El padre Michał Sopoćko pudo comprobar durante su permanencia en Byałistok
(en tiempos de la guerra) que la
devoción a la Divina Misericordia ya se había extendido como devoción privada y espontanea de los
fieles, aún sin contar con una
confirmación de la Iglesia; si bien el Primado, Cardenal August Hlond,
favorecía la causa. La prudencia entonces sugería no avanzar demasiado rápido
sin una firme y autentica seguridad sobre la necesidad y los frutos de la
devoción y sin una solida preparación de las bases teológicas para el culto.
En 1947 el Cardenal Primado publicó el tratado del padre Sopocko sobre la Divina
Misericordia De Misericordia Dei deque
eiusdem festo instituendo, escrito durante la guerra en Vilnius. El mismo
año el Episcopado polaco presentó ante la
Sede Apostólica en Roma una solicitud por la aprobación del culto. Aquel
gesto animó al padre Sopoćko en su vivo
intento por defender la devoción, estimulándolo en su acción. La difusión de la
devoción habría constituido también un
importante apoyo en la petición presentada ante la Santa Sede.
En 1947 fue publicado otro trabajo del padre Sopoćko
“Oh, fiesta del Misericordioso Salvador”.
Con la ayuda de las hermanas de la Congregación Madre de Dios de la
Misericordia trató de difundir entre los
fieles las oraciones a la Divina Misericordia. También le solicitó apoyo a sus
penitentes, sus hijas espirituales en Vilnius, Jadwiga Osínska e Izabela Naborowska
quienes, ya durante la guerra, habían expresado su voluntad de abrazar la
vida religiosa, manifestadolo primero en privado y luego concretado, una vez que las religiosas lograron recomprar algunas
de sus propiedades en Mysliborz. Fue allí donde iniciaron la vida en comunidad de la
orden y la fundación de la Congregación
de las Siervas de la Misericordia Divina, manteniendo estrecho contacto con el
padre Michal y comprometidas por la obra encarada ya iniciada con él en
Vilnius.
A partir del otoño de 1947 el padre Sopoćko mantuvo
contactos con Julian Chroscienchowski que vivía emigrado en Londres y que ya se
había comprometido desde los tiempos de la guerra en la acción apostólica de la
Divina Misericordia, desarrollada por la Congregación Mariana en América y en
Occidente. Chróściechowski mismo se unió
mas tarde a la Congregación de los sacerdotes marianos, fortaleciendo así la propagación
de la devoción de la Divina
Misericordia. Fue gracias a él, y con su participación, que fueron publicadas
las traducciones en lenguas extranjeras de los trabajaos del padre Sopoćko y luego distribuidas en Occidente.
Ya antes del año 1950, año del jubileo, Sopoćko
trato de estimular a obispos y confesores para la celebración particularmente
solemne de la veneración a la Divina Misericordia. A tal fin aparecieron en
1949 otros escritos suyos. Conozcamos a
Dios en Su Misericordia, Reflexiones sobre la Misericordia Divina a
la luz de las letanías y Hora santa y
novena por la Misericordia divina por el mundo. Además el mismo se embarca en una recorrida
por todas las diócesis para hablar sobre la Divina Misericordia y impulsar su devoción.
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(traducido de Il
camino di santitá di Don Michele Sopocko de D. Henryk Ciereszko, Librería Editrice
Vaticana, 2008 - original publicado en Cracovia en 2002 por Wydawnictwo WAM
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