En el verano de
1938 se instalan con su padre en Cracovia, “su” ciudad, - en una segunda y vital etapa de su vida - para
que el joven Karol estudie filología polaca en la Universidad Jaguellonica.
Karol se siente atraído por el estudio de la lengua misma, que lo llevaria a “ horizontes completamente nuevos, por no decir en el misterio mismo de
la palabra” esa palabra que “antes de ser pronunciada en el escenario, vive en
la historia del hombre como dimensión fundamental de su experiencia espiritual.
En última instancia, remite al insondable misterio de Dios mismo” (Don y Misterio). “A propósito de los
estudios, deseo subrayar – agregaba - que mi elección de la filología polaca
estaba motivada por una clara predisposición hacia la literatura. Sin embargo,
ya durante el primer año, atrajo mi atención el estudio de la lengua misma.
Estudiábamos la gramática descriptiva del polaco moderno y al mismo tiempo la
evolución histórica de la lengua, con un particular interés por el viejo tronco
eslavo.”
Si se puede hablar de una
primera vocación, la de Karol Wojtyla fue
la palabra hablada, la palabra viva acompañada de la palabra escrita desde la
temprana época de Wadowice en primeros textos que nunca fueron publicados, (Krzysztof Dybciak) pero que recuerdan sus compañeros. Prosiguió
escribiendo durante sus estudios en Cracovia;
en 1939 completo un volumen de poesía titulado El Libro Eslavo, sus primeros trabajos literarios conocidos poseen
fuerte tenor patriótico. “De su correspondencia con Kotlarczyk extraemos su admiración por los poetas románticos
polacos, la filosofía de Cyprian Kamil Norwid, la poesía de Jan Kasprowicz, y
el teatro de Stanislaw Wyspianski. Su
primer trabajo literario publicado fue Canción
sobre al Dios oculto que apareció en 1946. Los escritos de Wojtyla muestran la búsqueda
insistente de sintetizar los multiples tipos de comunicación interhumana. A partir de 1956 los problemas presentados en su poesía se
amplían. Es la época de su La cantera, La Iglesia”.
“Muchos de sus
sermones – agrega Dybciak en su epílogo a la edición bilingüe de poesías
publicada por Wydawnictvo Literackie - “han encontrado un lugar importante
dentro de la literatura polaca y quizás dentro de la historia polaca.” Recordemos sus homilías de Nowa Huta, las
homilías de Navidad, de Corpus Christi, sus homilías en defensa de los derechos
de los ciudadanos, por la libertad, la
dignidad del hombre (tema que luego sería el corazón de su primera encíclica
Redemptor Hominis. El estudio y el
análisis de su palabra escrita promete ser
demandante y largo y si agregamos
sus clases en la Universidad Católica de Lublin que exigen cierta
preparación. (Invito leer Lafilosofía personalista de Karol Wojtyla de Juan Manuel Burgos) nos encontramos ante una lectura nada fácil,
como nos anticipa Burgos.
“El redescubrir la palabra a través
de los estudios literarios y lingüísticos, me acercaba al misterio de la
Palabra, de esa Palabra a la cual nos referimos cada día en la oración del
Ángelus: ''La Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros'' (Jn
1, 14). Comprendí más tarde que los estudios de filología polaca preparaban en
mí el terreno para otro tipo de intereses y de estudios. Predisponían mi ánimo
para acercarme a la filosofía y a la teología. “(Don y Misterio)
Cito aquí solo dos
textos de su obra literaria, dos momentos de una misma llamada (con toda una
vida de por medio):
El primero un
“comienzo” El Magnificat escrito en primavera-verano de 1939. Un
esbozo de su devoción mariana, un canto de gloria, de gracias, de bendiciones
de un “servidor orante” “joven roca
sobre el Tatra inclinada” ansioso que su patria se transforme en una “abierta
sementera” (la futura chispa de la Divina Misericordia?)
El segundo: un
“legado” El Tríptico romano, escrito ya desde la sede de Pedro. “Un sorprendente
poemario que a Karol Wojtyla se le ha escapado del alma – ¡a sus 82 años y bajo
la blanca túnica de Sumo Pontífice!”
El primero la expresión de una vocación incipiente? que algunos llaman
tardía ? No lo sabremos pues el mismo Juan Pablo II al hablar de ella nos dice:
“En los comienzos….¡El misterio! ¿Cuál es la historia de mi
vocación sacerdotal? La conoce sobre todo Dios.”
Al elegir el lugar para celebrar sus
primeras Misas no lo duda: la cripta de San Leonardo en la catedral de Wawel
porque “Quería destacar mi particular vínculo espiritual con la historia de
Polonia, de la cual la colina del Wawel representa casi una síntesis
emblemática.” Pero no sólo eso. Había,
en esa elección, una especial dimensión teológica. Como he dicho, fui ordenado
el día anterior, en la Solemnidad de Todos los Santos, cuando la Iglesia
expresa litúrgicamente la verdad de la Comunión de los Santos -Communio
Sanctorum-. Los Santos son aquellos que, habiendo acogido en la fe el
misterio pascual de Cristo, esperan ahora la resurrección final. También las personas, cuyos restos reposan en
los sarcófagos de la catedral del Wawel, esperan allí la resurrección. Toda la
catedral parece repetir las palabras del Símbolo de los Apóstoles: "Creo
en la resurrección de los muertos y en la vida eterna''. Esta verdad de fe ilumina
la historia de las Naciones. Aquellas personas son como "los grandes
espíritus" que guían la Nación a través de los siglos. No se encuentran
allí solamente soberanos junto con sus esposas, u obispos y cardenales; también
hay poetas, grandes maestros de la palabra, que han tenido una importancia
enorme para mi formación cristiana y patriótica.”
En Piekary decía: “La
fe es la Palabra de Dios Viviente hablada al hombre. Eso es todo? No, es solo
la fuente. La fe es la respuesta del hombre viviente dada al Dios
viviente; con la mente, con el corazón, con la vida entera. El hombre
viviente responde al Dios viviente en la fe….La Fe comienza en la Palabra de
Dios y se expresa en la palabra del hombre.” (Karol Wojtyla en Piekary)
Hay diversas
maneras para analizar exhaustiva y
profundamente la rica herencia escrita y de vida de Karol Wojtyla/Juan Pablo
II, pero en ningún caso deberán omitirse los comienzos mismos en su natal
Wadowice. El mismo lo decía durante su visita de 1999 “aquí,
en esta ciudad de Wadowice, comenzó todo para mí: la vida, la escuela, los
estudios, el teatro... y el sacerdocio.
Invito consultar en
el sitio de la Santa Sede:
A partir de allí
los caminos y recursos que se abren son múltiples, variados, extensos…..
1 comentario:
Un bello blog espiritual, felicidades :-)
Te invito al mío, por si te es de ayuda en tu crecimiento personal
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Feliz tiempo de Cuaresma y un abrazo en la luz del Creador.
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