Después del viaje del Primado Wyszyński a Roma el
padre Sopoćko confiaba que la Santa Sede pronto aprobaría el culto. Por otro
lado, no obstante, le preocupaban las voces que llegaban de Roma acerca de las
dificultades y las reservas por lo que se refería a las formas de su difusión y
que el culto estuviese siempre ligado a las visiones no aprobadas de Sor
Faustina. Dichos temores no eran vanos pues el 6 de marzo de 1959 fue publicada
la notificación de la Congregación del Santo Oficio que anunciaba que era
necesario interrumpir la difusión de las imágenes y de los escritos que representaba
a la Divina Misericordia en la forma presentada por Sor Faustina y se
solicitaba la intervención decidida de los obispos para emitir la orden de sacar
de circulación las imagines antes mencionadas que ya se encontraban expuestas
para el culto. No obstante la Congregación
no prohibia venerar a Dios en Su Misericordia ni difundir el culto,
independientemente de las visiones de Sor Faustina.
Paralelamente a la notificación, la Congregación del Santo Oficio emitió un decreto
especial. Todo ello fue transmitido al
Primado Wyszyński con la recomendación de hacerlo extensivo a los obispos
ordinarios. Entre
las prohibiciones del Decreto se incluía la advertencia dirigida al padre Sopoćko
que interrumpiera la propagación de las visiones de Sor Faustina y las devociones
propuestas.
El padre Sopoćko recibió la sentencia de la Congregación
con tranquilidad pues de alguna manera ya se esperaba tal decisión. Se alegró, sin embargo, porque lo sentenciado
comprobaba lo que ya había predicho Sor Faustina previendo adversidades y
dificultades para la difusión del culto además de enfrentarse a la posibilidad
de una derrota por la obra a ella encomendada. El aceptó humildemente las
amonestaciones que le estaban dirigidas si bien estaba convencido que todo se debía
a incomprensiones e informaciones
erróneas. Además, estaba
dispuesto a soportar amonestaciones aun más severas para que la ciencia de la
Misericordia Divina pudiese ser divulgada. Por cuanto se refería al futuro del
culto estaba convencido que – basado exclusivamente en las Sagradas Escrituras,
tradiciones y liturgia y desaparecidas las exigencias del decreto debidas al
factor humano - no solo seria doblado
sino reforzado y profundizado.
Obedeciendo a las prohibiciones de la Congregación las
visiones de Sor Faustina dejaron de mencionarse en las publicaciones y tampoco
se hacía referencia a sus expresiones. Se actuó con mucha prudencia para que no
dejar lugar a sospecha alguna que no se acogían a las prohibiciones y al mismo
tiempo para no desistir de la causa del
culto de la Misericordia. Pero, por otra parte, Sopoćko no se sentía privado de
la posibilidad de seguir buscando la aprobación. En 1959 se publicó en Londres el primer
volumen de su obra Misericordia Divina en
Sus obras, y en 1962 en Paris los dos tomos siguientes. En 1961 fueron
publicados dos libros de oraciones: Veneramos
a Dios en su Misericordia y la Novena
y otras oraciones a la Divina Misericordia. En 1967 se publico el tratado
latino titulado: Domine, miserer nobis!
De Christo Salvatore Miserentissimo adorando et de sua misericordia generi
humano imploranda. Con este trabajo el
padre Sopoćko esperaba que fuese aprobada la fiesta de la Divina Misericordia e
intentaba distribuirlo a los padres del Concilio, además de presentarselo al
Papa. El mismo año 1967 salió un cuarto
volumen: Divina Misericordia en Sus obras.
Con este volumen se perseguía el
objetivo de demostrar la exigencia de venerar a Dios en Su Misericordia, para representar
la idea de la Divina Misericordia contenida en la liturgia de la Iglesia y de
justificar la necesidad de la fiesta. El padre Sopoćko, también en este caso, esperaba que
con este trabajo en latín se contribuiría a la aprobación de la fiesta de la
Divina Misericordia.
(Invito leer posts etiquetados Sopocko)
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(traducido
de Il camino di santitá di Don Michele
Sopocko de D. Henryk Ciereszko, Librería Editrice Vaticana, 2008 - original
publicado en Cracovia en 2002 por Wydawnictzo WAM
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