a los Obispos de la Iglesia contiene valiosa información para todo su pueblo, a todos aquellos que nos preguntamos (o debiéramos preguntarnos) “¿Qué debo hacer? Como puedo discernir el bien del mal?” “La respuesta – dice Juan Pablo II en la encíclica- es posible sólo gracias al esplendor de la verdad que brilla en lo más íntimo del espíritu humano, como dice el salmista: “Muchos dicen: ¿Quien nos hará ver la dicha?” “Alza sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor!” (Sal, 4,7) La luz del rostro de Dios resplandece con toda su belleza en el rostro de Jesucristo, “imagen de Dios invisible” (Col I, 15), “resplandor de su gloria” (Heb I, 3) “lleno de gracia y de verdad” (Jn 1,14) :
Él
es “el camino, la verdad y la vida” (Jn 14,6)…..Jesucristo, “luz de los
pueblos”, ilumina el rostro de su Iglesia, la cual es enviada por Él para
anunciar el Evangelio a toda criatura (cf Mc 16,15)”
En
el Congreso Internacional sobre la Enciclica Veritatis Splendor, en noviembre
2005, organizado por la Cátedra Juan Pablo II de la UCA y texto publicado por la Pontificia
Universidad Católica Argentina Cátedra Juan Pablo II, con el titulo LA VERDAD
LOS HARA LIBRES , en noviembre 2005)
explicó
el cardenal Javier Lozano Barragán
que la Encíclica se compone de tres partes (que son los tres capítulos)
que la Encíclica se compone de tres partes (que son los tres capítulos)
-
en la primera CAPITULO I - "MAESTRO, ¿QUÉ HE DE HACER DE BUENO
.....?" (Mt 19,16) “se asienta la base plena de la
moralidad";
- en la segunda CAPITULO II - "NO OS CONFORMEIS A LA MENTALIDAD DE ESTE MUNDO" (Rom 12,2) “se tratan problemas fundamentales acerca de la libertad, la ley, la verdad, la conciencia, la opción fundamental y el acto moral”
- en la tercera CAPITULO III - "PARA NO DESVIRTUAR LA CRUZ DE CRISTO" (1 Cor 1,17) “ sus consecuencias para la vida de la Iglesia y del mundo, el martirio, la universalidad de la norma, la vida social y política, la gracia, la nueva Evangelización y el servicio de los teólogos y los pastores”
- en la segunda CAPITULO II - "NO OS CONFORMEIS A LA MENTALIDAD DE ESTE MUNDO" (Rom 12,2) “se tratan problemas fundamentales acerca de la libertad, la ley, la verdad, la conciencia, la opción fundamental y el acto moral”
- en la tercera CAPITULO III - "PARA NO DESVIRTUAR LA CRUZ DE CRISTO" (1 Cor 1,17) “ sus consecuencias para la vida de la Iglesia y del mundo, el martirio, la universalidad de la norma, la vida social y política, la gracia, la nueva Evangelización y el servicio de los teólogos y los pastores”
A
su vez - exponía el cardenal Lozano Barragán - La encíclica tiene cinco líneas
maestras: l. el criterio ético no puede ser ni el consecuencialismo ni el
proporcionalismo moral; 2. “Ens, Verum et Bonum conventuntur” por lo tanto el
Bien es objetivo; 3. las reglas éticas no son meras prohibiciones, sino caminos
hacia el ens (ente); 4. la bondad o maldad de una acción no depende del
consenso; 5. el fundamento de la acción ética es el valor-dignidad de la
persona” y agrega que “en la encíclica se abunda en el concepto de la ley
natural, que significa que el seguimiento de Cristo se hace desde la intimidad
de la conciencia de cada uno; la conciencia es iluminada por la Sabiduría
divina, esta iluminación es la ley natural. Esta iluminación desemboca en
último término en el seguimiento de Cristo”
La
Encíclica Veritatis Splendor es un valioso documento en
defensa de la verdad, la libertad y la vida que emitió Juan Pablo II como parte
de su “extenso programa en implementar el Concilio Vaticano II” (Weigel) donde
ratifica su riqueza hasta en términos que fueron duramente criticados por
sectores dentro de la Iglesia y sin embargo aceptados con apertura por otras
religiones p.ej. “Los que sin culpa suya no conocen el Evangelio de Cristo y su
Iglesia, pero buscan a Dios con sincero corazón e intentan en su vida, con la
ayuda de la gracia, hacer la voluntad de Dios, conocida a través de lo que les
dice su conciencia, pueden conseguir la salvación eterna”. Y prosigue: “Dios,
en su providencia, tampoco niega la ayuda necesaria a los que, sin culpa,
todavía no han llegado a conocer claramente a Dios, pero se esfuerzan con su
gracia en vivir con honradez…” términos complejos que, que sin embargo, debemos
comprender en todo su sentido, como explicaba el Cardenal Georges Cottier en el
Congreso de la UCA (A) “las personas tienen derecho a ser respetadas en su
propio camino de búsqueda de la verdad, pero antes existe la obligación moral
de buscar la verdad, y una vez, conocida adherir a ella”
Dice
George Weigel en Testigo de Esperanza que la Encíclica ya
había sido anunciada por Juan Pablo II en 1987 en su carta apostólica Spiritus Domini publicada en el 200
aniversario de San Alfonso Maria de Ligorio, concluyendo que estuvo en
preparación durante seis largos años.
Juan
Pablo II creyó conveniente – lo menciona en la Encíclica – que le precediera en
su publicación el Catecismo de la Iglesia Católica, que presenta la vida
moral de los creyentes en sus fundamentos y en sus múltiples contenidos como
vida de “los hijos de Dios”…..por lo tanto la Encíclica se limitaría a
“afrontar algunas cuestiones fundamentales de la enseñanza moral de la Iglesia,
bajo la forma de un necesario discernimiento sobre problemas controvertidos
entre los estudiosos de la ética y de la teología moral. Este es el objeto
especifico de la presente encíclica” expresa Juan Pablo II en la Introducción.
En
la preparación de la Encíclica participaron y colaboraron varias comisiones
papales y fueron consultados obispos y teólogos de todo el mundo. Opina Weigel
que Veritatis Splendor fue un marco para el futuro
desarrollo de la teología moral católica que continuara dándole forma a la vida
católica bien avanzado el siglo XXI y probablemente más allá aún.
En
este momento político de la Argentina quizás debiéramos releer todos no solo la
Encíclica sino también la presentación del Prof. Jaroslav Merecki en el ya
mencionado Congreso “La verdad como
problema político” donde expresa “Mi tesis es que no podemos, ni comprender ni
practicar la política en un mundo auténticamente humano, sin hacer referencia a
la verdad…en el contexto de la cultura moderna, hablar de la verdad en la
política es provocativo, o incluso peligroso. Provocativo porque la visión
moderna de la política se desarrolla justamente a partir del abandono de este
concepto en la comprensión de la vida publica” O cuando cita Centesimus Annus “una
democracia sin valores se convierte fácilmente en un totalitarismo visible o
encubierto como lo demuestra la historia…”
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