El Seminario “la pupila de sus ojos”
“1. Doy gracias a Dios, Señor de la Historia y de nuestros destinos que me ha permitido venir hasta esta tierra, calificada por Cristóbal Colon como «la más hermosa que ojos humanos han visto». Estas fueron las primeras palabras que pronuncio el Santo Padre Juan Pablo II al llegar a Cuba el 21 de enero de 1998. En ese entonces lo acompañe como su secretario. Hasta hoy llevo en el corazón el recuerdo de esta extraordinaria visita de 5 días del sucesor de San Pedro en este noble país. Ahora, he venido a Cuba por invitación del Pastor de esta Arquidiócesis el Cardenal Arzobispo de La Habana. Vengo de Polonia, de Cracovia la patria y la ciudad de Juan Pablo II como Pastor de la Iglesia cracoviana. Les traigo los saludos de nuestros sacerdotes y seminaristas, al igual que de todos los fieles de Polonia entera. La historia de mi Patria, Polonia, ubicada en el centro de Europa, siempre fue muy difícil. A lo largo de los siglos hemos experimentado muchas guerras, invasiones, sufrimientos. Sabemos lo que significa perder la soberanía. Hoy damos gracias a la providencia divina porque podemos vivir en un país libre donde la Iglesia puede cumplir su misión”
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“1. Doy gracias a Dios, Señor de la Historia y de nuestros destinos que me ha permitido venir hasta esta tierra, calificada por Cristóbal Colon como «la más hermosa que ojos humanos han visto». Estas fueron las primeras palabras que pronuncio el Santo Padre Juan Pablo II al llegar a Cuba el 21 de enero de 1998. En ese entonces lo acompañe como su secretario. Hasta hoy llevo en el corazón el recuerdo de esta extraordinaria visita de 5 días del sucesor de San Pedro en este noble país. Ahora, he venido a Cuba por invitación del Pastor de esta Arquidiócesis el Cardenal Arzobispo de La Habana. Vengo de Polonia, de Cracovia la patria y la ciudad de Juan Pablo II como Pastor de la Iglesia cracoviana. Les traigo los saludos de nuestros sacerdotes y seminaristas, al igual que de todos los fieles de Polonia entera. La historia de mi Patria, Polonia, ubicada en el centro de Europa, siempre fue muy difícil. A lo largo de los siglos hemos experimentado muchas guerras, invasiones, sufrimientos. Sabemos lo que significa perder la soberanía. Hoy damos gracias a la providencia divina porque podemos vivir en un país libre donde la Iglesia puede cumplir su misión”
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“2. Karol Wojtyla no tuvo un camino fácil de sacerdocio. Inició sus estudios en la Universidad: después de un año se vio obligado a interrumpirlos porque estalló la II Guerra Mundial y el joven Karol se volvió por unos años un simple obrero de la cantera. Fue un trabajo duro. Luego, entró en un semanario diocesano clandestino. Recibió la ordenación sacerdotal el 1ro de noviembre de 1946. Como Arzobispo de la Iglesia de Cracovia el Cardenal Karol Wojtyla cuidaba mucho la formación de sus seminaristas. Consideraba el seminario como “la pupila de sus ojos” como la más preciosa institución y ambiente de la Iglesia… El seminario prepara el futuro de la Iglesia. Prepara a los hombres, quienes en nombre de Jesucristo van a anunciar al mundo la Buena Nueva. Prepara a los hombres a quienes Cristo dirigió la invitación “Síganme, que yo los haré pescadores de hombres (Mc 1,17)
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