"Alma Redemptoris Mater...
Con estas palabras comienza la antífona mariana, que la Iglesia reza especialmente en la liturgia del Adviento, como también en la liturgia del tiempo de Navidad. El pueblo cristiano pide ayuda a la Madre del Redentor.....
Quiero ya hoy, en vísperas de las fiestas navideñas, dirigir los pensamientos y los corazones de todos hacia los que, en estas fiestas, se encontrarán bajo el sufrimiento: en los hospitales, en las cárceles, en los campos de concentración, en el exilio, lejos de sus seres queridos... ¡Cuántos modos diversos de sufrimiento prueban el alma y el cuerpo del hombre, de nuestro hermano y de nuestra hermana! Es difícil recordarlos todos.
Desde el corazón de la Iglesia fluyen las palabras de esperanza del Adviento: ¡El Señor está cerca!
Deseo compartir hoy esta esperanza con los que tienen más necesidad de ella. Que, tras las palabras, venga la Luz e ilumine la oscuridad de la existencia humana, incluso de la más difícil. Que venga la Gracia y revele la dignidad humana, que se deriva del misterio del nacimiento de Dios. Que cada uno de los hombres se levante de cualquier depresión en que se encuentre.
Alma Redemptoris Mater! Succurre!”
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