Celebramos hoy la Fiesta de Cristo Rey, último Domingo del Año Litúrgico.
“A la pregunta formal que le hizo Pilato: "¿Eres Tú el rey de los judíos?" (Jn 18, 33), Jesús responde explícitamente que su reino no es de este mundo y, ante la insistencia del procurador romano, afirma: "Tú dices que soy rey", añadiendo inmediatamente después: "Para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad" (Jn 18, 37). De este modo declara cuál es la dimensión exacta de su realeza y la esfera en que se ejercita: es la dimensión espiritual que comprende, en primer lugar, la verdad que hay que anunciar y servir. Su reino, aun cuando comienza aquí abajo en la tierra, nada tiene, sin embargo, de terreno y trasciende toda limitación humana, puesto que tiende hacia la consumación más allá del tiempo, en la infinitud de la eternidad.
A este Reino nos ha llamado Cristo Señor, otorgándonos una vocación que es participación en esos poderes suyos…. Todos nosotros estamos al servicio del Reino y, al mismo tiempo, en virtud de la consagración bautismal, hemos sido investidos de una dignidad y de un oficio real, sacerdotal y profético, a fin de poder colaborar eficazmente en su crecimiento y en su difusión.”
(de la Homilía del Beato Juan Pablo II en la Misa para los laicos de la Diócesis de Roma - Solemnidad de Cristo Rey Domingo 23 de noviembre de 1980)
(de la Homilía del Beato Juan Pablo II en la Misa para los laicos de la Diócesis de Roma - Solemnidad de Cristo Rey Domingo 23 de noviembre de 1980)
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